Lo que te pierdes por no dar un beso

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Hoy hay que limitarlos al máximo, pero sus beneficios son grandes. Un beso quema 12 calorías por minuto, reduce el estrés y puede ser la mejor forma de autorregulación emocional, aseguran los expertos

18 may 2021 . Actualizado a las 09:18 h.

¿Adónde irán los besos que no damos?, se preguntaban Ana Belén y Víctor Manuel. Cantamos la respuesta: al cinturón abdominal, a las muelas, al aspecto de tu piel y a una mayor propensión al estrés, la ansiedad y la depresión. Los médicos piden, en un saludable ejercicio de sentido común ante esta locura de pandemia y las olas de muerte y dolor que trae, limitarlos al máximo. Guarda el beso, pero no te olvides de darlo en la mejor ocasión.

«La parte buena de la pandemia es que se ha llevado la necesidad de dar besos a la primera, porque sí»

El beso puede ser una tortura o un alivio. Depende de cómo se dé y de cómo se reciba, de la oportunidad, de la coincidencia entre los que se ven involucrados en él. Algunos besos sí, sobran. Ha venido esta pandemia a decirnos lo mucho que estaban de más antes del riesgo de covid. Son los besos de cortesía social. «Es la parte buena de la pandemia, que se ha llevado la necesidad de dar besos a la primera, porque sí», señala la sexóloga Raquel Graña, autora del canal Íntimas Conexiones, que prioriza el abrazo. «A nivel afectivo, llena mucho más un abrazo que un beso. Está científicamente demostrado que los abrazos que duran varios segundos te desconectan del pensamiento racional para ayudarte a conectar con la otra persona», revela.

«Besarse quema calorías, entre seis y cien, dependiendo de la duración y la intensidad del beso»

Dar un beso aligera, quita peso. «Besarse quema calorías, entre seis y cien, dependiendo de la duración y la intensidad. Un beso de pasión puede quemar hasta 12 calorías por minuto. En un beso apasionado, la velocidad del metabolismo llega a duplicarse», asegura la nutricionista Fátima Branco, que incide en el efecto antiage de la expresión más apasionada del querer. «¿Sabes cuando te dicen: ‘Qué bonita tienes la piel’?». Besar «ayuda a tonificar el rostro» y liberar endorfinas «por la expectativa que genera y por el hecho en sí».

«No podemos vivir sin besos. No, entendiendo el beso como una de las expresiones de amor que son nuestro sostén emocional»

¿Podemos vivir sin besos? «No. No, entendiendo el beso como una muestra de afecto, como una de las expresiones de amor que son nuestro sostén emocional», afirma Eva Fuertes, psicóloga de la unidad temprana de rehabilitación infantil del Hospital Teresa Herrera. Para valorarlo en su medida, hay que empezar por el principio. Un beso te deja sin habla; para entender debemos irnos a cuando no sabíamos hablar. «Un beso establece un vínculo de apego. Es un contacto físico y emocional esencial desde que somos bebés. Un beso nos relaja, nos ampara, nos sostiene. Nos dice cómo debemos autorregularnos emocionalmente», asegura Eva Fuertes. «Puede ser la mejor terapia ante el estrés, la ansiedad y la depresión. La manera de recuperar el control emocional», refuerza la psicóloga y sexóloga coruñesa Eva Sández, que repara en la dificultad de encontrar el equilibrio entre la salud física y la mental.

«El beso es de por sí necesario, ¡pero si nos lo arrebatan tras haber crecido con él aún notamos más su ausencia! -considera Sández-. Y no basta con el beso de la madre. La falta de contacto social, físico, es importante, porque este contacto social es una vía de escape para la ansiedad».

A aquel que crece y vive sin besos se le ven las lagunas en el diccionario de la inteligencia y la sensibilidad. «Sin besos, no aprendes a regular las emociones y esto influye en el aprendizaje intelectual. Sobrevives, pero no vives bien. También es verdad que el vínculo de apego estable es, sobre todo, un estar. Un estar disponible, un estar presente para satisfacer las necesidades más que los caprichos», amplía Eva Fuertes.

El beso es un «antidepresivo natural», dicen los expertos, un maná que nutre la empatía al disparar las «hormonas felices (oxitocina, dopamina) y reducir la del estrés, el cortisol. Sus beneficios tienen fundamento y raíces en aspectos evolutivos. La oxitocina, por ejemplo, es clave en el apego entre madre e hijo y en el resto de nuestras relaciones», indica a YES el biólogo molecular Mariano Alló. Besar (bien) desestresa. Lo malo del beso es lo bueno, que no podemos dárnoslo solos. Qué gran cura de humildad para el yo.