Pedro Sánchez pide «sentido común» a sus socios para que no rechacen la reforma laboral

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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Eduardo Parra | EUROPA PRESS

El presidente realizó un balance del año en el que afirmó que su Gobierno «cumple y avanza» pese a las dificultades

29 dic 2021 . Actualizado a las 15:26 h.

El Gobierno «cumple» y «avanza». Es la principal idea que se puede extraer del balance realizado por su presidente este miércoles en el Palacio de la Moncloa. Y todo, pese a los «dos años difíciles, complejos, marcados por la emergencia sanitaria» que le ha tocado vivir, y también pese a «las dificultades de un Parlamento altamente fragmentado». Dos obstáculos que no han impedido dotar al país del «impulso reformista» y «modernizador» que, «sin precedentes», reivindicó Pedro Sánchez, «está imprimiendo este Gobierno».

El jefe del Ejecutivo realizó un repaso por algunas de las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros, no solo en este 2021 a punto de tocar a su fin, sino del ecuador de una legislatura que, volvió a insistir, tiene pensado agotar. Sánchez repitió esta idea de que su Gobierno «cumple» con el programa electoral y con el acuerdo de investidura para intentar desactivar los ataques de la oposición, que en los últimos meses apunta contra su falta de credibilidad, por haber montado una coalición con Podemos tras asegurar que no lo haría, o por haber indultado a los independentistas catalanes en contra de lo que había afirmado previamente.

Entre este repaso de la batería de acciones impulsada por su Gobierno, Sánchez destacó el más reciente, una reforma laboral que sus aliados parlamentarios amenazan con tumbar en el Congreso por tacharla de blanda, lejos de «la derogación» que les habían prometido. No obstante, Sánchez se mostró confiado en que acabarán logrando convalidar el decreto en las Cortes.

«¿Qué quiere que le diga? Es de sentido común. Es más razonable aprobar una reforma laboral que cuenta con el acuerdo de los agentes sociales a una que no. Es de sentido común que, respetando el ámbito de competencias del Legislativo, se valide un acuerdo que no se producía en nuestro país desde hace más de diez años. Es de sentido común. Es más, trasciende las ideologías porque es una reforma equilibrada, porque cuenta también con e apoyo de los empresarios, por tanto, interpela a todas las fuerzas políticas», dijo, sobre un texto capitaneado por su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con la que se mostró «muy satisfecho y agradecido» por su trabajo, como con el resto de los integrantes del Ejecutivo, matizó.

En unos días el Gobierno comenzará las negociaciones con las fuerzas parlamentarias en busca de una mayoría que le permita salvar un decreto sobre el que Sánchez se mostró incapaz de asegurar que no se moverá «ni una coma».

Sánchez, mostrando un gráfico del precio de la tarifa eléctrica.
Sánchez, mostrando un gráfico del precio de la tarifa eléctrica. Juan Carlos Hidalgo | EFE

 La mesa de diálogo no es una prioridad

Sánchez también recurrió al «sentido común» para abordar la situación en Cataluña, con un ejecutivo autonómico que reclama con urgencia una nueva reunión de la llamada mesa de diálogo y avances significativos en este año 2022, una cuestión enfriada este miércoles desde La Moncloa. «¿Cuál es la prioridad ahora de la ciudadanía?», cuestionó el presidente. «Protegerse de la pandemia y consolidar recuperación económica. Es lógico que ahora mismo las prioridades sean otras en lo urgente, no en lo importante. Ya les diremos cuándo se va a reunir la mesa. Pero es de sentido común que dejemos unas semanas para trabajar en lo que importa a la ciudadanía». 

La reforma laboral y Cataluña fueron dos asuntos a los que recurrió el jefe del Ejecutivo para cargar contra el PP. «Hay dos formas de abordar las crisis y las reformas. Una contrarreforma (laboral) impuesta por el PP», en referencia a la aprobada por Rajoy, «o una reforma acordada», contrapuso, reivindicando haber alcanzado acuerdos con los agentes sociales. «Una respuesta a la crisis del Prestige», recordó, con Aznar en el poder, «o una respuesta a la crisis del volcán». Sánchez continuó con política exterior. «La entrada de España en la guerra de Irak», dijo, sobre la polémica decisión tomada por Aznar, «o la salida de Afganistán». «Cataluña hace cuatro años o la situación de Cataluña en el día de hoy», manifestó, presumiendo de que la situación ha mejorado ostensiblemente.