La UE amenaza con expedientar a Hungría al considerar «una vergüenza» su ley anti-LGTBIQ

SALVADOR ARROYO BRUSELAS / COLPISA

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Von der Leyen anuncia que la Comisión advertirá a Budapest por carta que la norma viola sus «valores fundamentales»

24 jun 2021 . Actualizado a las 08:42 h.

«La ley húngara es una vergüenza», así de contundente se expresó Ursula von der Leyen este miércoles antes de confirmar que su equipo dirigirá una carta formal a Budapest en la que expresará las objeciones de la Comisión Europea a las normas aprobadas la pasada semana en el Parlamento magiar contra la comunidad LGTBIQ. Un marco legal que prohíbe charlas sobre la homosexualidad en las escuelas o difundir anuncios (en horario infantil en televisión, por ejemplo) que reflejen la realidad de los colectivos homosexuales, bisexuales y transgénero o transmitan solidaridad con ellos.

Esta ley «claramente discrimina a la gente por su orientación sexual y va en contra de todos los valores fundamentales de la Unión Europea», así que «utilizaré todos los poderes de la Comisión para asegurar que se garanticen los derechos de todos los ciudadanos de la UE», subrayaba la presidenta del Ejecutivo comunitario durante el acto de validación del plan de recuperación de Bélgica. «He pedido a los comisarios responsables [Didier Reynders, responsable de Justicia es uno de los aludidos] que envíen una carta con nuestras inquietudes legales incluso antes de que la ley entre en vigor» planteaba la alemana como primer paso práctico contra la medida impulsada por el Gobierno de Víktor Orbán.

Carta de catorce países

La calificación sin medias tintas y esa carta llega después se de que quince países, España entre ellos, firmasen el martes una declaración en la que se instaba al Ejecutivo comunitario, como guardián de los Tratados de la UE, a «utilizar todas las herramientas a su alcance para garantizar el pleno respeto de la legislación europea, incluyendo la posibilidad de llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE)».

La canciller Angela Merkel se unió a las críticas y tachó la ley húngara de «equivocada e incompatible con lo que yo entiendo por política».

Procedimiento disciplinario

Hungría y Polonia son los dos únicos socios del club comunitario que se encuentran bajo procedimiento disciplinario del artículo 7 por violación de valores básicos vinculados a los derechos fundamentales o el Estado de derecho. Lo que, sobre el papel, implicaría dejarles sin voto en el Consejo Europeo. Un castigo que requiere la unanimidad de los Veintisiete y que parece condenado a la vía muerta por razones evidentes (ni Hungría ni Polonia se van a dar este tiro en el pie).

La ley anti LGTBIQ de Hungría caldea el ambiente de la cumbre de líderes que se celebra hoy y mañana en Bruselas. El tono duro de Von der Leyen, que en los últimos días se ha enfrentado a reproches de tibieza -aunque una portavoz comunitaria aseguraba que «llevamos días estudiando la ley y se han confirmado [ahora] nuestras sospechas»-, carga sobre una reunión que en el orden del día contempla «revisar el estado de la implementación de los fondos europeos del Next Generation EU».

Fondos, en la cuerda floja

Unos fondos que incorporan el mecanismo de garantía de respeto del Estado de derecho. Una suerte de semáforo que cerraría el flujo del dinero europeo a los beneficiarios que no cumplan con los estándares democráticos que rigen en la UE. Aunque de redacción lógicamente genérica, sin señalar a nadie, ya cuando fue acordado por los Gobiernos y el Parlamento Europeo se vio clara la carga implícita contra Polonia y Hungría (de hecho ambos países amenazaron con bloquear el fondo a finales del pasado año). El problema es que ni está claro cómo podría llegar a implementarse el mecanismo ni tampoco en qué momento del procedimiento.

Budapest asegura que las críticas se basan en «alegaciones falsas» 

El Gobierno del ultranacionalista Víktor Orbán sentenció que lo que es una «vergüenza» son las críticas de Von der Leyen, «ya que se basan en alegaciones falsas». Argumenta que la nueva ley «protege los derechos de los menores, garantiza los de los padres y no afecta los derechos de orientación sexual de aquellos que tiene más de 18 años, por lo que no contiene ningún elemento discriminatorio». Además acusa a la presidenta de la Comisión de haber «emitido una opinión política sesgada sin haberse realizado antes una investigación independiente».

A última hora de la tarde, el presidente húngaro, János Áder, firmó la polémica ley.