Recuperados los cuerpos de las dos víctimas entre los restos del edificio desplomado en Peñíscola

Caterina Devesa REDACCIÓN / LA VOZ

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Unos 160 agentes de rescate trabajaron en las labores de búsqueda
Unos 160 agentes de rescate trabajaron en las labores de búsqueda Domenech Castelló | EFE

El inmueble se vino abajo «como una especie de efecto dominó»

27 ago 2021 . Actualizado a las 08:43 h.

El desplome de un edificio en la urbanización Font Nova, de la localidad castellonense de Peñíscola, en la tarde del miércoles se saldó con dos fallecidos. El cuerpo sin vida de un adolescente de unos 15 años fue encontrado a las 7.43 horas de ayer por los efectivos de rescate, mientras que la pareja de su padre fue hallada muerta entre los escombros horas después, alrededor de las seis de la tarde.

La mujer residía en una vivienda de la primera planta con su hijo, un joven de 16 años que fue localizado vivo la medianoche de la jornada del suceso, cuando fue trasladado al Hospital Comarcal de Vinaroz, en donde permanece ingresado, pero fuera de peligro; su pareja, que se encontraba fuera de la casa en el momento del desplome; y el hijo de esta, la otra víctima mortal.

Unos 160 agentes de rescate trabajaron contra reloj en las labores de búsqueda y contaron con el apoyo de una unidad de perros especializados. Además, un equipo psicosocial fue movilizado para atender a la familia.

Dos derrumbes espaciados

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, aclaró que hubo dos estruendos, correspondientes a dos derrumbes, espaciados unos quince minutos, lo que permitió a muchas personas salir antes de que se desplomaran sus casas en una urbanización compuesta por 55 viviendas destinadas principalmente a uso turístico o como segunda residencia. En total, quedaron destruidos 18 apartamentos, y por precaución los inquilinos del resto, unas 30 personas de 9 familias, fueron desalojadas. Algunas de ellas fueron acogidas por familiares, mientras que el resto fueron instaladas en hoteles. Todos ellos podrán recoger sus enseres durante la mañana de hoy , según indicó ayer Emergencias de la Generalitat.

Una grúa especial se trasladó a la zona para desalojar los bloques grandes
Una grúa especial se trasladó a la zona para desalojar los bloques grandes Domenech Castelló | EFE

Aunque de momento se desconocen las causas del suceso, el director general de Calidad y Rehabilitación de la Consejería de Vivienda, Alberto Rubio, señaló que el inmueble era un tipo de construcción basado en muros de carga paralelos, uno de los cuales colapsó arrastrando los forjados, que a su vez empujaron al resto de muros «como una especie de efecto dominó». Rubio también añadió que el resto de las paredes de la planta baja fueron cayendo «en cascada», lo que hizo que las otros pisos se derrumbaran en un proceso «muy rápido», que vino precedido de la aparición de ruidos y grietas, lo que alertó a muchos vecinos, que salieron antes del colapso. El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, explicó que la zona quedó «como un castillo de naipes». Sobre las viviendas que siguen en pie indicó que «es probable que no se vuelvan a habitar», al menos hasta que se aseguren por parte de los técnicos.

«Los colapsos son cada vez más frecuentes por el envejecimiento y el cambio climático»

El investigador José Miguel Adam alerta de que colapsos como el que ha derrumbado el edificio de Peñíscola son «cada vez más frecuentes» y sus causas principales son el envejecimiento, el cambio climático y la acción humana.

Adam, que es miembro del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón de la Universidad Politécnica de Valencia, asegura que con 30 años «no se puede decir que el edificio pueda presentar síntomas de envejecimiento» aunque hay que tener en cuenta que está muy cerca de la costa y «el ambiente marino acelera el proceso de corrosión de las herraduras del hormigón».

El experto explica que el tipo de construcción del edificio colapsado «no es la más habitual», aunque es igualmente válida. Asimismo, confirma que «ha habido un daño inicial en una zona, que se ha propagado al resto. Esto es lo que se denomina un colapso progresivo, que es un efecto dominó».

Según el investigador, «se podría hablar de que el fallo inicial se pueda haber localizado en alguno de los muros cortantes, bien por problema de cimentación, ya que ha habido lluvias recientes, o un problema de detalle constructivo y que la unión entre elementos horizontales y el muro cortante no sea el adecuado», aunque eso sería «aventurar mucho».