«Gran Hermano»: Suspenden el juicio por el presunto abuso sexual a Carlota Prado

C. A. REDACCIÓN / LA VOZ

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José María, el concursante de «Gran Hermano», a su llegada al juzgado
José María, el concursante de «Gran Hermano», a su llegada al juzgado Eduardo Parra | Europa Press

La vista oral, que comenzaba este martes, se ha aplazado por los problemas psicológicos de la víctima. Para el acusado, José María, piden dos años de cárcel por lo ocurrido con su compañera de concurso en la casa de Guadalix de la Sierra, mientras se emitía en Telecinco

08 feb 2022 . Actualizado a las 17:16 h.

Un reality, una casa plagada de cámaras que graban las 24 horas, una fiesta, bebidas alcohólicas y un presunto abuso sexual. Ese es el breve resumen del caso de Carlota Prado, ex concursante de Gran Hermano, que iba a comenzar a juzgarse este martes y por el que estaba previsto que se sentase en el banquillo José María L.P., que podría ser condenado a dos años y medio de cárcel por presuntamente abusar sexualmente de su compañera de concurso. Además tendría que indemnizarla con 6.000 euros. 

Pero por el momento el juicio, que se celebraba en el Juzgado de lo Penal número 18 de Madrid, ha sido suspendido porque la víctima, Carlota Prado, sufre problemas psiquiátricos graves por los que fue ingresada en un centro el pasado diciembre, según ha alegado su abogado e informa Efe. 

Al inicio de la vista el letrado de la víctima ha explicado que la joven no había podido acudir porque sufre «problemas psiquiátricos graves» por los que tuvo que ingresar el pasado mes de diciembre en un centro especializado, de forma involuntaria. El abogado ha precisado que creían que la joven podría declarar este martes, pero que no se presentó ayer a la cita con sus letrados y la madre les ha contado que estaba «completamente imposibilitada», como muestra un informe médico.

Por eso ha solicitado la suspensión del juicio a la magistrada mientras se acredita el estado mental de Carlota, a lo que la jueza ha accedido argumentando que es necesario el testimonio de la víctima, para lo cual previamente tendrá que ser valorada por un médico forense, para determinar si está en condiciones de acudir al juicio. Por eso ha ordenado al letrado que aporte al juzgado toda la documentación cuanto antes y que el juzgado de la zona en la que vive la joven se encargue de estos trámites.

El abogado de Carlota, Santiago Marín, ha lamentado al salir del juzgado que la magistrada no se haya pronunciado sobre la nulidad del juicio que él ha solicitado porque «se va a juzgar solo un abuso sexual cuando entendemos que, como mínimo, hay indicio serio en las imágenes grabadas de que hay penetración», como recogía la jueza de instrucción en el auto de transformación de las diligencias en procedimiento abreviado, en el 2018. «Estamos en un juzgado penal enjuiciando un abuso sexual sin penetración, por un error de procedimiento en la instrucción», ha añadido. Ese es el motivo por que él solicita que se anule lo actuado desde ese auto del 2018 y se procese al acusado por violación, de manera que sea juzgado en la Audiencia Provincial y pueda ser condenado a entre cuatro y diez años de cárcel.

El letrado ha explicado que Carlota tenía problemas psicológicos antes de entrar en el programa, lo que la productora debería saber, y desde el suceso «ha empeorado gravemente su salud mental».

La defensa del procesado se ha opuesto a la suspensión del juicio al considerar que la supuesta enfermedad mental de la víctima se contradice con su actividad en redes sociales hasta hace escasos días. La jueza no ha atendido esta petición ni tampoco la pretensión del abogado de Carlota de que se suspenda el juicio en este juzgado al considerar que no es competente por el tipo de delito, argumentando que eso se dirimirá en su caso en las cuestiones previas de la vista oral, cuando se celebre.

Justo este martes, la productora Zeppelin ha difundido un comunicado coincidiendo con el juicio que iba a comenzar a celebrarse. «Algunos empleados y exempleados de Zeppelin son testigos en el juicio oral contra un ex concursante de Gran Hermano acusado de presunto abuso sexual por unos hechos acontecidos en dicho programa en noviembre del 2017. Responderán a preguntas que les hagan sobre lo que vieron o escucharon la noche de los hechos», comienza.

