Casado y Sánchez vuelven a la bronca pese a la llamada a la serenidad de Meritxell Batet

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El líder del PP, Pablo Casado, este miércoles, durante su pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control al Ejecutivo.
El líder del PP, Pablo Casado, este miércoles, durante su pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control al Ejecutivo. JUAN CARLOS HIDALGO

El presidente del Gobierno ignora las preguntas del líder popular, que exige su dimisión, mientras que una diputada de Junts tacha de «putiferio» la detención de Puigdemont

30 sep 2021 . Actualizado a las 09:07 h.

«¿Es usted la X del caso Gali y ha ordenado que se deje entrar a un individuo en busca y captura por genocidio, terrorismo y violación?». «¿Ordenó usted falsear las previsiones económicas del INE para cuadrar a martillazos el Presupuesto con Podemos?». «¿Va a cumplir su promesa para traer a España a Puigdemont?». Las llamadas de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a una bajada de la temperatura política en el Parlamento no han tenido ningún efecto. El líder del PP, Pablo Casado, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvieron este miércoles una nueva bronca en la sesión de control en la que el presidente de los populares martilleó a preguntas al jefe del Ejecutivo tratando de acorralarlo en los temas más diversos. 

Encubrimiento y prevaricación

Pero Sánchez no solo no contestó a las cuestiones del líder de la oposición, negándose a entrar en lo que calificó como «un juego del sí o no», sino que lanzó a su vez otra batería de reproches a Casado. El resultado fue un nuevo diálogo de sordos que ofrece pocas expectativas respecto a un posible acercamiento en asuntos como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los Presupuestos o la gestión de los fondos europeos.

En plena celebración de la convención nacional del PP, Casado recuperó su tono más agresivo con el presidente. Exigió «respeto» al líder del PSOE ante la negativa a entrar siquiera en las cuestiones que le planteaba y lo acusó de creer que está «por encima del bien y del mal».

Y, para rematar su crítica intervención, reclamó una vez más la dimisión del jefe del Ejecutivo. «Si no está dispuesto a defender a España de delincuentes y de la crisis económica que usted ha empeorado, váyase y déjenos a los demás poder hacerlo», le espetó, expresando así su impaciencia por medirse en unas elecciones y llegar al Gobierno.

Pero Sánchez no estaba ayer por la labor de dar explicaciones sobre nada al líder del PP. Sin inmutarse, trató de utilizar la dureza de Casado para que se volviera contra él. Nada dijo sobre la entrada en España del líder del Frente Polisario con documentación falsa, pese a que Casado le advirtió de que podría caer en un delito de «encubrimiento» y otro de «prevaricación», ni sobre Puigdemont ni sobre la fuerte corrección del INE sobre las previsiones de crecimiento anunciadas por la ministra de Economía, Nadia Calviño

«Putiferio» e insultos a Garzón

Sánchez señaló que los españoles están «hasta la coronilla» de la «bronca», los «insultos» y los «gritos» que, a su juicio, profiere el líder de la oposición en cada sesión parlamentaria. «Acepten que están en minoría y abandonen la insumisión constitucional», le dijo a Casado.

Tras la refriega, la sesión no siguió por mejores derroteros. La diputada de Junts Miriam Noguera elevó la bronca al calificar de «putiferio» lo sucedido en los últimos días con la detención de Puigdemont y su puesta en libertad. «¿Qué está haciendo el Gobierno más progresista de la historia frente a este golpe de Estado togado?», preguntó. Sánchez la tachó de conspiranoica y Nogueras se llevó la reprimenda de Batet: «Creo que ha utilizado algunos términos absolutamente inadecuados para el decoro y la dignidad de esta casa», le dijo. 

Presupuestos antes de fin de año

Pero la gresca continuó durante la intervención del titular de Consumo, Alberto Garzón, que fue increpado desde la bancada del PP. El ministro se quejó luego de haber sido insultado. «Todos los días igual. Hoy diputados del PP situados detrás de mí lo han hecho mientras yo intervenía. ¿Qué necesidad tienen?», se preguntó en un mensaje en Twitter. Aunque Garzón no dio nombres, tras su intervención, de nuevo la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, llamo la atención a los populares José Ignacio Echániz y Pablo Hispán.

La sesión sirvió, al margen, para que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se aventurara a pronosticar que los Presupuestos se aprobarán definitivamente antes de fin de año. «En tiempo y forma», dijo, pese a las diferencias con sus socios de Podemos y a que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aseguró el martes que las cuentas públicas se cocerán «a fuego lento».