El delegado del Gobierno en Canarias: «Tenemos que esperar a que esto acabe para iniciar la reconstrucción»

Santiago Garrido Rial
Santiago Garrido LA PALMA | ENVIADO ESPECIAL

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SANTIAGO GARRIDO

Anselmo Pestana Padrón habla que la erupción desbocada del volcán de Cumbre Vieja es «un palo durísimo». Tiene conocidos y amigos que han tenido que evacuar o que se han quedado sin viviendas: «Hay mucha incertidumbre, y es el peor escenario que se podía imaginar»

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Anselmo Pestana Padrón es palmero. Nació en la capital, Santa Cruz, en 1965, y desde el año pasado ocupa el cargo de Delegado del Gobierno en Canarias, uno más de una larga trayectoria política que desde 1999 lo ha llevado al Ayuntamiento de Santa Cruz, donde ha sido concejal y diputado; al Cabildo, como presidente (es letrado en esta institución), al Parlamento autonómico y al Senado. Así que conoce bien la isla y a sus paisanos, y observa todos estos acontecimientos «con angustia, con dolor».

Casas que se han perdido, negocios que ya lo han pasado mal durante año y medio con la pandemia «y ahora esto, un palo durísimo». Tiene conocidos y amigos que han tenido que evacuar o que se han quedado sin viviendas. «Hay mucha incertidumbre, y es el peor escenario que se podía imaginar». Y ahora queda mucho por hacer. «Tenemos que esperar a que esto acabe para iniciar la reconstrucción, para ayudar en ella con el apoyo público».

Insiste en la palabra reconstruir, que incluirá también superar algunas deficiencias que afectaban a la isla, como las eléctricas, o ayudar al sector agrícola, tan importante, además de todas las carreteras. Solo el arreglo de las insulares y regionales costará unos 18 millones, y a eso hay que añadir las locales, los caminos… «Y también al sector empresarial», otro de los damnificados.

Cree que el respaldo de todas las Administraciones es un hecho, lo mismo que la coordinación entre ellas. Destaca la futura compra de viviendas por parte del sector público que van a servir para alojar «con dignidad» a quienes han perdido las suyas.

Pestana señala que, de momento, «lo importante es tener el casillero de los fallecidos a cero, que no haya desgracias, y seguir las recomendaciones del mundo científico y de las autoridades». Y reclama tranquilidad, sabiendo que «es algo difícil de transmitir». La Palma, dice, se ha superado a sí misma en otros momentos históricos de dificultad.