Macron anuncia un ambicioso plan de inversiones en energía nuclear y eólica

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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ERIC GAILLARD

El presidente francés quiere levantar seis nuevos reactores atómicos con un coste aproximado de 50.000 millones de euros

11 feb 2022 . Actualizado a las 09:10 h.

Ocho días después de que Bruselas incluyera al gas y la energía nuclear en la lista de inversiones verdes de la Unión Europea (UE), el presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado el despliegue un ambicioso plan para ampliar su potente parque nuclear y acelerar el despliegue de renovables, como la eólica o la fotovoltaica. Su objetivo, como el del resto de socios europeos, es descarbonizar la economía lo antes posible, garantizando el suministro energético de Francia hasta el 2050.

El líder galo ha explicado este jueves que el programa de inversiones contempla la construcción de seis nuevos reactores atómicos de nueva generación (EPR), su gran apuesta para desconectar el país de los combustibles fósiles, que son los que más emisiones contaminantes producen, como señala Efe, y los que están detrás de la reciente escalada de precios de la electricidad.

A esos reactores se podrían sumar otros ocho. Para garantizar el suministro -en la actualidad esta tecnología copa el 70 % de la energía que produce Francia-, también prevé prolongar la vida útil de los doce rectores que siguen en funcionamiento, a pesar de que la ley nuclear del país anticipaba su cierre. 

Macron no ha dado cifras sobre la factura que asumirá el país, aunque los expertos calculan que el coste podría ascender a los 50.000 millones de euros, a los que habría que sumar otra partida que invertirá el Gobierno en desarrollar reactores atómicos adicionales de pequeño tamaño. 

Renovables

Consciente de que los nuevos reactores no comenzarán a producir electricidad hasta el 2035, como pronto, Macron se comprometió a multiplicar por dos el aporte de las renovables para el 2030. «Tenemos que desarrollar de forma masiva las energías renovables», afirmó el presidente, reconociendo que Francia «acumula retrasos» en ese tipo de fuentes de producción.

La energía solar deberá multiplicar por diez su aporte actual, hasta los 100 gigavatios, al tener un impacto menor en el territorio, explicó. Poco antes de que entre en funcionamiento frente a las costas de Saint-Nazare, en el Atlántico, el primer parque francés de producción eólica en alta mar, Macron anunció la construcción de medio centenar más en los próximos 28 años, para alcanzar los 40 gigavatios de producción.

Al tiempo, aseguró que se doblará la producción de las eólicas terrestres en el 2030, para acercarse a los 37 gigavatios.

El presidente indicó que se mantendrá la inversión en otras renovables, como la hidroeléctrica, la biomasa o el biogás, y aseguró que el Estado destinará 1.000 millones de euros a estas fuentes dentro de su programa de inversión «Francia 2030».

«El desafío del siglo»

El anuncio llega a ocho semanas de que se celebre la primera vuelta de las presidenciales francesas. Macron, quien todavía no se ha postulado como candidato, se posiciona así en lo que ha bautizado como «el desafío del siglo», que será suprimir las fuentes emisoras de CO2 al tiempo que se garantiza la soberanía energética, todavía lejana.

Su apuesta doble por la renovable y la nuclear se acompasará con otras medidas de inversión en eficiencia energética para conseguir reducir el consumo de energía un 40 %. Contrasta con el programa de desnuclearización que defendía el propio Macron en el 2017, cuando había propuesto reducir el peso de la nuclear en la producción eléctrica del 75 % al 50 %, lo que le llevó a convertirse en el primer presidente que ordenó el cierre de una central, la de Fessenheim, la más antigua del país.

La extrema izquierda francesa y los ecologistas abogan por apagar las centrales y concentrar los esfuerzos en las renovables. La extrema derecha defiende la energía nuclear, pero se han posicionado en contra de la eólica. Macron confía en una combinación de ambas para asentar las bases de la nueva política energética francesa. 

La posición del Gobierno español

Los planes del Gobierno español van por otros derroteros. A pesar de que este mismo jueves, más del 44 % de la electricidad generada en España se produjo con gas, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, rechaza incluir inversiones en nuclear y gas en la lista de tecnologías verdes «de transición». Alega que podría ralentizar la expansión de renovables como la eólica o la fotovoltaica en favor de energías «más costosas y contaminantes, con largos plazos de amortización».