Mónica García, la anestesista que plantó cara a la testosterona de Pablo Iglesias

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Mónica García, candidata de Más Madrid a las elecciones autonómicas del 4 de mayo
Mónica García, candidata de Más Madrid a las elecciones autonómicas del 4 de mayo Víctor Lerena

Médica del Hospital Doce de Octubre, la portavoz de Más Madrid aterrizó en la política desde las mareas blancas en defensa de la sanidad pública

18 mar 2021 . Actualizado a las 11:30 h.

A las pocas horas de anunciar que dejaba el Gobierno para autoproclamarse candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias recibió el impacto de dos misiles teledirigidos desde las huestes que un día fueron las suyas. La anticapitalista andaluza Teresa Rodríguez lo tildó de inmaduro por aburrirse después de solo un año sentado en el Consejo de Ministros. Y la portavoz de Más Madrid en la Asamblea y candidata a la presidencia autonómica, Mónica García, lo remató de un directo a la mandíbula acusándolo sin rodeos de machista. Fue en un vídeo de apenas dos minutos en el que le asestó dos golpes demoledores.

«Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos», soltó sobre la pretensión de Iglesias de arrinconarla para encabezar él una lista conjunta de Unidas Podemos y Más Madrid. También tuvo un recuerdo para el feminismo de cartón piedra del todopoderoso líder de la formación morada. «A la irresponsabilidad de Ayuso no podemos sumar más frivolidad, más espectáculo y más testosterona», zanjó, resumiendo en solo tres palabras la aportación de Iglesias a la historia de la política.

No sabemos lo lejos que llegará Mónica García (Madrid, 1974). Pero hay que reconocer que no se busca enemigos pequeños: Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias, los dos extremos del pulso que se librará en la capital el próximo 4 de mayo en una cita que tensionará al límite las costuras de la escena política nacional.

Íñigo Errejón la definió como «la némesis de Ayuso», y aunque esa plaza cuenta con muchos y aguerridos aspirantes, García se ha trabajado durante la legislatura que ahora agoniza su papel como azote de la gestión sanitaria de la presidenta madrileña. Anestesista del Hospital Doce de Octubre, García llegó a la política desde el activismo de las mareas blancas en defensa de la sanidad pública (fue portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid, muy crítica con el modelo hospitalario diseñado por el PP). Diputada en la Asamblea madrileña desde el 2015 en las filas de Podemos, en el 2019 acompañó a Errejón en el cisma de Más Madrid, convirtiéndose en portavoz de la formación cuando el líder del partido regresó al Congreso.

El pulgar de la polémica

De sus encontronazos con los populares en la Cámara autonómica han quedado dos instantáneas. La primera, cuando llamó «talibán» al consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, y lo señaló desde su escaño con un raro gesto de la mano. El PP vio una pistola apuntando al antiguo responsable de Sanidad. Ella atribuyó el gatillo a unos dedos agarrotados. «Artrosis de pulgar», diagnosticó.

Segundo hit. Ayuso, que interviene en la Asamblea aferrada a unas cartulinas en las que lleva apuntados los chascarrillos que le sopla Miguel Ángel Rodríguez, de vez en cuando deja de hostigar a Ciudadanos y le manda un viaje a la oposición. A García le tocó una broma poco sofisticada sobre el parecido entre su cara y la gráfica de contagios diarios del coronavirus. «La curva es igual que la curva de su boca. Mustia», arguyó la presidenta.