El alivio de restricciones y los incentivos triplican el ritmo de salida de los ERTE

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Juan Carlos Hidalgo

Escrivá asegura que cada día se reactivan unos diez mil trabajadores

11 jun 2021 . Actualizado a las 08:38 h.

Cada día desde que comenzó junio, diez mil trabajadores que estaban en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) han vuelto a la actividad. Así lo desveló ayer el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que destacó que la cifra triplica la media de reactivaciones que se estaban produciendo a finales de mayo, que oscilaban entre las 3.000 y 4.000 diarias.

Un acelerón del mercado laboral que el ministro atribuyó a dos factores: por un lado, el avance en el proceso de vacunación, que ha desplomado las tasas de incidencia de la enfermedad y ha permitido el alivio progresivo de las restricciones de actividad, lo que unido a la llegada del verano está dando aire a sectores muy castigados como la hostelería o los hospedajes turísticos. A eso se une, incide Escrivá, la entrada en vigor desde el pasado día 1 del nuevo esquema de los ERTE que estará vigente hasta septiembre y que, a diferencia de lo que ocurrió en los cuatro meses anteriores, incluye generosas exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social de aquellas empresas que opten por volver a activar a los trabajadores que seguían con el empleo suspendido.

En concreto, se aplicará una rebaja del 95 % en las cuotas entre junio y septiembre (85 % para firmas con más de 50 personas en plantilla), mientras que en el caso de los empleados que sigan en ERTE el ahorro será del 85 % hasta agosto y del 70 % en septiembre (diez puntos menos en las compañías de más tamaño).

Un modelo ya probado con éxito el pasado verano pero que en esta ocasión encontró el rechazo de sindicatos y patronal, que pese a la mejoría de la situación sanitaria reclamaban seguir con el esquema aplicado durante la tercera ola de la pandemia e incluso acusaron a Escrivá de diseñar políticas desde un laboratorio sin atender a la realidad del tejido productivo.

Frente a esas críticas, el ministro opuso ayer el acelerón en la recuperación de trabajadores de los ERTE, subrayando que España es el país con la segunda mayor tasa de reactivación de la UE, solo superado por Holanda. «Ante situaciones de cierta incertidumbre sobre cuál va a ser la demanda, el saber [las empresas] que cuando activas un trabajador de aquí a septiembre va a tener un exoneración altísima de cotizaciones es un impulso adicional a la activación. Esto tenemos la impresión de que está generando esta aceleración de actividad», argumentó.

En una línea similar se manifestó la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que en un debate en el Congreso (donde se convalidó la última prórroga de los ERTE), explicó que solo el 15 % de los trabajadores que tuvieron su empleo regulado en algún momento de la pandemia se mantienen actualmente en ese limbo laboral. Según Escrivá, son unos 470.000, la mitad que en el pico de la tercera ola, el pasado mes de febrero, y a mucha distancia de los 3,6 millones que llegó a haber durante el confinamiento domiciliario de la primavera del 2020.

Repunte de afiliaciones

Pero la intensa recuperación económica de las últimas semanas no solo está facilitando la reactivación de asalariados en ERTE, sino que está permitiendo crear nuevos puestos de trabajo. Según Escrivá, en junio se aprecia un «arranque fortísimo» en la afiliación y está convencido de que este mes se superarán los 150.000 nuevos cotizantes, tanto en la serie ajustada de estacionalidad como en valores absolutos. De estos nuevos empleos, solo un tercio corresponden al sector hostelero, ya que se está produciendo «una recuperación de amplio espectro», que impulsa a otros sectores como la industria o la educación.

Escrivá, que defendió la subida del salario mínimo por ser una herramienta «muy potente» de redistribución de rentas, pese a los «efectos pequeños sobre el empleo», anunció también que su departamento ultima una penalización para las empresas que abusan de la rotación de contratos en el mercado laboral, con prácticas como dar de baja a los trabajadores en el fin de semana y recontratarlos el lunes.