Díaz da por «zanjado» el debate de la derogación de la reforma laboral, pero Calviño habla otra vez de «corregir»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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La ministra de Economía dice que «no se trata de volver a la reforma de 2009» y la CEOE pide al Gobierno que le aclare qué es lo que quiere hacer

04 nov 2021 . Actualizado a las 10:23 h.

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dan por superado el conflicto abierto en el Gobierno sobre la representación y la metodología de trabajo en la negociación de la reforma laboral. Pero, pese a la tregua impuesta por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en la reunión del pasado martes con sus números dos y tres, las diferencias en torno al contenido de esa reforma se mantienen.

Díaz se aferró este jueves a la literalidad de lo acordado en la reunión con Sánchez y señaló por ello que el debate en torno al alcance de la reforma «ya está zanjado», dando por hecho que lo que va a hacer el Gobierno es «derogar» la norma actual. Convencida de haberse impuesto en la pugna con Calviño, Díaz pidió dejar trabajar «con serenidad» a la mesa del diálogo social, que lleva negociando, según dijo, «siete meses en los que se ha avanzado mucho», y advirtió de que «el ruido no ayuda» a alcanzar un acuerdo.

Pero Calviño mantuvo abierto el debate nominal y rechazó de nuevo la palabra «derogar», explicando que de lo que se trata es de «corregir aquellos aspectos» de la reforma aprobada en el 2012 por el PP que no han resuelto los problemas del mercado laboral. «No se trata de volver a la reforma de 2009», advirtió, en referencia a la legislación anterior a la aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy y también a la que sacó adelante en el 2010 el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

La responsable de Economía pidió huir de «debates estériles» y de «eslóganes» en torno a si la reforma de la ley supondrá o no derogarla, y señaló que los españoles «se merecen algo más». «No se trata de cambiar todo por cambiar, sino de corregir aquellos elementos que hemos venido arrastrando», insistió respecto a la posición que mantendrá el Gobierno en la negociación con unos agentes sociales a los que ve «muy comprometidos».

En cuanto al origen de las discrepancias surgidas en el seno del Gobierno sobre la reforma laboral y después de que la ministra de Igualdad, Ione Belarra, acusara a Calviño de «injerencias», la ministra de Economía afirmó que solo hubo un «mensaje» en el que se pedía que había que coordinarse ahora que se enfilaba la fase final de la negociación, «algo que entiende cualquiera». «Es evidente querer incorporar todos los puntos de vista de todos los compañeros del Gobierno», reiteró.

Calificó como una «tormenta en un vaso de agua» las diferencias públicas con su posición expresadas por Yolanda Díaz y advirtió de que lo importante no son los «personalismos o individualidades». «Nuestro objetivo tiene que ser que la patronal se sume», explicó, adelantando que considera «constructiva» la actitud de los empresarios.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi se alineó con las tesis de Calviño, pero exigió claridad en la propuesta del Ejecutivo. «El Gobierno ha llegado a su acuerdo y, por tanto, ya nos contarán. Lo que no quiero es que ahora parezca que los malos somos nosotros», recalcó, para dejar claro que la reunión de Sánchez con sus vicepresidentas no ha aclarado hasta dónde quiere ir Moncloa. «Estamos dispuestos a hablar de lo que habla Europa, y no de lo que hable cualquier ministro o ministra del Gobierno», concluyó Garamendi.

 

Sobre este mismo asunto, la diputada de Unidas Podemos Sofía Castañón ha dicho en rueda de prensa que no contemplan un escenario que no sea el «cumplimiento del acuerdo de Gobierno», lo que según ha dicho supone «derogar la reforma laboral» del PP.

Por su parte, el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, se ha mostrado confiado en que se va derogar la actual reforma laboral porque está firmado en el acuerdo del Gobierno de coalición y en el de investidura y se trata de un contrato político con la mayoría que sustenta al Ejecutivo.