Joaquín Oristrell: «No era justo que Antonio Alcántara sobreviviera»

Beatriz Pallas REDACCIÓN / LA VOZ

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El coordinador de guiones de la 21.ª temporada asegura que el final del patriarca del clan protagonista no significa el fin de la serie: «Cuéntame terminará cuando el público decida»

22 may 2021 . Actualizado a las 12:45 h.

Un hombre de pueblo rodeado de su tierra y de sus viñas es el epílogo que le han dado al personaje de Antonio Alcántara del 2021 los creadores de Cuéntame cómo pasó. Joaquín Oristrell, coordinador de guiones de esta 21.ª temporada que por primera vez ha viajado a la España actual, explica: «Después de este salto mortal en el tiempo, nos parecía que en este presente en el que tantas personas se han ido sin poder despedirse no era justo que Antonio Alcántara sobreviviera».

-¿Estaba previsto hacer alguna vez un salto temporal de este tipo, despedir así a un personaje clave como Antonio, o el virus lo cambió todo?

-Nunca en la vida se pensó en hacer un salto temporal. Ocurrió porque ocurrió la pandemia. A principios de abril, con todos confinados en casa, llega la llamada en la que me piden que coordine esta temporada. No la iba a coordinar yo, porque estaba metido en el proyecto de la serie HIT, que tuvimos que cortar por la pandemia cuando nos quedaban cinco semanas de rodaje. Entonces estábamos rodeados por todo esto y de pronto piensas que, por mucho que dure la vida, Cuéntame nunca va a poder contar este momento, que es una de las cosas más impresionantes que nos puedan haber pasado. Se propuso la idea, lo hablamos con el equipo de guion, luego pasó a producción, a los actores, a Televisión Española y todos decidimos que debíamos hacerlo y que era interesante hacerlo. Este final que ocurre ahora en el 2021 para nosotros es el final del ciclo de todos esos fragmentos que hemos ido contando a lo largo de la temporada, en la que hemos hecho un seguimiento de la pandemia: de los aplausos del primer capítulo hasta el encierro en casa, las primeras salidas, el miedo a salir, la recaída, la llegada de las vacunas... Hemos ido haciendo algo que para unos guionistas es casi un milagro. Y solo podía salir de algo extraordinario como esto.

-La realidad les sirvió un guion en bandeja.

-Al contar España desde la perspectiva de una familia nos parecía que o lo encarábamos justo en el momento dramático en que estaba ocurriendo o no tendríamos la posibilidad de contarlo. Sé que a mucha gente le ha dolido ver esa realidad, ver a la familia mayor, pero era algo que teníamos que intentar y nos parecía que debíamos hacerlo.

-¿Cree que el público esperaba este final?

-Tal vez la gente creía que anunciábamos algo que al final se quedaría en nada, que sería un sueño o algo así. Pero esto no significa ni mucho menos que queramos terminar la serie. Cuéntame terminará cuando el público decida que tiene que terminar. Al enseñar la muerte de Antonio Alcántara en el 2021 le estamos dando muchos años de vida desde 1993, que es el año desde el que contamos. Esto no significa que no pueda seguir una próxima temporada para todo lo que queda por contar en estos años, que son muchas cosas.

-Es una muerte en el presente que no mata aún al personaje del pasado.

-Quedan muchísimas cosas. Algunas agradables, algunas no tanto. El pelotazo, la corrupción... Quedan muchas cosas que no sé si vamos a poder contar, porque llega un momento en que hay que poner punto final, pero no ahora.

-¿Este salto temporal obliga ahora a seguir la historia al menos hasta el 2021?

-Yo no voy a poder coordinar la próxima temporada de Cuéntame, queda en manos de Sergio Barrejón, que es la persona que me sustituye, con el equipo de guionistas. Pero creo que sí hay un futuro para la serie y que en algún momento Carlitos tendrá que contarnos todo eso que aún queda.

-En el momento de la muerte de Antonio, ¿qué balance hace del personaje?

-Antonio Alcántara es un personaje único porque nos recuerda a muchos personajes. Coge la esencia de tantos padres, tantos abuelos, tantas personas que queremos y odiamos a la vez; tanto soñador, tanto quijote perdido. Es la persona que va a la ciudad y quiere meterse en medio de todos los fregados, pero no lo consigue porque España es muy clasista y no te permite entrar en compartimentos difíciles. Cuenta mucho quiénes somos y, sobre todo, la parte masculina de España, igual que Mercedes cuenta muy bien la parte de las mujeres y esa evolución que han hecho en el mundo, cómo han ido avanzando. Se mezcla ese Antonio con Imanol Arias, que tiene a su padre presente siempre en cada escena que hace. Cada cosa es un acto de amor o de ajuste de cuentas con su padre, muchas cosas a la vez. Imanol en eso ha sido un hombre muy generoso, porque no le ha importado ser antipático, caer mal o hacer cosas que otros actores no harían porque quieren que el público piense que son buenos, generosos, nobles. Imanol le ha dado ese sitio único al personaje al que dentro de un mismo capítulo lo quieres y lo quieres matar a la vez. Nos cuenta muy bien quiénes somos y de dónde venimos.

-La de Antonio Alcántara es la muerte de un icono televisivo como la de Chanquete. ¿Cree que se parecen en algo?

