Pablo Iglesias celebra el no definitivo de Ciudadanos a los Presupuestos

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Vista general de la Comisión de Presupuestos celebrada en el Congreso
Vista general de la Comisión de Presupuestos celebrada en el Congreso

Arrimadas descarta su apoyo por las cesiones «intolerables» a ERC y Bildu

26 nov 2020 . Actualizado a las 21:35 h.

Nuevo triunfo de Pablo Iglesias en el último de los constantes pulsos que mantienen las dos fuerzas que integran el Gobierno de coalición. Finalmente, tal y como deseaba el líder de Podemos, Ciudadanos votará no a los nuevos Presupuestos.

Así lo confirmó ayer la presidenta de la formación naranja, Inés Arrimadas, que pese a su predisposición inicial a sumarse al proyecto presupuestario, las «contrapartidas intolerables al nacionalismo» por parte del Gobierno han motivado su rechazo definitivo. De este modo, Sánchez se queda sin su anhelada foto en la que pretendía aunar a Ciudadanos con las fuerzas nacionalistas e independentistas. El retrato final con el que contará el próximo 29 de diciembre, día en el que previsiblemente se aprobarán definitivamente las cuentas, será el defendido desde un primer momento por Iglesias, que no es otro que el de la consolidación del llamado bloque de la moción o de la investidura.

El secretario general de Podemos no ocultó ayer su «satisfacción» al entender que la alianza parlamentaria con ERC y Bildu «refuerza el Gobierno de coalición y refuerza una dirección de Estado progresista, que es lo que nosotros, modestamente, hemos buscado», dijo. A ojos de Iglesias, el Gobierno español no solo sale reforzado tras los pactos con los aberzales y los secesionistas catalanes, sino que también contribuye a su consolidación frente a las constantes fricciones que existen entre las dos almas que integran la coalición. «A veces las discrepancias conllevan medidas positivas para la gente, y creo que esto es algo que hay que poner en valor», afirmó.

Con el camino para aprobar las nuevas cuentas públicas allanado, Iglesias fue cuestionado a su llegada al Congreso sobre si habría algún tipo de remodelación o reestructuración interna en el Ejecutivo, de cara a intentar limar algún tipo de asperezas entre sus dos socios. «Al contrario, la coalición está fuerte», subrayó.

Contraste con Arrimadas

En contraste con la satisfacción de Pablo Iglesias, el desencanto de Inés Arrimadas. La dirigente del partido naranja había apostado desde un primer momento por apoyar las cuentas públicas como un primer paso para intentar posicionarse en el centro del tablero político, desde donde tiene intención de recuperar a los votantes que les dieron la espalda en las últimas elecciones. Y tras meses de negociaciones, ayer llegó a la conclusión de que las nuevas cuentas públicas «no cumplen para que los pueda apoyar un partido de centro, liberal y moderado», sostuvo. «Sánchez ha preferido coger la mano de Otegi y de Junqueras», lamentó, señalando que el presidente del Gobierno «nunca más podrá decir que no había otra opción». Arrimadas se mostró muy crítica con el Gobierno, al afirmar que logrará aprobar unos nuevos Presupuestos, pero que solo lo hará «a cambio de partidas nacionalistas intolerables».

En todo este tiempo de negociaciones con los socialistas, Ciudadanos solo ha logrado que el Gobierno aceptase su enmienda para proceder a la implantación de la cartilla sanitaria única para todo el territorio español, una de las viejas reivindicaciones de su antiguo líder,

Mejor le fueron las cosas a Bildu. La coalición aberzale, que aprecia en su apoyo a los Presupuestos un paso más en su camino hacia la «República vasca», volvió a sacar pecho ayer de su capacidad negociadora al destacar en una nota que el Gobierno aceptó nuevas enmiendas por valor de una partida de 10 millones de euros para el sector aeronáutico y otra de 48 millones para infraestructuras ferroviarias en el País Vasco.

Néstor Rego se dispone a votar en contra del diseño financiero al no ser admitida ninguna de sus 234 enmiendas

Todavía queda un pequeño margen hasta que la próxima semana el Pleno del Congreso vuelva a votar sobre los Presupuestos, pero todo parece indicar que, a diferencia de la investidura de Sánchez, en esta ocasión el diputado del BNG en la Cámara Baja, Néstor Rego, votará no a las nuevas cuentas públicas.

El Gobierno no ha aceptado hasta el momento ni una sola de las 234 enmiendas presentadas por los nacionalistas con las que pretenden corregir lo que consideran una «discriminación» no solo al Bloque, sino a «todo o noso país». Y por lo que se desprende de las palabras de Rego, no alberga mucha confianza en que la situación vaya a cambiar de aquí a la próxima semana. «A actitude do Goberno é a de non ter interés en correxir unha clara discriminación», denuncia el diputado de la formación frentista, por lo que a pesar de su predisposición inicial a apoyar los nuevos Presupuestos, finalmente se posicionará en contra del proyecto que jubilará las cuentas de Montoro.

El representante del BNG en el Congreso considera que el diseño económico es «inaceptable», en especial cuando a nivel general se trata de un proyecto expansivo. «Os investimentos para o conxunto do Estado aumentan un 68 %», expone y En Galicia disminuyen un 11 %. Y pese a no querer entrar en agravios comparativos respecto a otras comunidades autónomas, señala que la gran mayoría aumenta de forma considerable, siempre en el entorno de un incremento cercano al 50 %, y en ocasiones, como el caso murciano, superior al 80 %. «Paréceme ben», dice, pero exige un trato similar para Galicia.

La letra pequeña

Entrando en la letra pequeña, expone que el Gobierno de coalición «asume a totalidade da débeda do Porto de Valencia», estimada en unos 400 millones de euros, al tiempo que no consigna ni un solo euro para Punta Langosteira, en A Coruña. Y del mar al tren. Los Presupuestos reflejan unas partidas para arreglar la parte asturiana del FEVE, pero el lado gallego se queda sin fondos para llevar a cabo unas mejoras que considera «urxentes».

La explicación que ofrecen desde el Gobierno central para justificar esta descompensación inversora, argumentada en que los Presupuestos de Rajoy y Montoro del 2018 estaban inflados por las obras del AVE, tampoco le convencen. «Aquí falta a variante de Ourense. E o AVE en Andalucía e en Cataluña xa está rematado dende hai moitos anos, máis os investimentos aumentan», expone, cuestionando la incómoda posición en la que queda el líder de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, que «dixo que os orzamentos do 2018 eran unha bofetada a todos os galegos. Estos qué son?».

Pese a las pocas esperanzas que mantiene en que la situación varíe de aquí a la próxima semana, debido a que el Gobierno ya tiene amarrados los votos necesarios para sacar adelante su proyecto gracias al apoyo del PNV, Bildu y ERC, afirma que por parte del BNG «non vai quedar».