Iker Jiménez: «Para mí el virus se escapó de un laboratorio de Wuhan»

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Luis Miguel González

Cree que ser fieles a la investigación sin importar el qué dirán ha sido la clave para hacerse un hueco en el prime time con «Cuarto Milenio», uno de los primeros programas en donde se advirtió sobre el covid meses antes de que se decretara el estado de alarma

10 oct 2020 . Actualizado a las 11:54 h.

La nave que Iker Jiménez (Vitoria, 1973) tripula lleva años navegando por los mares del misterio. Presume de haber marcado su propio rumbo, y solo cantar su canción a quien la quiera escuchar, aunque esto suponga ir a contracorriente, «no me importa -dice- si el fin es ayudar». Tiene claro que ese es su objetivo. Fue de los primeros, sino el primer español, que se confinó. Era el mes de febrero, un mes antes de que el Gobierno decretase el estado de alarma. Sus advertencias y su punto de vista le costaron muchas críticas, sin embargo, con el paso de los días sus predicciones se fueron cumpliendo. «He aprendido más en estos seis meses sobre el gremio, el poder y la verdad y la mentira que en toda mi vida», dice este vasco que tiene una maestra de 8 años en casa.

-En tu opinión, ¿la pandemia del coronavirus tiene mucho misterio?

-Es un misterio que ha desvelado nuestros errores como sociedad. Pocos tan grandes como este. 

-De todas las teorías que hay al respecto, ¿por cuál te inclinas? ¿Cuál te convence más?

 -Para mí es un virus de origen zoonótico, proveniente de un tipo de murciélago y seguramente se escapó por mala praxis de uno de los laboratorios de Wuhan donde estaban experimentando con ellos. Pienso esto mientras no se me demuestre lo contrario.

-A raíz de la pandemia han surgido muchas teorías de la conspiración, ¿ha sido difícil separar la paja del grano para mostrar información veraz?

 -Para mí no, sinceramente. Conté con información desde enero por parte de un equipo de médicos y epidemiólogos que no han fallado en nada. Fueron valientes, no temieron ir totalmente a la contra del discurso que imperó durante dos largos meses. No era una gripe y no era algo inocuo. Su valentía creo que ha salvado a mucha gente. 

-Te mordiste mucho la lengua por no alarmar, y aun así hay quien te acusó de esparcir el miedo, y solo hay que ver en qué derivó la situación. ¿Te dolió cómo se te trató?

 -He aprendido más en estos seis meses sobre el gremio, el poder y la verdad y la mentira que en toda mi vida. Sigo alucinando a diario. Pero puedo decir que siempre he ido por libre y con un objetivo: ayudar y alertar a la gente de lo que venía. No todos pueden decir lo mismo. Y eso el público lo sabe. 

-Te rodeas de los mejores expertos, el trabajo es preciso y exquisito, pero ¿te sientes «infravalorado» a nivel periodístico por las temáticas que tratas?

-No. Yo he ido siempre a lo mío. Solo canto mi canción a quien quiera escucharla. Mucha gente ha quedado retratada. Se pensaban algunos que yo era un inculto, que fantaseaba. Nada tiene que ver que a uno le guste el misterio con eso. Puede que al revés. Cuarto Milenio es un gran magazine con mucha ciencia. Quienes no lo veían han sido los sorprendidos. Quienes lo veían sabían de nuestra honestidad en cada tema. 

-Te negaste a ir a grabar en el mes de febrero, te confinaste mucho antes de que el Gobierno lo indicara, como bien dijiste no fue chiripa o nada extrasensorial, solo que tus fuentes dieron en el clavo. ¿Qué te dicen ahora de lo que nos queda por delante? ¿Le ves fin a corto plazo? ¿La mascarilla se quedará mucho tiempo con nosotros?

-Todo lo que he hecho se puede examinar desde una coherencia. He predicado con el ejemplo. No he ido de A a B. Y eso ha sido un shock para muchos. No me importó, no me importa y no me importará ir a contracorriente. El fin ha sido ayudar. Sobre el futuro... sinceramente nada te puedo decir. Lo desconozco.

-Con todas las horas que tenemos en pantalla con el tema del covid, habéis conseguido un hueco en prime time para abordar el tema, ¿qué es lo que ofrecéis distinto al resto de los programas?

-Naturalidad sin anestesia. Sin partidismos. Sin defender corrientes. Sin atacar a unos por no ser de los nuestros y alabar a otros por serlo. Esa es la clave. Ser fieles a la investigación, dar voz a los que saben y no importarnos nada el qué dirán. Creo que eso, hoy, es mucho. 

-¿Crees que con la mente podemos cambiar las cosas, con la fuerza o energía mental puedes hacer que ocurran? Por ejemplo, cuando piensas mucho en alguien y de repente te escribe o te lo encuentras.

-El cerebro es el mayor GPS, el mayor ordenador, el mayor enigma. Cualquier ser pensante lo sabe. Y sabe que pasan cosas que son increíbles. A lo mejor un día conocemos sus resortes. Hoy nos parece casi magia. Yo creo que las ‘señales' y las intuiciones son algo importante. Yo les hago caso, desde luego.

-¿Has tenido alguna experiencia paranormal fuera de cámara?

-Claro. La más alucinante, que diría trascendental, ocurrió en Altamira. Y salí de allí siendo mejor ser humano. Más consciente de todo. Fue un verdadero bautismo en la luz. 

-¿Cuándo has pasado más miedo? ¿Por algo sobrenatural o más mundano?

-Siempre mundano. Siempre el monstruo humano.

-Galicia es tierra de meigas, ¿crees en eso? ¿Alguna vez has tenido contacto con alguna?

 -Claro, hice muchos reportajes hace casi treinta años de curanderas, componedoras de huesos... un mundo fascinante y antropológicamente muy valioso. En Galicia hay y hubo expertos doctores como Mariño Ferro, Lisón Tolosana, Sueiro, Castroviejo.... que ya no lee casi nadie. Una pena. La Santa Compaña es mi enigma favorito. Es un arquetipo del inconsciente español. 

-¿Crees en las almas gemelas que se reencuentran en diferentes tiempos y espacios?

-No lo sé. Pero si sé que hay afinidades maravillosas que superan cualquier ficción.

-Eres de los pocos periodistas que conozco que lleva trabajando durante muchos años mano o mano con su pareja, ¿cómo se lleva?

-Genial. Mi mujer y yo formamos un equipo. En lo bueno, en lo malo. En el éxito y en la dificultad. Soy un hombre tremendamente afortunado. Llevamos juntos 26 años y siempre nos reímos y disfrutamos de una misión compartida. Eso es impagable.

-¿Vuestra hija de 8 años ve el programa, tiene miedo o es reacia a estas cosas?

-Mi hija es más valiente que yo. Hace ahora unos vídeos en YouTube y me dice que yo soy miedoso para verlos. Es mi maestra. El ser que me ha dado la luz en mi vida. He dejado mil cosas por no perderme nada. Mi mujer igual. Y nada es nada. Podré decir que los éxitos y el trabajo no me hicieron perderme un instante de la infancia de mi hija. Ese es el verdadero éxito para mí. En mi escala ella es lo primero y primordial. Es una bendición.