Almeida, el portavoz nacional a la fuerza que pone por delante su papel de alcalde

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño LA VOZ | MADRID

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El portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida
El portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida Rodrigo Jiménez | EFE

El escándalo del supuesto espionaje al hermano de Ayuso, presuntamente impulsado desde una empresa municipal, ha terminado con la paciencia de Almeida, que se ha desmarcado de Génova y ha forzado la dimisión de Ángel Carromero, al que señalan como ejecutor del chapucero Watergate contra Ayuso

21 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

José Luis Martínez-Almeida Navasqüés (Madrid, 17 de abril de 1975) licenciado en Derecho en el Icade y abogado del Estado, tenía bien ganada fama de conocer como pocos la Administración. Pero casi nadie pensaba que diera el tipo para ser un buen candidato. Y menos, a la alcaldía de Madrid, puesto que para muchos supone tener más poder que un ministro. Su perfil era más de eficiente administrador o fontanero.

La vida lo ha ido situando, sin embargo, donde no lo esperaba. En el 2015, fue el número tres en la candidatura a la alcaldía encabezada por Esperanza Aguirre. Y tras el fiasco del PP, en el 2017 fue elegido para suceder a la antigua lideresa como portavoz municipal del partido, cuando todos esperaban que el cargo recayera en el también aguirrista Íñigo Henríquez de Luna.

Sus intervenciones como líder de la oposición a Manuela Carmena le hicieron ganar fama. Y en el 2019, Casado lo eligió como candidato a la alcaldía sin mucha esperanza. Pero acabó con la vara de mando gracias a una coalición con Cs y el apoyo de Vox.

Almeida, con talante conciliador y dialogante, y con una acusada capacidad para reírse de sí mismo, pronto se convirtió en una figura popular. Caía bien. Pero las cosas cambiaron cuando Casado lo designó portavoz nacional del PP. Su humor blanco se convirtió en ácido para cargar contra los rivales políticos. Un puesto envenenado en el que Almeida nunca se ha sentido cómodo. Y menos, cuando Casado lo utilizó para tratar de debilitar a Ayuso en la batalla para controlar el PP de Madrid.

El escándalo del supuesto espionaje al hermano de Ayuso, presuntamente impulsado desde una empresa municipal, ha terminado con la paciencia de Almeida, que se ha desmarcado de la estrategia de la dirección del PP y ha forzado la dimisión de Ángel Carromero, fontanero de Génova, hombre de confianza de Casado y de Garcia Egea y hasta ahora mano derecha del alcalde en la capital. Carromero es el supuesto ejecutor del chapucero Watergate contra Ayuso. Y Almeida, que se ha sentido utilizado, no ha dudado en entregar su cabeza a pesar de que Carromero lo niega todo. En esa decisión ha pesado más su situación de dependencia política de Cs y de Vox en la alcaldía que su lealtad a Casado y a García Egea.