-Nosotros hemos querido hacer una muerte sin lágrimas. Otra cosa es el efecto que produzca en la gente. No hemos querido hacer una gran despedida ni un entierro. Él muere solo, en compañía de un niño que aparece por ahí. Son maneras distintas. Con la muerte de Chanquete yo lo lloré todo. Me pareció preciosa. En este caso hemos ido por esa cosa más seca, sobria, que la serie maneja muy bien. Cuéntame maneja muy bien el drama, nunca cae en el melodrama, juega a la contención y eso nos da resultados que son emocionalmente muy altos justamente por no ir a buscar la lágrima. Es una muerte muy pudorosa, no intenta remover la víscera del espectador.

-¿Cómo lo afrontó Imanol Arias?

-Antonio se lo tomó emocionalmente muy en serio, lo asumió desde el primer momento. Hace unos días me contaba que hay mucho de él en esas imágenes. Y mucho de Mercedes también, cuando pasa una brizna de viento y ella intuye que algo ha pasado. Me gustaría destacar el compromiso personal de estos actores con la serie después de tantos años. Independientemente de lo que pueda ser cada uno humanamente, su compromiso ha sido muy grande y para las personas que escribimos (yo he estado en cinco temporadas de Cuéntame) es un lujo tener a actores que viven de un modo tan profundo y tan humilde esos personajes. Hablo de la pareja, pero también de la abuela, de los hijos y demás.

-En el último capítulo de temporada, el de la próxima semana, vuelve a cobrar protagonismo la relación de Carlos y Karina, que el público creía ya superada.

-En un tiempo futuro, no muy futuro espero, en las televisiones se anuncia que ha vuelto el turismo a España y que ya hemos conseguido inmunidad de grupo. Avanzamos un poco y damos por finiquitada la puñetera pandemia. Y acabamos contando una historia de amor que el público ha seguido durante mucho tiempo. Cómo se resuelve esa historia de amor lo dejo para quienes vean el capítulo.

Así fue la despedida de Antonio Alcántara

En el capítulo Dame alas, último para el personaje y penúltimo de la 21.ª temporada, la familia se reúne en Sagrillas para recuperar poco a poco la normalidad e inspeccionar cómo están sus viñedos ahora que Antonio y Mercedes han recibido ya su vacuna. El abuelo se había levantado con buen ánimo esa mañana y eso les permite reunirse y celebrar en las bodegas una animada comida familiar. Será la última.

Al acabar, Antonio sale con Carlitos a pasear por el campo y, cuando se despide de los suyos, el tiempo se detiene. Un silencio largo y frío señala que el matrimonio se separa, esta vez sí, para siempre. Los hijos no quieren que se vaya, pero él asegura conocer ya todas las piedras del camino.

Subrayada con parsimonia por la Canción de las simples cosas, de Mercedes Sosa, la escena final del personaje es poética y sobria, con Antonio-Imanol solo «en los viejos sitios donde amó la vida». En la tierra, que lo abraza literalmente con sus raíces. Y antes de que sus pulmones le fallen, aún tiene tiempo de ofrecer una última lección vital a un niño que se tropieza con él en los viñedos y a quien alcanza a explicarle con su último suspiro cuál ha sido su secreto para hacer buen vino en la vida: «Las uvas crecen en racimos, porque son como una familia; crecen juntas, se necesitan y se ayudan a madurar».

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 Y así, bajo el vuelo de un ave rapaz, la muerte serena de Antonio Alcántara hizo historia de la televisión en España del mismo modo que hace décadas lo hizo la de otra figura icónica y patriarcal, la del marinero Chanquete, pero donde allí hubo llantos a mares aquí hubo una tristeza austera que Mercedes percibió desde la distancia y aceptó con aplomo: «No te vayas muy lejos», fue su última palabra.

Imanol Arias habla de la muerte de Antonio Alcántara

«Se nos han muerto abuelitos y se nos muere Antonio. Aunque no es exactamente por el bicho -el coronavirus-, coincide con ese momento en el que hay una especial atención a la muerte. La pretensión era esa; la capacidad de la serie para conectarse con la realidad, aunque se hable del pasado», explica Imanol Arias en una entrevista en RTVE.es. «Tarda mucho tiempo en darse cuenta de que su dedicación a los hijos, que le produce tantos malestares, es la única forma que tiene de ser feliz. Es mandón, patriarca, obcecado, mentirosón, exagerado, insufrible, pero es un amor de padre», destaca sobre Antonio Alcántara. 

 «Es como un grano, pero pienso en alguien que no ha sentido nunca el grano de su padre y Antonio Alcántara tiene que parecerle un ser maravilloso», añadió. «No es una muerte dolorosa [...] A pesar de que muere solito, muere con todos», confiesa. 

 «En medio de esa tensión se produjo un rodaje muy especial. Yo iba deshaciendo el personaje a medida que me iba muriendo de rabia porque no se puede parar la naturaleza», recuerda Imanol de un ajetreado día de rodaje que fue interrumpido por una tormenta. «Tenía que ser una muerte que inspirara lo que pasa cuando alguien está a punto de morir. Te viene un callejón de vida, que pasa como un tren, y vuelves hacia atrás», añade. «La muerte -de Antonio Alcántara- tiene una poética y un sentido», recalca Arias.