La artista argentina acaba de recibir dos nominaciones a los Latin Grammy por su nuevo álbum, «Calambre»
21 dic 2020 . Actualizado a las 09:10 h.Con ritmos que van de la salsa y el hip hop al blues y temáticas que abarcan desde el éxito profesional hasta la soledad y el deseo, Nathy Peluso (1995) no ha se ha dejado nada en el tintero con Calambre, su primer álbum, que obtuvo dos nominaciones a los premios Latin Grammy. Y es que la versatilidad es sin dudas el gran talento de la artista argentina: como un camaleón pasa de una actitud de matona brava que se planta contra el FMI en Sana sana a la vulnerabilidad íntima y doméstica de Buenos Aires en el transcurso de escasos minutos. Con doce canciones que abarcan todo ese espectro, la sensibilidad artística de Calambre, que en ocasiones se disfraza de brutalidad, va menos de probar su valor como álbum debut, y más de retratar una complejidad: las múltiples facetas de la vida de Peluso.
-¿Cómo se siente lanzando su primer álbum en un contexto como el del 2020?
-Este es mi primer LP, pero tengo otros trabajos de menor duración. Siento que lanzarlo en este momento es súper positivo para el lazo entre mi público y yo, porque nos acompañamos de alguna manera. La música siempre da ilusión, y poder contribuir a acompañar a las personas y traer algo de luz en este momento, para mí es muy positivo, porque la música ayuda a la gente siempre. Y a mí también, el poder dársela a la gente y recibir su amor me ayuda un montón a mantener la ilusión.
-Y en este contexto, imagino que también querrá compartir momentos con el público, pero hay grandes limitaciones para la música en vivo. ¿Cómo está manteniendo esa relación con los fans?
-Ahora mismo no se pueden hacer conciertos. Sería un lío, no se puede juntar gente en un mismo lugar. Entonces siento que lo que hay que hacer es más vivir el momento de esta manera, en el streaming, recibiendo la energía del público y preparando todo para cuando podamos volver, porque va a ser increíble. Hay mucha energía acumulada, tanto por parte del público como de los artistas, que estamos sedientos de subirnos a un escenario.
-Las canciones del álbum son muy variadas. ¿Cómo fue el proceso para componerlas?
-El proceso viene de hace un año y medio. No me he dedicado plenamente al disco en todo momento, sino que he ido componiendo poco a poco mientras hacía giras, entonces hay canciones de hace tiempo y otras más recientes. Se ha hecho también en distintos lugares: he compuesto en España, Argentina, Los Ángeles, Miami... Es como un hijo que tiene muchos lugares y momentos diferentes de nacimiento. Y todo eso influye: el lugar en el que estés, el contexto emocional, la gente que te rodea, la temperatura. Todo nos hace cambiar y estar de diferentes maneras.
-¿Cuál es su preferido de los tres sencillos?
-Es muy difícil elegir porque son todos mis bebés, pero creo que todos cuentan algo muy diferente. Lo mismo pasa con los vídeos.
-¿Cuánto se involucró en la creación de esos tres videoclips?
-Todo lo que rodea mi propuesta lo ideo yo, y luego hay cosas que tengo que delegar. Pero para la parte creativa la dirijo yo. Contrato a creativos que representen mi estilo y a los que admiro para trabajar juntos en darle forma. Pero todas las ideas parten de mí. Sana sana fue el vídeo que más me gustó hacer de los nuevos, aunque obviamente a todos los disfruté un montón. Sana sana fue un trabajo cinematográfico súper interesante, en el que tuve que encarnar un personaje con unas características muy concretas y saliéndome de lo que estoy acostumbrada a trabajar, así que fue muy interesante la investigación, y una experiencia muy divertida, claro. Toda la creación, desde el lado estético, también fue muy divertido. Fue una superproducción, sin duda. Y Business Woman es un súper videoclip. Fuimos a Londres a grabarlo y lo dirigieron Bradley y Pablo, unos directores que hacen cosas súper huge a nivel mundial. Fue una gran experiencia trabajar con el equipo y encarnar todos los personajes que hay alrededor de una Business Woman.
-El disco hace muchas referencias a la danza, desde la portada hasta el nombre, y es muy bailable. ¿Cuál es la importancia del baile en su obra?
-Desde muy chiquita siempre bailé, y cuando me hice más consciente de las herramientas que propone la danza decidí estudiar más a fondo y en profundidad el movimiento. Las herramientas que propone la danza me parecen muy enriquecedoras para acompañar mi propuesta. Desde el movimiento, una puede vestir a la música. Me parece muy interesante, y es una de mis grandes pasiones.
-¿Hacer bailar a las personas es un objetivo que se propone a través de su música?
-Principalmente me gustaría emocionar y acompañar, y obviamente me gustaría hacer bailar, porque es una sensación súper liberadora, energéticamente hablando. Pero me gustaría que cada uno lo encare como necesite y como decida. Quizás una persona prefiere sentarse y escuchar con los ojos cerrados. Para mí lo importante es acompañar a las personas y que se sientan mejor que antes de escuchar el disco.
-Este disco tiene una impronta muy suya, a contramano de muchos músicos contemporáneos que colaboran. ¿Ha pensado en alguna colaboración con otros artistas?
-Siempre sueño con colaborar con artistas quizás no tan actuales, porque son los que me han enseñado tanto y a los que admiro con mucha pasión: Erykah Badu, por ejemplo. También quisiera poder ya no colaborar haciendo música, sino compartir una escucha o poder compartir un momento con Stevie Wonder. Sería un sueño hecho realidad. O con Gloria Estefan.
-La influencia de esos artistas es patente en Calambre. ¿Eso es deliberado?
-Más que algo consciente es algo natural, son los que he escuchado toda mi vida y de los que me compongo, entonces, a la hora de crear, salen todas esas referencias de manera orgánica. Porque es de la manera que aprendí la música.
-¿Qué música ha estado escuchando últimamente?
-Siempre recomiendo los clásicos, pero estuve escuchando el disco de Willie Colon, Anthology. A mí la salsa me vuelve loca. Siempre estoy escuchando a Ray Barreto, Stan Getz, Eddie Santiago. Y hay un disco muy piola de Tame Impala que se llama Currents. También escucho mucho a Donna Summers.