La querella de Podemos contra Batet rompe la relación de confianza en la coalición

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, en su reunión previa al Consejo de Ministros que aprobó los Presupuestos
Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, en su reunión previa al Consejo de Ministros que aprobó los Presupuestos Javier Lizón | Efe

El Gobierno atraviesa su mayor crisis, pero Sánchez mantendrá la alianza para no poner en peligro los Presupuestos. Yolanda Díaz insiste en derogar la reforma laboral del PP «a pesar de todas las reticencias». Garzón dice ahora que la denuncia es «a título personal» de Alberto Rodríguez, que esta tarde anunciaba que deja Unidas Podemos

23 oct 2021 . Actualizado a las 21:08 h.

El Gobierno de coalición atraviesa la mayor crisis desde que se firmara el pacto para la investidura de Pedro Sánchez. Las divergencias entre la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en torno a la reforma laboral y el liderazgo de las negociaciones para derogarla eran un choque previsto. Pero Unidas Podemos cruzó para el PSOE una línea roja al anunciar una querella por prevaricación contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por aceptar la retirada del escaño al diputado morado Alberto Rodríguez tras ser condenado en el Tribunal Supremo por patear a un policía. El diputado de la formación morada anunciaba en la tarde de este sábado que deja Unidas Podemos tras perder el escaño. «Toca cerrar un ciclo, abandono la militancia de Podemos», ha dicho Rodríguez. «Me veo inmerso en un proceso juicial en el que claramente se quiere perseguir el activismo y la protesta», continuaba a su llegada al aeropuerto de Tenerife, donde ha sido recibido por un centenar de personas al grito de «justicia».

Rodríguez ha añadido que «por supuesto» recurrirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si no encuentra cobertura en el sistema jurídico español.

Díaz desafía a Calviño

Nadie en el PSOE contempla la ruptura de la coalición, pero la relación de confianza ha quedado dañada. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no esperaba ese paso desafiante de sus socios, que llegó inmediatamente después de que él respaldara a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en la batalla abierta con Yolanda Díaz por la reforma laboral. Pese a la indignación en el sector socialista, la orden de Moncloa es enfriar la crisis y no elevar la tensión con declaraciones que puedan ahondar la grieta.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, evitó abordar esa polémica en su discurso en el congreso confederal del sindicato Comisiones Obreras y aseguró, para alejar la idea de una ruptura, que su «compromiso con la coalición» es «total».

Pero mantuvo el pulso a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, asegurando que la derogación de la reforma laboral del PP es «una decisión inalterable para este mismo año». «Vamos a derogar la reforma laboral a pesar de todas las resistencias, que las hay y son muchas», señaló la titular de Trabajo, pese a que Calviño insista en plantear solo un paquete de medidas «equilibrado»

Lastra garantiza la derogación de la reforma laboral

El PSOE no quiere que esta polémica sirva para que Unidas Podemos se la atribuya en solitario la derogación de la reforma laboral del PP cuando se lleve a cabo. La vicesecretaria general socialista, Adriana Lastra, aseguró este sábado que el Gobierno derogará la reforma laboral. «Y lo va a hacer el PSOE», añadió, porque es posible «una recuperación justa, con pensiones y salarios dignos, frente a una derecha que afirma que hay que elegir entre crecimiento y derechos sociales». «Vamos a derogar la reforma laboral. Y lo va a hacer el PSOE», aseguró Lastra en su intervención en el congreso socialista de Extremadura.

Para tratar de rebajar el enfado en Ferraz, Podemos aclaró que la querella por prevaricación contra Batet es una acción legal de Alberto Rodríguez «a título personal», y no estará firmada por el partido, según precisó ayer el ministro de Consumo, Alberto Garzón. El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, ya señaló que la vicepresidenta Yolanda Díaz estaba informada de la iniciativa, aunque no aclaró si la respaldaba o no.

No habrá ruptura de la coalición

Aunque no en público, las críticas internas entre los socialistas contra sus socios de Gobierno arrecian ante lo que se considera una deslealtad de Unidas Podemos. Pero Sánchez tiene decidido mantener la coalición, ya que su prioridad es aprobar unos Presupuestos que le garantizarían acabar la legislatura incluso en el que caso de que se acabara produciendo finalmente una ruptura de la coalición.

Además, una quiebra inmediata del pacto llegaría en un pésimo momento, cuando España a punto de recibir los Fondos Europeos de Recuperación, que se consideran capitales para encauzar con garantías las próximas elecciones generales.

El PSOE sale en defensa de la presidenta del Congreso, pero evita alimentar el choque

El PSOE considera injusto el ataque de Unidas Podemos contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Aunque los socialistas acataron la orden de no alimentar la polémica con Unidas Podemos con declaraciones que agranden la grieta abierta, salieron en defensa de su compañera de partido. La ministra de Defensa, Margarita Robles, una de las que más abiertamente se suele pronunciar contra los dirigentes de la formación morada, moderó el tono de sus críticas y señaló que no es partidaria de «judicializar» la política.

«La vida política tiene su propio cauce de difusión y de debate. Los problemas políticos se resuelven políticamente y no interponiendo querellas», señaló. «El Gobierno tiene que colaborar, no hay parcelas de nadie. Todos debatimos y discutimos. Cuando hay debate y discusión, efectivamente se avanza», añadió respecto a la reforma laboral.

Críticas del PP, ERC y JxCat

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, expresó su respaldo a Batet en su «cumplimiento riguroso de la ley» al retirar el escaño al diputado de Unidas Podemos condenado y recalcó que las sentencias «se recurren pero no se incumplen. Unidas Podemos insistió sin embargo en descalificar el fallo del Supremo. El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, señaló que cada vez hay «más voces jurídicas explicando que lo que se ha hecho con Alberto Rodríguez no se ajusta a derecho, por ser muy suave en los adjetivos». Y añadió que el «Estado profundo está tan desatado que ya pasa completamente del derecho», lo que, a su juicio, es peligroso para la democracia».

El PP, por el contrario, reclamó el abandono «inmediato de los ataques por parte del Gobierno contra la Justicia», y exigió al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el cese de la ministra la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, tras su «inaceptable» acusación de prevaricación al Tribunal Supremo.

Pero también desde el independentismo catalán, aunque por motivos opuestos, se criticó a Unidas Podemos. La portavoz de Junts per Catalunya en el Congreso, Míriam Nogueras, que aprovechó para atacar a Podemos, afirmando que tanto este partido como los comunes en Cataluña «miraron a otro lado» cuando la justicia retiró el escaño a los presos independentistas en el Parlamento catalán y en el Congreso y «encarceló» al Govern del 1-O. «La gente de Podemos, de los comunes, ¿dónde estaba cundo en 2017 Marchena hizo retirar el acta a Francesc Homs? Estaban mirando hacia otro lado, inmersos en su guerra para destruir nuestro espacio, y también estaban anestesiando al independentismo», afirmó en un acto en Granollers (Barcelona). Y también el diputado de ERC, Gabriel Rufián, afirmó que la izquierda «se puso de perfil cuando los jueces ya hicieron con independentistas lo que ahora han hecho con uno de los suyos».