Archivan el caso del cura que dijo que las niñas Anna y Olivia estarían vivas si su madre no se hubiera separado

La Voz REDACCIÓN

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El polémico padre Báez, en una de sus intervenciones en televisión.
El polémico padre Báez, en una de sus intervenciones en televisión.

Fernando Báez realizó unas declaraciones en la radio y publicó una serie de alegatos en su Facebook personal que llevaron a que el Obispado de Canarias lo apartara de los púlpitos y le ordenara silencio. El juez entiende que «no existen indicios» de que el sacerdote cometiera un delito de odio con sus manifestaciones

01 dic 2021 . Actualizado a las 16:20 h.

Un juzgado ha archivado la denuncia por delito de odio presentada por la Fiscalía contra el sacerdote Fernando Báez por defender que las niñas Anna y Olivia estarían vivas si su madre no se hubiera separado, después de que este aclara al prestar declaración que no pretendía justificar la conducta del padre, que considera «de asesino al cien por cien».

Cuando toda España estaba conmocionada por el hallazgo del cuerpo de Olivia en el fondo del océano, atado a un lastre para que se hundiera, lo que apuntalaba la sospecha de que el padre había asesinado a las dos pequeñas y después se había suicidado, Báez realizó unas declaraciones en la radio y publicó una serie de alegatos en su Facebook personal que llevaron a que el Obispado de Canarias lo apartara de los púlpitos y le ordenara silencio.

«Si ese matrimonio hubiese sido fiel, no se hubiese roto, esas niñas estarían vivas», «la falta de fidelidad... y después vienen estas cosas», «no entreguemos a los hijos de un padre a otro y evitaremos tragedias y dramas como las que estamos viendo», fueron algunas de sus declaraciones cuestionadas por el Ministerio Fiscal.

Sobre el padre y presunto asesino, Tomás Gimeno, escribió: «Se quitó de en medio para no seguir sufriendo y a las niñas para que no sufrieran la pérdida de su padre, y a ver si se atreve con cojones un solo psicólogo a decir lo que acabo de decir». O esta otra, en la que describía al padre como una «víctima»: «No digo de quién, pero quien me escucha, si no es tonto, sabe a qué y a quién me refiero».

Y, de paso, defendía que había que volver «a la tradición», a «los caminos antiguos» de «cuando un hombre aguantaba a las mujeres aunque se volvieran locas» y las esposas soportaban a los maridos «aunque fueran borrachos o sucios». «Ahora no», apostillaba, «ahora te dejas y te dejas y después vienen estas cosas».

La Fiscalía de Canarias llevó esas palabras ante el juez porque, bajo su criterio, con ellas el cura Fernando Báez «justificaba la desaparición y muerte de las hijas de Tomás Gimeno y Beatriz Zimmerman por parte del primero, porque la madre se había separado del padre de las niñas, con el argumento de que todo esto se debe a situaciones de separación, a que las mujeres no aguantan a los hombres, cambian de pareja y separan a sus hijos de sus padres». Para el Ministerio Público, el sacerdote podía haber cometido un delito de odio en su modalidad de justificar un crimen machista.

Sin embargo, el juez de Instrucción número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, Alberto Puebla, no lo ve así, sobre todo después de tomar declaración al sacerdote denunciado y escuchar sus explicaciones. En un auto hecho público este miércoles, argumenta el juez que, en su presencia, Báez «aclaró» aquellas expresiones por las que ha sido denunciado «que pudieran ser más equívocas» y «cuestionables».

Así, añade, «calificó la conducta de Tomás Gimeno como de asesino al cien por cien y consideró que sería aberrante justificarla», al tiempo que se refirió a la madre de las niñas «como otra víctima».

Respecto al vínculo que estableció entre la separación de la pareja y los asesinatos, el cura Báez alegó ante el juez que él «distinguía entre las causas» de algo, las circunstancias «detonantes» de un hecho, de las «justificaciones» y subrayó que no pretendía «justificar» la conducta del padre de las niñas.

En estas circunstancias, el juez entiende que «no existen indicios» de que el sacerdote cometiera un delito de odio con sus manifestaciones y acuerda sobreseer la denuncia de la Fiscalía. Contra este auto de sobreseimiento, la Fiscalía aún puede interponer una apelación ante la Audiencia de Las Palmas.