Génova señala al jefe de gabinete de Ayuso como el responsable de la batalla interna

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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A. Pérez Meca | EUROPA PRESS

La dirección perfila la elección de un candidato que supere la primera vuelta

05 nov 2021 . Actualizado a las 10:10 h.

La versión oficial en Génova 13 es que «no hay ningún conflicto» entre Pablo Casado y Ayuso por la presidencia del PP de Madrid, afirmaba este jueves el vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Montesinos. «Todos estamos remando juntos para que Casado sea presidente del Gobierno más pronto que tarde». Sin embargo, ninguna de las dos partes parece estar dispuesta a ceder para posibilitar un acuerdo que evite una guerra civil en el congreso del que saldrá el presidente del PP madrileño.

El problema de fondo es que la presidenta autonómica aspira a hacerse también con las riendas del partido a nivel regional. Sin embargo, en la dirección, es decir, Casado, apuestan a que Madrid continúe con la bicefalia que se ha venido manteniendo hasta el momento, es decir, que la persona que gobierna no sea la misma que la que lidere el partido, una anomalía que solo se da en esta región, precisamente para evitar un exceso de poder que no amenace a la dirección del partido.

Hasta el momento la única dirigente que se ha pronunciado y que aspira a presidir el PP de Madrid es Ayuso, pero la dirección nacional trabaja con menos discreción de la que le gustaría en la búsqueda de un candidato alternativo que, entienden, solo podría ser el alcalde de la capital española, José Luis Martínez-Almeida, ya que cualquier otra figura de menor peso, como se planteó en un primer momento con la senadora Ana Comíns, podría perder en la primera vuelta. Por el momento, el regidor madrileño continúa sin despejar su futuro. 

Mecanismo de elección

El sistema de elección es el mismo mediante el que Casado salió elegido presidente. A doble vuelta. En la primera hay que votar en dos urnas. En una, cada afiliado elige directamente a la persona que le gustaría que dirigiera el partido. En la segunda, el nombre de un compromisario que se encargaría de representarlo en una votación final. La cuestión es que si en esta primera vuelta uno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos y al menos 15 puntos porcentuales por encima del segundo, pasaría a ser elegido directamente presidente sin necesidad de una segunda votación. De este modo, si hubiese dos candidatos, Ayuso podría ser proclamada presidenta si obtuviese 57,5% de los apoyos en la primera urna, ya que el segundo se quedaría con el 42,5%, 15 puntos por debajo.

En caso de no lograrlo, se pasaría a una segunda votación en la que los compromisarios elegirían directamente en urna entre los dos finalistas, por lo que se trataría de una votación supuestamente más controlada por la dirección, y en donde Génova considera que tiene más opciones. Por ello, el gran reto es superar ese umbral del 42,5%.

De todos modos, todavía falta mucho. Fuentes de la dirección apuntan a que Casado «no se deja presionar» y no adelantará el Congreso, como reclama Ayuso, y que este se celebrará en la primavera del 2022. Las mismas fuentes también lamentan el «incendio» que hay organizado en el partido, responsabilizando exclusivamente a «la otra parte», es decir, a Ayuso. Mejor dicho, a su director de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, un veterano al que acusan de realizar «intoxicaciones» interesadas.