Escándalo Pegasus: El Gobierno deja en el aire la continuidad de la directora del CNI

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JAVIER BARBANCHO | REUTERS

El ciberespionaje a móviles VIP se enreda a medida que salen a la luz nuevos datos. Paz Esteban se ha convertido en el punto de mira del caso Pegasus, que ha abierto una profunda crisis en la seguridad del Estado y en el propio Gobierno de coalición

03 may 2022 . Actualizado a las 20:24 h.

El ciberespionaje a móviles de altos cargos con el programa Pegasus se enreda cada vez más a medida que pasan los días y salen a la luz nuevos datos. Hace dos semanas estalló el escándalo al saberse que más de 60 políticos, empresarios y periodistas independentistas fueron espiados con el sofisticado programa de origen israelí.

Pese al enfado de los socios de investidura del Gobierno Sánchez, que exigieron rápidamente dimisiones ante la «gravedad» de los hechos, desde la Moncloa no se mueve ficha, no se dan explicaciones sobre esa extraña vigilancia masiva y nadie dimite.

La presión de los partidos secesionistas y nacionalistas no cesa y el Gobierno, al verse contra las cuerdas, abre la mano cruzando una línea roja impensable. Aparece en escena la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, rebajando el listón de la votación para participar en la comisión parlamentaria de gastos reservados y secretos oficiales.

Ese insólito cambio de reglas de juego en mitad de la legislatura permite la entrada de los separatistas ERC y Bildu en la sala de máquinas de la seguridad del Estado. Estupefacción generalizada en la oposición. El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, denuncia que se trata de «un pago» del Gobierno para sofocar la crisis abierta por las escuchas telefónicas.

Llega el fin de semana y el secesionismo y la parte morada de la coalición de Gobierno suben el tono exigiendo que «rueden cabezas». El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, incluso no descarta la ruptura del acuerdo de investidura por el ya conocido como Catalangate. El Gobierno «podría llegar a caer», advierte.

Doble giro del relato

En pleno lunes 2 de mayo —festivo en Madrid y varias comunidades— se convoca de urgencia a primera hora de la mañana una rueda de prensa para anunciar que los móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles también fueron infectados por el software espía de Pegasus. Bolaños aporta el dato de que al iPhone del presidente del Gobierno le robaron 2,5 gigas de datos tras sufrir dos ataques en mayo del 2021. El primer giro del relato está servido: los secesionistas no se fían del «victimismo» del Gobierno y ponen en duda que ese espionaje a miembros del Ejecutivo central sea realmente cierto.

Imagen de archivo de la ex directora del CNI, Paz Esteban, junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles
Imagen de archivo de la ex directora del CNI, Paz Esteban, junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles Ministerio de Defensa

El Gobierno se aferra a que no hubo un espionaje a los independentistas por parte del Estado, que España no está detrás de ese pirateo masivo de móviles VIP y que todo se debe a una «brecha de seguridad» de la que se aprovecharon «agentes externos». El segundo giro del relato apunta ahora hacia el CNI y su directora, Paz Esteban, que se ha convertido en el punto de mira del caso Pegasus, que ha abierto una profunda crisis en la seguridad del Estado y en el propio Gobierno de coalición.

Esteban comparecerá el jueves ante la comisión de secretos oficiales para informar de las pesquisas del CNI sobre este escándalo. Su intervención y el análisis forense paralelo a los móviles del resto de ministros pueden ser determinantes para saber si Paz Esteban pasa de golpe de protegida a víctima política.