¿Por qué las vacunas españolas no son las primeras? Porque la diferencia en la financiación de los proyectos es de hasta 2.000 millones

r.r. REDACCIÓN / LA VOZ

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Instalaciones de Pfizer donde se desarrolla la vacuna
Instalaciones de Pfizer donde se desarrolla la vacuna PFIZER HANDOUT

Los mayores expertos nacionales destacan que las terapias preventivas para el coronavirus serán más seguras aún que las que existen para otras infecciones, aunque las que se están desarrollando en España no llegarán hasta finales del próximo año

30 nov 2020 . Actualizado a las 19:24 h.

¿Por qué las vacunas españolas contra el coronavirus no llegarán al mercado hasta el próximo otoño, en el mejor de los casos, cuando las desarrolladas por otros países empezarán a distribuirse a finales de este mismo año? La respuesta no está en calidad de los científicos españoles, que han demostrado estar a la altura, sino en la falta de medios, presupuesto y capacidad industrial. Es uno de los mensajes que se escuchó ayer en el encuentro organizado por la Fundación Alternativas que reunió a los científicos españoles más destacados en el desarrollo de terapias preventivas frente al covid-19.

«Nuestros laboratorios están bien financiados para el descubrimiento, la fase preclínica. Pero las siguientes fases son muchísimo más caras. No estamos preparados en España para la fase del desarrollo. Por ejemplo, cualquier empresa que está desarrollando ya la vacuna ha recibido en torno a 2.000 millones de euros para abordar la demanda económica del proyecto. En nuestro caso, uno o dos millones, la diferencia es muy grande», destacó Luis Enjuanes, director del laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC).

Pero Enjuanes no cree que la clave esté solo en la financiación, sino más bien de la estructura. En este sentido, señaló que su laboratorio cuenta con «15 personas y 80 metros cuadrados». «Esto no se puede ampliar fácilmente. Es dificilísimo que te dupliquen el espacio. Hay compañías que tienen 650 personas trabajando en la vacuna. Hay una gran diferencia económica y de infraestructura», ha lamentado.

Su colega Vicente Larraga incidió en este hecho: «Nuestra estructura básica es muy limitada. En el laboratorio de AstraZeneca, por ejemplo, son 100 personas, y además son buenos».

Luis Enjuanes y Vicente Larraga, al igual que los virólogos del CSIC Margarita del Val y Mariano Esteban, destacaron que la seguridad de las vacunas frente al covid, pese a desarrollarse en tiempo récord, será superior incluso a las que ya están en el mercado. La seguridad será «incluso superior a la de otras vacunas», según Del Val, porque estos prototipos están basados en ensayos clínicos con muchos más voluntarios de lo tradicional.

Los investigadores se mostraron convencidos en líneas generales de que España se acercará a algo parecido a la «vieja normalidad» en la segunda mitad del 2021 gracias a las vacunas. «Hasta el verano que viene o incluso después no podrá haber una inmunidad suficiente como para poder cambiar las prácticas de protección actuales», apuntó Enjuanes durante el seminario organizado por la Fundación Alternativas.

Que el regreso a la normalidad vendrá de la inmunidad y que ésta inmunidad llegará de la mano solo de las vacunas es una realidad incontestable para los especialistas del CSIC. Pero para conseguir ese blindaje social frente al virus puede ser que no haga falta inocular a la totalidad de la población española, tal y como contemplan los planes del Ejecutivo central. «Si la eficacia de la vacuna fuese del 100 % bastaría con que se vacunase el 60 % o el 70 % de la población, pero si es del 50% habría que vacunar a cuantos más mejor para generar un efecto de inmunidad colectiva», señaló Margarita del Val.

Esta especialista, como otros técnicos del CSIC, puso en cuarentena los anuncios de las farmacéuticas de que sus fórmulas superan el 90 % de eficacia hasta no ver qué efectos tienen las vacunas fuera de las muestras de los estudios, aunque afirmó tajante que las fórmulas que lleguen a los 13.000 puntos de vacunación de la red de salud pública serán seguras.

Eso sí, los especialistas españoles no pueden todavía avanzar si las vacunas que llegarán deberán repetirse de manera cíclica como ocurre con la de la gripe. Según detalló Esteban, los estudios con los que cuenta el CSIC apunta a que la inmunidad contra el conoravirus no se extiende más allá de seis o nueve meses, aunque el jefe del grupo Poxvirus abogó por hacer un seguimiento de las personas vacunadas para decidir sobre las «dosis de recuerdo» y un posible calendario.