Temor a que Trump revele secretos de Estado tras abandonar el despacho oval

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Donald Trump saluda al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en el despacho oval en mayo del 2017
Donald Trump saluda al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en el despacho oval en mayo del 2017

Sus constantes descuidos en materia de seguridad desatan la preocupación de las agencias de inteligencia ante la posible filtración de datos que pongan en riesgo a su personal en el extranjero

10 nov 2020 . Actualizado a las 20:38 h.

El final de la presidencia de Donald Trump genera problemas hasta ahora inéditos en la Casa Blanca. Es el caso del controvertido autoindulto, con el que el millonario ya ha amagado en varios ocasiones, arguyendo que la Constitución le otorga un poder «absoluto» para perdonarse a sí mismo en caso de tropezar con la Justicia. El artículo 2 de la Carta Magna lleva ahí muchas décadas, pero hasta ahora ningún presidente había amenazado con desenfundarlo.

Otro dilema que no se había planteado hasta la fecha es la posibilidad de que el lenguaraz líder republicano utilice la información clasificada que ha pasado por sus manos —aunque solo fuese para autorizar determinadas operaciones— para hacer caja con potencias extranjeras o para vengarse de una Administración que siempre ha considerado hostil. Parece el guion de una película de serie B, pero The Washington Post revelaba este martes, citando a altos funcionarios del Gobierno federal, que en las agencias de inteligencia hay temores fundados de que, una vez fuera del despacho oval, el magnate desvele secretos de Estado que ha conocido durante su mandato y ponga así en peligro la seguridad nacional.

Cuando abandone definitivamente el cargo el próximo 20 de enero, el expresidente tendrá todavía acceso ilimitado a la información reservada relativa a su Administración. Y los especialistas consultados por el Post temen que o bien por buscar su propio beneficio mediante tratos con líderes extranjeros, o bien por simple descuido, pueda sacar a la luz datos que comprometan la situación de agentes norteamericanos que operan en otros países.

Meteduras de pata

En el caso de Donald Trump, las meteduras de pata son un factor nada trivial a tener en cuenta. En la capital todavía se recuerda el incidente vivido en el 2017 en el despacho oval, cuando un dicharachero presidente desveló al ministro de Exteriores ruso y a su embajador en Washington información clasificada que Estados Unidos había recibido de un aliado sobre las amenazas del Estado Islámico a la aviación comercial. Una falta de discreción que puso en serio riesgo a la fuente.

Las salidas de tono no se limitan a conversaciones con altos mandatarios, lo que podría tener hasta cierto punto efectos limitados. En agosto del 2019, el presidente tuiteó una imagen aérea de gran precisión que mostraba una plataforma de lanzamiento de misiles en Irán. Una foto que, en manos expertas, ofrece detalles de las capacidades técnicas e incluso de la ubicación de los dispositivos de espionaje de Estados Unidos.

Los especialistas en inteligencia consideran que el riesgo de que Trump desvele información reservada es muy real. Además de los precedentes ya mencionados, citan como un factor que lo hace vulnerable los problemas económicos que afrontará el magnate cuando deje el cargo. A la enorme deuda acumulada durante la campaña se suma ahora el gasto en servicios jurídicos para cursar las querellas contra el escrutinio electoral. Según presume, tiene a 8.500 abogados trabajando en el asunto.