¿Cuánto cuesta divorciarse?

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Si quieres dar el paso  y no sabes lo que te puede suponer, mira a tu alrededor. La intención de negociar, si hay hijos por el medio, bienes gananciales o propiedades en común son las equis de la ecuación. Intenta que el resultado solo implique perder a tu pareja

01 feb 2021 . Actualizado a las 09:22 h.

A veces no hay vuelta de hoja y toca dar el paso por mucho que pese. Si se acabó el amor, de tanto usarlo o todo lo contrario, hoy en día el que no se divorcia es porque no quiere. Una reforma del Código Civil del 2005 señala que con que una de las dos partes lo solicite, la disolución del matrimonio es un hecho. ¿Qué más puedes hacer si te están diciendo que te quieren dejar?

 Ahora bien, puede ser por las buenas, de mutuo acuerdo, o por las no tan buenas, teniendo que iniciar un proceso contencioso. Antes de dar el paso, echa la mano al bolsillo. Si cuando diste el sí quiero fuiste de los afortunados que vieron cómo la cuenta corriente iba hacia arriba, para dar el no, ocurre todo lo contrario, toca desembolsar. ¿Cuánto? Depende de varios factores: si es de mutuo acuerdo o contencioso, si hay hijos comunes, si hay que establecer un régimen de visitas, alimentos, reparto del patrimonio... pero en las mismas circunstancias, «lo lógico es que sea más caro el contencioso. Sin embargo, uno de mutuo acuerdo con bienes gananciales puede ser más costoso que un contencioso en el que no hay bienes a repartir», señala Lucía Silvoso, abogada especialista en derecho de familia.

Supongamos que reina el buen rollo, y la pareja decide llevar a cabo la separación de una forma amistosa. En ese caso es evidente que optarán por la fórmula de mutuo acuerdo. Es un proceso rápido y económico, pero que aun así requiere los servicios de un abogado y un procurador, por lo que la factura puede alcanzar fácilmente los 1.500 euros. Aunque si no hay liquidación de bienes gananciales, ni bienes ni hijos por el medio, y es un trámite sencillo, por 600 euros te puedes divorciar», apunta Marta Vilariño, letrada de Mediare Abogados, un bufete especialista en derecho de familia. «Los abogados no tenemos que someternos a un baremo y esto hace que en el mercado se encuentren todo tipo de presupuestos», señala Silvoso.

Este tipo de divorcio requiere la presentación de una demanda y de un convenio regulador firmado por ambos cónyuges y ratificado en el juzgado de familia, pero que «fácilmente se resuelve en un plazo de dos o tres meses», apunta Vilariño. Si la intención de dar el paso sin inconveniente alguno es firme por ambas partes, este tipo de divorcio todavía puede resultar más económico si los cónyuges comparten el mismo abogado y procurador, es decir, los gastos.

...O POR LAS MALAS

Si en la pareja no media el acuerdo, o no están dispuestos a ceder fácilmente en la negociación, sí o sí cada uno de ellos necesita un abogado y un procurador. Este tipo de divorcios suelen ser más largos, y por lo tanto, más caros, ya que fácilmente podemos hablar de 2.000 euros e incluso llegar a los 4.000. Esto sin recurrir a los baremos del colegio de abogados, que fluctúan en función del valor de los bienes, y si hay varias propiedades «hablaríamos de cifras elevadísimas», matiza Vilariño. «Si hay conflicto, hay que decidir un régimen de custodia, una pensión de alimentos, gastos extraordinarios, liquidación de gananciales... Si hay que sentarse a negociar con la otra parte todos estos aspectos, suma», aclara Silvoso. «A veces hasta el cumpleaños del hijo es motivo de discusión. Cómo se celebra, si yo puedo estar o no estar... este tipo de cosas igual te enquistan una tarde», apunta Vilariño.

Además, advierte Silvoso que en los procesos contenciosos, los honorarios de los procuradores van por aranceles, es decir, su presupuesto se determina en función de los valores de la paga de alimentos, de los bienes y de la pensión compensatoria, que actualmente es residual. «Es la pensión que se da al progenitor que no trabaja porque se ha dedicado a la familia -aclara Silvoso-. Ya casi no existe, pero en 1981 cuando se aprobó la ley del divorcio, muchísimas mujeres no trabajaban». Hay que tener en cuenta que en el contencioso pueden surgir otros gastos durante el proceso, por ejemplo, si hubiera que llevar a cabo averiguaciones patrimoniales, informes a mayores, etcétera. Además, también hay que contemplar la opción de que si uno de los cónyuges no estuviera de acuerdo con la sentencia, y decidiera recurrir, los costes se incrementarían.

LA MEJOR OPCIÓN

En cualquier momento, un divorcio sin mutuo acuerdo puede convertirse en amigable si ambas partes están de acuerdo. Para Lucía Silvoso esta es sin duda la mejor forma para finalizar un matrimonio. «La mayoría de los abogados que llevamos familia intentamos siempre llegar a un acuerdo porque es mejor adaptar en un convenio las circunstancias de cada familia a que lo tenga que resolver un juez. Además, siempre va haber uno que considera que ha ganado y otro que ha perdido, y se genera más distanciamiento emocional entre las dos partes. Si hay hijos en común hay que intentar tener la mayor cordialidad del mundo», explica.

Lo mismo opina Marta Vilariño. «Llegar a un acuerdo tiene varias ventajas. Se enquistan menos los problemas existentes, cuando llegas a un contencioso va a determinar una mala relación por lo menos, a medio plazo, y en el caso de que haya niños lo van a sufrir mucho. Segundo, de una forma práctica, por el tiempo. De dos o tres meses el de mutuo acuerdo a un año que puede llevar el contencioso, y además hay una sentencia para apelar. Estar un año y medio en conflicto constante con la otra parte, quema mucho la relación, que si da este paso es porque ya está quemada. Cada vez vemos más respeto entre ambas partes, el mutuo acuerdo que queremos todos, aunque todavía es un porcentaje muy pequeño. Y por último, la parte económica».

Pero no siempre hay que acudir al juzgado para dar por finiquitado el matrimonio. Igual que te puedes casar ante un notario, también te puedes divorciar. El único requisito es que no haya hijos menores o si son mayores, que sean independientes económicamente. «Esta opción también puede resultar económica siempre que no haya bienes a repartir debido al arancel del notario», señala Silvoso. Si no hay bienes, puede rondar los 900 euros, y si los hay depende del valor de las propiedades, no es lo mismo tener una casa por un valor de 100.000 euros que de un millón de euros.

También puedes optar por un paso intermedio como es el de la separación hasta que se toma una decisión definitiva. «Con la separación no rompes el vínculo, simplemente dejas de convivir, pero no es suficiente con que cada uno se vaya para su casa, lo ideal es regularlo, sobre todo si hay niños o bienes», apunta Silvoso, haciendo alusión a que la separación se introdujo en los años 80, cuando se reformó el Código Civil, en un contexto determinado, con fuerte sentimiento religioso donde no todo el mundo veía con buenos ojos la opción del divorcio. «Ahora mismo apenas se lleva, suelen ser parejas que dudan de si van a volver a convivir o no, por motivos religiosos o de edad, en caso de personas muy mayores. Si deseas retomar la relación, simplemente se presenta un escrito en el juzgado diciendo que se retoma la convivencia. Con el divorcio sí se rompe, si vuelves con esa persona te tienes que volver a casar», explica.

Si no queda otra que dar el paso, procura, al menos, que sea ejemplar.