Marki-Zay, un economista liberal con el reto de destronar al poderoso Orbán

Pablo L. Barbero BERLÍN / E. LA VOZ

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El opositor húngaro Peter Marki-Zay, el pasado 22 de octubre.
El opositor húngaro Peter Marki-Zay, el pasado 22 de octubre. BERNADETT SZABO | Reuters

Es el candidato de una coalición de seis partidos que abarcan todo el espectro político

24 oct 2021 . Actualizado a las 09:55 h.

Cuando en el 2018 Peter Marki-Zay ganó en la localidad de Hodmezovasarhely, bastión del partido gobernante húngaro Fidesz, muchos pusieron la vista en él como el revulsivo que necesitaba la oposición para plantar cara al todopoderoso primer ministro Víktor Orbán. Finalmente su candidatura se concretó el pasado 17 de octubre, cuando el independiente se impuso holgadamente en las primarias de la coalición opositora que concurrirá a las legislativas del año próximo. Este economista conservador, padre de siete hijos, afrontará en el 2022 el desafío de repetir a nivel nacional el logro que entonces consiguió en la ciudad: destronar a Orbán.

Lograr ese objetivo pasa por la complicada unión de seis formaciones que abarcan todo el espectro político de oposición: el Partido Socialista, las izquierdistas Coalición Democrática y Párbeszéd (Diálogo), el partido liberal Momentum, el ecologista LMP y el nacionalista de derechas Jobbik.

Esta amalgama de fuerzas con principios a menudo antagónicos es la única forma que ven los opositores a Orbán de sacarlo del poder. Se divisa, por primera vez, una posibilidad real de poner fin al dominio del Fidesz, pues la lista unificada de la oposición contaría según las encuestas con un 39 % en intención de voto, empatada con el partido del primer ministro.

Unir a todos los votantes de la oposición para que apoyen al candidato opositor será el gran reto. «No solo queremos ganarle a Orbán, queremos construir una nueva Hungría», dijo el flamante candidato a la jefatura del Gobierno ante sus simpatizantes en Budapest tras conocerse el resultado de la votación, en la que participaron más de 600.000 ciudadanos. «La salida no está ni a la derecha ni a la izquierda, sino arriba. El Gobierno de Orbán va a ser reemplazado por una mayoría de dos tercios», afirmó.

Su objetivo, en caso de ganar las legislativas, es acabar con la tendencia «antidemocrática» de Hungría que la lleva a enfrentarse regularmente con la Unión Europea. «Democracia, Estado de derecho, integración europea: ese es el camino a seguir», insiste el candidato opositor, favorable a la adopción de la moneda única europea en Hungría y preocupado por el respeto a los derechos de las minorías.

Peter Marki-Zay, al que se conoce ya como MZP, trabajó cinco años en EE.UU., así como en Francia y otros países europeos, una experiencia que lo marcó. «Me abrió los ojos, aprendí a aceptar las diferencias entre las personas y culturas, a ser más pragmático», agrega este político, que habla inglés, francés y alemán.

Considera que no es «un político típico» y dice estar listo a replicar con mensajes «contundentes», incluso «radicales», ante las «mentiras y la propaganda» del entorno de Orbán. MZP ya causó controversia al asegurar que la mitad de los miembros del Gobierno de Orbán eran homosexuales. «Queremos construir una Hungría donde incluso los políticos de Fidesz puedan admitir abiertamente sus preferencias, porque no hay por qué enrojecer», afirma. Y dice que son necesarias propuestas para defender a los homosexuales de las campañas anti-LGBT del Ejecutivo.

El origen de la polémica está en la ley, ya en vigor, que relaciona la homosexualidad con la pederastia y prohíbe hablar de ella en las escuelas y en espacios mediáticos dirigidos a menores. El entorno del ultranacionalista Orbán acusa al nuevo líder opositor Peter Marki-Zay de ser una marioneta de la izquierda y se muestra dispuesto a no ceder un palmo en el pulso en sus políticas nacionalistas que les llevaron al poder.