Así puedes dejarle la herencia a tus perros: estos son los más afortunados del mundo

María Cedrón REDACCIÓN

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En España hay 9,3 millones de perros y garantizar su bienestar se ha convertido en una preocupación para sus dueños. Este es el procedimiento legal para hacerlo

14 nov 2021 . Actualizado a las 10:24 h.

En una entrada de su diario, escrita en 1912, el escritor inglés Samuel Butler anotó: «El gran placer de un perro es que puedas hacer el tonto con él. No solo no te va a regañar, sino que va a querer hacer el tonto contigo». Quien tenga perro entenderá a la perfección qué quería decir el señor Butler. Porque está claro que nadie te va a querer tanto, ni de un modo tan generoso y desinteresado, como tu perro. Muchos de los que tenemos uno lo sentimos así. No es descabellado, por tanto, que cada vez más personas piensen en cómo blindar el bienestar de ese miembro fundamental de la familia cuando ya no estén para cuidarlo. Porque ellos son, palabra de Edith Wharton, «un latido a nuestros pies». Entonces llega la pregunta del millón. Ahora que cada vez más países —aunque avanza con retraso, también España— preparan cambios legislativos para que los animales de compañía, en general, y los cánidos, en particular, sean reconocidos como seres vivos dotados de sensibilidad, ¿puedo dejarles mi herencia? Pues por ahora en España la respuesta es no: «De momento, no puede nombrarse heredero en esos términos», explican desde el Colegio de Notarios de Galicia.

Otro gallo cantaría en el caso de vivir en Estados Unidos. Justo el pasado mes de febrero trascendió en los medios norteamericanos que el empresario del medio oeste Bill Dorris había dejado su fortuna de cinco millones de dólares (en torno a 4,1 millones de euros) a su perra Lulu. ¿Cómo lo hizo? Dejando el dinero en un fideicomiso —figura sucesoria que permite al testador encargar a una persona la administración o conservación de determinados bienes para entregarlos a otro en un momento dado— que debe cubrir todo lo que precise la perra. Esta ha quedado a cargo de una amiga del empresario, tal y como estableció este en su testamento. De este modo, el administrador del fideicomiso deberá reembolsarle a la mujer los gastos mensuales que le genere el cuidado del animal.

DISTINTAS FÓRMULAS

Pero lo que puedan hacer o no en otros países es otra historia. Para los que vivan en España o en Galicia, mejor explorar las vías de las que se puede echar mano para garantizar el bienestar de nuestro peludo. Porque, como dicen desde el Colegio de Notarios, soluciones hay. «El testador puede realizar disposiciones destinadas a proteger y cuidar a las mascotas, tales como un legado de dinero para atender sus necesidades. Otra fórmula jurídica consiste en legar determinados bienes al heredero o hacer legados con la condición de cuidar a la mascota», apuntan.

Lo que está claro es que, tal y como está ahora el Código Civil, resulta imprescindible hacer testamento para blindar a nuestra mascota porque de lo contrario, esta pasará a nuestros herederos, teniendo ellos potestad de decidir sobre su futuro. La razón, como explica en una entrada del portal SoloHerencias, es que mientras no cambie la norma, las mascotas son bienes muebles. Eso quiere decir que tienen la misma categoría que un coche o un piso. Por ello, explican, «pueden ser legados a una tercera persona, pero nunca beneficiarios directos de nuestros bienes». Pero también enumeran un listado de alternativas para que a nuestra Blue, Stepy, Pepe, Ringo, Cuca, Toby, Balú o Vitorio... no le falte de nada.

Hablan, por ejemplo, de crear una fundación cuyo objetivo será el de cuidar y proteger al perro e incluso también a sus descendientes. En España las fundaciones pueden heredar nuestros bienes, con excepción de la parte correspondiente a la legítima, que en Galicia se corresponde con un cuarto de los bienes que deberá repartirse entre los hijos.

Otra alternativa, añaden, es nombrar una entidad o persona que se haga cargo de la mascota y marcar una cantidad de dinero que cubra gastos de comida, veterinario, peluquería, paseos... Además, recomiendan especificar muy claramente en el testamento que la persona o entidad elegida ha de cuidar del animal hasta el final, o incluso ocuparse de su descendencia.

EL CASO DE GUNTHER III

Aunque no ocurrió en España, la condesa alemana Karlotta Libenstein dejó todo atado y bien atado para que no solo fuera su perro el beneficiario de su fortuna. En su testamento dejó escrita la creación de un fideicomiso con 106 millones de dólares (91,5 millones de euros) para su pastor alemán Gunther III. Era el año 1991 y aunque los animales no pueden heredar activos financieros directamente, pueden acceder a esa riqueza a través de esta figura. Lo que hizo el equipo de gestores es multiplicar el capital del perro, llegando a incrementar el valor de sus bienes hasta los 400 millones de dólares (345,4 millones de euros). Esa fortuna está ahora en poder de uno de sus descendientes, Gunther IV, que por una cuestión de longevidad canina, probablemente no sea ya ni el hijo de Gunther III. El animal, según han publicado varios medios, al parecer vive en una casa en Miami que le compró a Madonna, además de ser el CEO de Gunther Corporation.

La historia de Gunther parece de película, pero quién dice que no pueda ocurrir una historia parecida en España. La propuesta de ley de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento, cuya tramitación está ya en proceso a instancias del PSOE y de Unidas Podemos, podría abrir una puerta a que las mascotas puedan heredar bienes. El objetivo de esos cambios normativos, algo que ya se intentó en el 2017 a instancias del PP, es que los animales dejen de ser objetos para ser reconocidos como seres vivos dotados de sensibilidad. En caso de aprobarse, los perros pasarían a ser tratados como hijos en caso de divorcio. Entonces, por qué no podrían heredar. Los juristas tendrán que dar la respuesta en caso de que el texto acabe aprobándose.

Estos peludos son muy afortunados

Las mascotas de Oprah

No hay duda de que Oprah Winfrey adora a sus perros. Dicen que ha dispuesto un fideicomiso de 30 millones de dólares para los golden retrievers, Luke y Layla; la cocker spaniel Sadie y los springer spaniel Sunny y Lauren.

Los tres perros de Alexander McQueen

Cuando hizo testamento antes de morir, el diseñador británico no olvidó a sus tres perros. Les dejó 50.000 libras para que no les faltara de nada mientras vivieran. El resto de su fortuna fue a parar a varias asociaciones benéficas.

Flossie, el perro de Drew Barrymore

En el 2002 las llamas se cebaron con la casa en la que vivía la actriz Drew Barrymore. Le salvó la vida su perro Flossie. Para agradecérselo, colocó su casa de Beverly Hills, valorada en tres millones de dólares, en un fideicomiso para su perro.

El legendario Tobey Rimes

Era un caniche francés propiedad de Ella Wendel, que supuestamente habría heredado unos 15 millones de libras tras el fallecimiento de su dueña. Los rumores dicen que aún hay descendientes de Tobey que disfrutan de la fortuna.