El Gobierno catalán pone ahora en duda la celebración de las elecciones el 14 de febrero

Cristian Reino COLPISA | BARCELONA

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La portavoz del Govern, Meritxell Budó
La portavoz del Govern, Meritxell Budó

Esquerra se perfila como la fuerza hegemónica del independentismo

20 nov 2020 . Actualizado a las 19:24 h.

El Gobierno catalán abrió hoy la puerta a que las elecciones autonómicas no se celebren en la fecha prevista del 14 de febrero. «Tenemos que encontrar la fórmula para garantizar el voto a todo el mundo y preservar la salud», afirmó la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, de JxCat. «Si no lo conseguimos, no sé si podrán celebrarse las elecciones el 14 de febrero», remató en RNE. La segunda ola de la pandemia y la guerra interna han sacudido al Ejecutivo catalán en plena preparación de los comicios y en el independentismo se preguntan si no tenían que haber adelantado los comicios como hicieron en Galicia o en el País Vasco.

La Generalitat lleva semanas avisando de que no quiere que ocurra como en las elecciones vascas o gallegas de julio, en donde hubo ciudadanos que no pudieron votar tras dar positivo por coronavirus o estar en cuarentena. Busca fórmulas para que nadie se quede sin poder votar, sea cual sea su situación sanitaria. Para ello, trabaja con la idea de que los centros de votación sean pabellones deportivos, y no colegios o institutos como es habitual, para poder disponer de más espacio para los votantes, y fomentará el sufragio por correo por vía telemática para que quienes no puedan salir de su domicilio por cuestiones sanitarias, voten sin desplazarse hasta la oficina de Correos.

No es la primera vez que un miembro del Ejecutivo catalán muestra sus recelos sobre las elecciones, que están anunciadas, pero aún no han sido convocadas. La oposición cargó con dureza contra el Gobierno autonómico y avisó de que no admitirá que los comicios se pospongan «al compás del vértigo que le causen las encuestas a JxCat», según Ciudadanos. «Ya está bien, basta de experimentos», se quejó el PSC. De acuerdo al calendario, el Parlamento catalán se disolverá el próximo 21 de diciembre y al día siguiente se firmará el decreto de convocatoria. La campaña electoral empezará el 29 de enero.

ERC agranda su ventaja

Esquerra parte como favorita para la victoria. Según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, ERC obtendría entre 36 y 37 diputados (sobre 135). Los republicanos aumentarían la distancia sobre JxCat, que quedaría con 28-30 escaños. Las diferencias entre ambas formaciones hace cuatro meses eran de uno o dos diputados.

La tercera plaza sería para el PSC, que de 24 diputados en la anterior oleada de julio pasaría a 22-23 parlamentarios, si bien mejoraría respecto al 2017. Ciudadanos, por su parte, seguiría en caída libre. En el 2017, ganó las elecciones con 36 escaños. Ahora estaría en 13-14. El PP mejoraría gracias al desplome naranja, con entre 8 y 9 asientos, los comunes bajarían a 7-9 y Vox podría irrumpir por primera vez en el Parlamento catalán y con fuerza, de 7 a 8 parlamentarios. La CUP sumaría de 6 a 8. La encuesta, realizada entre octubre y noviembre, tras la inhabilitación de Quim Torra como presidente y durante la gestión de la segunda ola, vaticina la entrada del PDeCAT con un diputado.

De confirmarse, el independentismo reeditaría la mayoría absoluta. Obtendría más del 50% de los votos y avanzaría en escaños. De los 70 actuales, podría llegar a sumar 76. Aunque ERC podría explorar también un tripartito de izquierdas. Sobre el apoyo explícito a la secesión, el sondeo concluye que el 49% de los catalanes está en contra, frente al 43% que se muestra a favor.