«La posible indemnización derivada de una potencial condena al acusado deberá ser, como en cualquier proceso de esta naturaleza, provista por la persona condenada, en este caso, José María. En caso de que este no pudiera hacer frente a la responsabilidad económica, será Zeppelin quien garantice que la víctima recibe su indemnización en caso de insolvencia. Esta es la razón por la que Zeppelin figura como responsable civil subsidiaria en la causa y ya ha depositado el importe de la cuantía que se le podría pedir al potencial condenado, de cara a facilitar el proceso», prosigue. 

«La relación de Carlota con Zeppelin fue siempre, mientras duró el concurso, de cercanía y confianza mutua. La productora y sus empleados actuaron, en todo momento, con la más firme voluntad de protegerla. Esto fue materializado por ella misma a través de repetidas muestras de agradecimiento al equipo desde que ocurrieron los hechos hasta su salida definitiva como concursante de aquella edición», añade. 

«Sea cual sea la decisión judicial, Zeppelin desea transmitir que su trabajo y política de tolerancia cero ante cualquier tipo de abuso de índole sexual seguirá siendo firme y claro. El avance de la productora por la creación de espacios seguros para las víctimas de violencia sexual se mantendrá más allá de este juicio, iniciativas que se sumarán a la creación, en el 2020, de un protocolo específico de prevención y actuación ante situaciones de abuso sexual en entornos de alta visibilidad, entre otras medidas», recuerda. 

«Por último, y con total independencia de la causa penal por abuso sexual, se ha producido una anomalía procesal por la que se ha mezclado en este mismo proceso una petición de responsabilidad civil (multa) a Zeppelin por daños morales. Existe un representante legal de la productora en el juicio dando respuesta a esta petición, aunque cualquier reclamación económica que no se deriva bajo ningún concepto de un hecho delictivo debe ser reclamada por la vía civil», se quejan. 

Lo que ocurrió entre Carlota y José María

Todo ocurrió en el último Gran Hermano de anónimos emitido en España, en el 2017, que Telecinco bautizó como GH Revolution. Además de José María, la productora Zeppelin también podría tener que indemnizar a la joven. El Ministerio Fiscal solicita a la productora 6.000 euros por los daños ocasionados a la joven al exhibirle las imágenes unas horas después en el mismo reality.

En su escrito de acusación, la Fiscalía recuerda que el objeto del programa era la retransmisión durante 24 horas de la convivencia de los participantes en la casa de Guadalix de la Sierra (Madrid), conforme a un reglamento «del que se deduce una relación de trabajo de los concursantes con la productora». Añade que los hechos comenzaron a las ocho de la tarde del 3 de noviembre del 2017 con ocasión de una fiesta en la casa para la que «el programa suministró a los concursantes bebidas alcohólicas». El fiscal explica que en la vivienda se encontraba también la concursante Carlota P.A., con quien el acusado había comenzado una relación sentimental unos cincuenta días antes.

Relata que la joven, que en la fiesta había ingerido escasos alimentos, bebió al menos cuatro «chupitos» de tequila, «por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche». Así, sobre la una y media de la madrugada, cuando ambos se encontraban en el dormitorio que ocupaban, José María L.P., «que ya se había desprendido de sus pantalones, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo, momento en el que la joven conservaba la totalidad de su vestimenta», afirma la Fiscalía.

Agrega que el acusado «se introdujo en la cama mientras la joven permanecía en silencio y con los ojos cerrados realizando movimientos lentos y pesados debido a su estado» y aprovechándose de esta circunstancia, «a sabiendas de su estado de semiinconsciencia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual pese a que ella balbuceando débilmente dijo: «No puedo». «A continuación el acusado apretó su cuerpo contra el de la joven, pese a que ella hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara» y, aunque José María L.P. pidió varias veces a la concursante que abriera los ojos, esta permaneció inmóvil y «solo acertó a responder que se quitara, momento en el que ella se giró quedando de espaldas al acusado».

