Kiko Rivera e Isabel Pantoja se reencuentran en Cantora

Martín Bastos

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El pinchadiscos aparcó la guerra familiar y acudió a visitar a su madre de madrugada tras la muerte de su abuela, doña Ana. Ambos estuvieron solos y quedaron en volver a verse

30 sep 2021 . Actualizado a las 19:25 h.

El fallecimiento de doña Ana, la matriarca de la familia Pantoja, ha conseguido algo que hasta ahora parecía imposible: reunir de nuevo a Isabel Pantoja y a sus hijos bajo el techo de su hogar, en la finca Cantora. La muerte de la abuela coincidió con que todos los miembros jóvenes de la familia se encontraban lejos de casa, en la isla canaria de La Graciosa, para acudir a la boda de Anabel Pantoja.

En un primer instante, Kiko Rivera escribió en redes sociales una conmovedora despedida a doña Ana con un desgarrador mensaje en el que atacaba una vez más a su madre: «Tus hijos no me dejan despedirme, ni siquiera me han informado de tu estado. Lo siento mucho yaya. Me siento roto, solo y desolado». Con el paso de las horas, el hijo de Isabel Pantoja y Paquirri decidió finalmente poner rumbo a Sevilla y hacer caso a su corazón pues consideró que, en un momento tan duro para toda la familia, debía aparcar la guerra que desde hace un año está librando de forma pública contra su madre.

Destrozado por la muerte de su yaya, Kiko admitía al programa Sálvame que aunque a él se le había muerto una abuela, a su madre se le había muerto su madre. Aseguraba que en estos momentos necesitaba ir a Cantora y, si le dejaban entrar, dar un abrazo a la tonadillera, devastada tras dar el adiós a uno de los pilares de su vida.

Y así lo hizo. Emprendió un pesado viaje imprevisto desde la isla situada en la costa de Lanzarote en compañía de su hermana Isa, de su prima Anabel y de Raquel Bollo. Después de tomar un ferri, dos aviones y cerca de 150 kilómetros en coche desde Sevilla a Medina Sidonia, Kiko entraba por fin en Cantora a altas horas de la madrugada, aparcando por un momento el tenso conflicto familiar.

Lo hacía visiblemente abatido, con su inseparable gorra, y en el sitio del copiloto de un coche conducido por su primo, Manuel Cortés. Sin hacer declaraciones, el pinchadiscos llegaba a la famosa finca para reencontrarse, un año después, con Isabel Pantoja y dar el último adiós a su abuela

En torno a las 4 de la madrugada y tras permanecer varias horas con su madre, Kiko abandonaba la finca acompañado de nuevo por su primo. Agotado y sacando fuerzas de flaqueza, el marido de Irene Rosales levantaba el pulgar, un gesto significativo de que todo había ido bien en su esperado reencuentro con su madre después de un año sin ningún tipo de relación.

Fue un íntimo amigo de Paquirri, que salió de la finca poco después, el que explicó cómo había ido este reencuentro. «Todo ha ido muy bien, muy bien, estupendamente bien», señalaba el hombre, asegurando que Isabel Pantoja ha recibido «fenomenal» tanto a Kiko como a Isa y que se emocionó «mucho» al verlos en Cantora.

Este jueves, Ana Rosa Quintana reveló en su programa que Isabel Pantoja y Kiko, apartados del resto de la familia, se fundieron en un emocionante abrazo y conversaron durante largo rato, según recoge Europa Press. Recordaron anécdotas de doña Ana y la tonadillera le pidió a su hijo que le dejase ver más a sus nietas, Ana y Carlota, a las que echa mucho de menos. Una conversación tranquila en la que, además, quedaron en volver a verse para hablar y tratar los asuntos de la herencia de Paquirri y de todos los conflictos que tienen abiertos.

Durante este encuentro, Agustín Pantoja se mantuvo encerrado en una habitación, evitando así cruzarse con su sobrino, que lo ha demandado por administración desleal, estafa y apropiación indebida.

 Ana Rosa también desveló que doña Ana no falleció el miércoles 29 de madrugada, sino en torno a las 20 horas del martes 28, por lo que Isabel Pantoja habría ocultado el fallecimiento a sus hijos durante varias horas.

Para la prima de Kiko Rivera, Anabel Pantoja, este está siendo también uno de los momentos más complicados de su vida. Después de superar numerosos obstáculos relacionados con su boda con Omar Sánchez, aplazada en dos ocasiones, tiene previsto celebrar su enlace este viernes, pero el fallecimiento de su abuela, Ana Martín, ha alterado sus planes para el gran día.

Totalmente destrozada la colaboradora de Telecinco tomó inicialmente la decisión de suspender su enlace, aunque finalmente una llamada de Isabel Pantoja hizo que reconsiderara su decisión y decidiera seguir adelante. La tonadillera la convenció de que eso sería lo que su abuela habría querido.

No obstante, y aunque ya se encontraba en La Graciosa para poner a punto todo para su boda, la colaboradora de televisión puso rumbo a Cantora junto a sus primos Kiko Rivera e Isa Pantoja y su amiga Raquel Bollo. Entró con ellos en la finca sin querer hacer declaraciones y sin poder disimular su tristeza.

Mientras que Kiko Rivera abandonó el domicilio tras pasar unas pocas horas con su madre, Anabel e Isa Pantoja se quedaron a dormir.

Poco antes de la llegada de los nietos al domicilio familiar, Agustín Pantoja acudió al tanatorio a última hora de la noche del miércoles para recoger las cenizas de su madre, que había sido despedida en la intimidad e incinerada durante la tarde.