Rato y Trillo tampoco reconocen la contabilidad paralela del PP, pese a su relación «cordial» con Bárcenas

Mateo Balín COLPISA | MADRID

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El exvicepresidente del Gobierno, que coincidió con el extesorero en prisión, desconoce la caja B, pero rechaza que este sufriera «delirios» como señaló Rajoy el miércoles

25 mar 2021 . Actualizado a las 20:49 h.

Todos los exdirigentes del Partido Popular que han testificado en el juicio por la presunta caja B se han desmarcado, con mayor o menor énfasis, de Luis Bárcenas y sus actividades contables. Primero fueron los ex secretarios generales Ángel Acebes, Javier Arenas, Francisco Álvarez-Cascos y María Dolores de Cospedal. Luego los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, y finalmente lo han hecho dos antiguos pesos pesados del PP: Rodrigo Rato y Federico Trillo.

La tesis central de sus testificales es que Bárcenas manejaba en exclusiva la gestión económica del partido junto al fallecido Álvaro Lapuerta, quien, a diferencia del condenado en prisión, sí ha recibido buenas palabras de sus compañeros. También han coincidido en negar su conocimiento de una caja B en el partido desde 1982 hasta el 2008 o el cobro de sobresueldos en sobres con dinero opaco para el fisco.

Este jueves cerraron las comparecencias ante el tribunal de la Audiencia Nacional Rato y Trillo, hombres fuertes del ejecutivo de Aznar. Ambos siguieron esa línea argumental, pero, a diferencia del resto, no renegaron de la figura Bárcenas y admitieron su relación «cordial» y «estrecha» durante años. Trillo, incluso, asistiendo en su defensa legal cuando apareció implicado en el caso Gürtel en el 2009. El origen de la paulatina deriva política y financiera del PP hasta la actualidad.

Rato, exvicepresidente y exministro de Economía, compareció por videoconferencia desde su domicilio. Relató a la Sala que su amistad con el extesorero se remonta a los años ochenta, en Alianza Popular. Dijo que la relación ahora es «esporádica porque está en prisión» y se desmarcó de los adjetivos que el miércoles le dedicó Rajoy a Bárcenas, «demencial y delirante», tras las revelaciones realizadas al tribunal el pasado 8 de marzo.

Sin embargo, esta vinculación, añadió Rato, no le hizo sospechar «nunca» sobre los tejemanejes del extesorero y afirmó desconocer por qué registró pagos suyos en 1996. «Esas anotaciones no tienen nada que ver conmigo. Nunca me ha dado dinero. Solo cobré mi retribución del Grupo Parlamentario Popular y no participé en ninguna gestión económica en el partido», aseguró.

Se da la circunstancia de que Rato, de 72 años, quedó hace pocas semanas en semilibertad tras acceder al tercer grado en la causa de las tarjetas black de Cajamadrid. Cumplió la pena en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid), el mismo en el que se encuentra Bárcenas desde mayo del 2018, por lo que ambos coincidieron en sus ratos libres.

La testifical de Rato, además, llegó dos días después de sufrir un nuevo mazazo judicial, ya que la Fiscalía Anticorrupción le acusa de ocultar patrimonio en el extranjero a través de un entramado societario. Le atribuye 15 delitos, cuantifica el fraude fiscal en 8,5 millones de euros y le pide más de 80 años de prisión.

«Nadie me llama Federico»

Trillo también compareció por videoconferencia. El expresidente del Congreso negó su conocimiento de la caja B y las anotaciones que hizo Bárcenas sobre él. «No reconozco mi persona ni los pagos ni los cobros que haya recibido», subrayó. En concreto, en los llamados papeles de Bárcenas se registran varios apuntes bajo el nombre de «Federico». Pero, según éste, «nadie» me llama así en el PP, «sino Fede o Federico Trillo», afirmó.

El exministro de Defensa tampoco dio valor a los documentos porque «unos años aparece en euros, otros en pesetas; unos años están, otros no». De hecho, aseveró que no supo de su existencia hasta el 2018, cuando fue llamado a declarar en la comisión de investigación parlamentaria sobre la financiación del partido.

Trillo mostró su malestar cuando una de las acusaciones populares le recordó que parte del dinero que habría recibido en negro, según Bárcenas, fue para sufragar los costes de su defensa en el caso del Yak-42, el avión militar en el que fallecieron 62 militares. «No voy a entrar en el Yakolev. Bastante dolor ha causado y me ha causado», indicó.

Por último, admitió que entre el 2008 y el 2011 coordinó la defensa de Bárcenas en Gürtel y que entonces tuvo una «estrecha relación» con él. Sin embargo, remató, «jamás me admitió que hubiera una caja B en el PP» o que se abonaran «retribuciones atípicas» y «menos que hubiera salido dinero al extranjero». El juicio se reanudará el próximo 6 de abril.