Más de 600 mujeres y niñas esclavizadas por un grupo vinculado a Estado Islámico en Mozambique

La Voz REDACCIÓN | EUROPA PRESS

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Campo de acogida de desplazados por la violencia en la ciudad de Quitunda, Mozambique.
Campo de acogida de desplazados por la violencia en la ciudad de Quitunda, Mozambique. BAZ RATNER | Reuters

El grupo terrorista busca a jóvenes aparentemente sanas para someterlas, casándolas con alguno de sus miembros

07 dic 2021 . Actualizado a las 18:11 h.

La milicia yihadista Ahlu Sunna Wal Jama'a (ASWJ), vinculada al grupo yihadista Estado Islámico, ha secuestrado y esclavizado desde el año 2018 a más de 600 mujeres y niñas en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, según el relato de algunas de quienes han pasado por esta calvario, que incluye abusos sexuales, matrimonios forzados y palizas.

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha entrevistado a casi 40 personas, entre las que hay autoridades y exrehenes, para tratar de poner cifras a los abusos perpetrados por una milicia que está integrada en la red de Estado Islámico en África Central (ISCA) y que participó en la ofensiva yihadista reciente sobre Cabo Delgado.

El grupo, conocido también como Al Shabaab, aunque sin vínculos con la organización homónima que opera en Somalia, busca a jóvenes aparentemente sanas para someterlas, casándolas con alguno de sus miembros y esclavizándolas. Otras terminan convirtiéndose en mercancía al servicio económico de la organización, bien solicitando a las familias un rescate o vendiéndolas a milicianos extranjeros a cambio de entre 40.000 y 120.000 meticales (entre 556 y 1670 euros).

El secuestro fue una táctica recurrente durante los ataques del 2020 y el 2021 en Mocímboa da Praia y Palma, como cuenta una mujer de 33 años que tuvo que identificar a punta de pistola todas las casas donde había adolescentes de entre 12 y 17 años en la localidad de Diaca.

«Algunas madres imploraban a los combatientes que se las llevasen en lugar de sus hijas», afirma un hombre del 2020, a lo que los milicianos respondían diciendo que «no querían mujeres mayores con hijos y enfermedades».

Una antigua rehén de 34 años cuenta que también se vio obligada a seleccionar a mujeres y niñas para que fuesen violadas por los milicianos que volvían de operaciones de combate. Quienes se negaban «eran castigadas con golpes y se quedaban días sin comida».

A día de hoy, se desconoce el número de mujeres que permanecen cautivas en Mozambique y que, como ha recordado la directora de HRW para África, Mausi Segun, «se enfrentan a abusos diarios». Según ha pedido a las autoridades mozambiqueñas que «intensifiquen» sus esfuerzos para rescatar y reintegrar a estas víctimas ya que, aunque se han hecho avances, aún persisten prácticas como mantener incomunicadas durante semanas a las mujeres liberadas mientras se examinan potenciales riesgos.

La responsable de HRW también ha pedido a los líderes de ASWJ que liberen «inmediatamente» a todas las mujeres, recordando que este tipo de tácticas contravienen todas las normas nacionales e internacionales.