La Fiscalía pone de manifiesto que José María L.P. continuó realizando bajo el edredón tocamientos y movimientos de contenido netamente sexual, «despojando a la víctima de su vestimenta, liberándole parcialmente de su ropa interior», cuando ella estaba ya «en estado de inconsciencia».

Sobre las dos menos veinte de la madrugada la joven se destapó la cara y un brazo «dejando ver su estado inerte, lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visionado de la grabación, quien hasta ese momento no estaba en condiciones de saber lo que estaba ocurriendo, dado que el acusado había utilizado el edredón para taparse él y tapar a su compañera».

Las imágenes grabadas de estos hechos fueron exhibidas a la joven en la mañana siguiente en la sala aislada denominada «confesionario» por el llamado «Súper», lo que le provocó «un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos ocurridos horas antes le habían producido en ella».

 Un escándalo que puso contra las cuerdas a «Gran Hermano» y Telecinco

Los hechos supusieron un escándalo en el 2017 y José María fue expulsado de manera fulminante de la casa, pero sin demasiadas explicaciones. El caso revivió en el 2019, cuando Carlota Prado narró su testimonio mientras se emitía el último GH VIP, en el que participaban entre otros Antonio David Flores y Mila Ximénez. A raíz de ello comenzó una campaña de desprestigio contra el exitoso reality, que Telecinco ya había sufrido años antes con La Noria, que terminó con un boicot publicitario y la cadena tirando de autopromos en los intermedios al quedarse sin el apoyo de la mayoría de los anunciantes. 

La final que ganó Adara Molinero terminaba con una enigmática despedida del Súper. Con el paso del tiempo han sido especialmente significativas sus palabras, ya que Mediaset no ha podido recuperar su marca insignia y que tantas alegrías y buenos datos de audiencia le ha dado desde su estreno allá por el 2001. «Gran Hermano no podría existir sin vosotros, los que ahora nos veis desde vuestras casas. Los millones de personas que nos habéis apoyado incondicionalmente, día tras día, que no habéis faltado ni a una cita. Y mira que es difícil no perderse ninguna. La luz de vuestros televisores, como estrellas en la noche, nos han colocado en lo más alto del firmamento. Nos habéis dado unos datos de espectadores de récord con una media del 32 %. Las mejores cifras de los últimos 17 años. Sois vosotros quienes mantenéis vivo este formato mágico, este programa que ha cambiado y seguirá cambiando la historia de la televisión. Año tras año creando una vida juntos. Y vosotros podréis decir que lo vivisteis en directo. Gran Hermano ha sido y siempre será vuestro. La casa se apaga, ya no os veo, aunque os siento. Aquí os espero a todos pasaré lista», decía el Súper. 

Y es que la polémica suscitada fue tal que Telecinco canceló la siguiente edición de GH VIP que preparaba para dar descanso a una marca muy dañada por el boicot. El público criticaba especialmente la manera de actuar de la productora en el momento del presunto abuso sexual, que no supieron detectar en el momento que ocurría, pero también que les suministrasen alcohol en grandes cantidades y que le mostrasen las imágenes a la víctima sin apoyo psicológico y grabasen ese momento. La polémica traspasó fronteras y llegó a EE.UU. y la compraría matriz dueña de la productora terminó pidiendo disculpas. 

Por el camino, Telecinco acusó a varios medios de montar un complot en su contra y los comentarios de Jorge Javier Vázquez, presentador del reality, tampoco ayudaron a calmar los ánimos. «Es que es como cuando estás y no te das cuenta, como cuando te lo hacen y no te das cuenta», se burló. 

Más tarde la productora reconoció errores en la gestión de la presunta violación a nivel internacional. Telecinco ha seguido usando las instalaciones de Guadalix de la Sierra para distintos realities, ninguno con el nombre de GH, que lleva sin emitirse más de dos años. Hace unos meses se habló de su vuelta e incluso se llegó a promocionar, pero todo apunta que Mediaset estaba esperando a la resolución del caso judicialmente para volver a emitirlo.