Esto es lo que tienes que hacer para ponerte bien el sujetador

Lucía Cancela
lucía cancela A CORUÑA / LA VOZ

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Begoña Bermúdez, profesional experta en corsetería, asegura que el problema es que «nadie sabe su talla correcta»

27 oct 2021 . Actualizado a las 16:52 h.

No todo lo que reluce es oro. Y el uso de sujetadores no queda exento al refranero español. Begoña Bermúdez, experta en corsetería, lo sabe bien: «Todo lo que conocen las mujeres sobre el mundo del sujetador es incorrecto». Aunque a esta coruñesa, no le extrañe: «No hay cultura. Nadie nos dice qué necesitan nuestras mamas». Bermúdez regenta una consulta en A Coruña, y no hay día que pase sin ver un error.

El más común: el tallaje. «Nadie sabe cuál es su talla correcta», señala. Y así comienza la bola de problemas. No solo es estética, pues puede ocasionar estreñimiento, dolor de espalda o nuca y jaquecas. «El sujetador es la única prenda con dos tallas», detalla la experta. «Deberá ir acorde a nuestra estructura y a nuestra mama». Los cuatro elementos que forman el sostén desempeñan una función. Eso sí, «siempre que estén bien colocadas», dice Begoña, y añade: «Que no es lo habitual».

Estas partes se ven a simple vista. Aro, copa, contorno y tirante. «El aro moldea la grasa que rodea la glándula mamaria. Además, ayuda a que drene bien la sangre hasta ella. La copa la sujeta. El contorno lleva el peso y permite que el sujetador no se mueva en todo el día. Y, finalmente, el tirante sirve para que siempre lleves acoplada la glándula axilar con la frontal, y no se produzca un desprendimiento de la grasa entre ellas al ir moviéndote con impacto en el día a día», cuenta la profesional.

Turno para un correcto uso. Paso a paso. En primer lugar, se debe colocar el sujetador por delante. «Los tirantes nunca deben apretar», recuerda Begoña. A continuación, la mujer tendrá que inclinarse hacia adelante: «La mama cuelga y colocamos el aro en su nacimiento. Justo en el socavón en el que termina nuestra estructura corporal y se percibe un hueco», añade.

Segundo paso: «Nos ponemos rectas, siempre apretando el aro, porque si no lo hacemos, la mama descansará sobre la boca del estómago». En tercer lugar, se ajusta el contorno y se abrocha la parte trasera. «Debe ir tensa para que nuestro pecho acompañe nuestros movimientos».

Después, comienza la manipulación: «Con la mano contraria colocamos la mama en la copa. Tiramos de ella hacia adelante y, al mismo tiempo, con la mano correspondiente al pecho empujamos el aro hacia abajo y hacia atrás». Finalmente, este elemento descansará sobre la costilla frontal y la costilla lateral, y el sujetador quedará un dedo por encima de la boca del estómago.

Con todo, lo recomendable es huir de los sostenes con poco agarre o de ir sin sujetador: «La mama necesita sujeción. La glándula mamaria va rodeada de grasa y con el movimiento continuo se va desprendiendo. Por eso la mama cae. El 99 % de las mujeres llevan el pecho sobre su estómago». Ella ya advirtió: «Esto es un mundo aparte».

Estefanía Ruibal, una de sus clientas, lo sabe bien: «Descubrí que no sabía ponerme el sujetador». Esta usuaria notó hasta un cambio en su autoestima: «Tan pronto me puse la camiseta con el sostén que ella me dio, me miré al espejo y ya me veía diferente». Lo que, sin duda, comparte: «Cuando mi ahijada cumplió 18 años la llevé a una de sus asesorías».