Estos son los inconvenientes de aplicar el purín como dice el nuevo real decreto

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

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La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) pide al Gobierno que retire el borrador de la futura normativa de nutrición de suelos porque es inasumible para las ganaderías familiares

06 may 2022 . Actualizado a las 22:03 h.

El nuevo borrador del decreto de nutrición de suelos no termina de convencer a las organizaciones agrarias. Según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), el texto contiene medidas y propuestas que las explotaciones familiares no pueden cumplir porque implican el uso de tractores y maquinarias de gran potencia, tecnología de la que no disponen muchos profesionales del campo en nuestro país. Por eso reclama al Gobierno una rectificación urgente de la propuesta de normativa. 

Según UPA, el texto del real decreto ignora en gran medida la realidad de la agricultura y la ganadería española. Es más, considera que pretende ir mucho más allá de lo que exige el reglamento de la Unión Europea en esta materia. Porque, en su opinión, «pretende dificultar la aplicación de estiércoles orgánicos procedentes de los animales, especialmente de los rumiantes, y facilitar la fertilización con residuos procedentes de humanos y del sector industrial, como los lodos de depuradoras», argumenta el sindicato. 

Para esta formación, «la ganadería no es el problema, sino la solución a la contaminación» y la gestión del estiércol que plantean los ministerios de Transición Ecológica y Agricultura «es directamente imposible de cumplir». 

Una de las exigencias del decreto es que los ganaderos saquen el estiércol de las granjas y lo entierren en un plazo de 12 horas, «algo imposible de realizar», aseguran. Ni siquiera a través de empresas de servicios o cooperativas podría hacerse, pues los recursos en período de siembras o fertilización no darían abasto. 

Otro punto conflicto es que el borrador prohíbe almacenar el estiércol en los campos, algo que siempre se ha hecho a fin de no perder nada de los nutrientes para la fertilización y la siembra de las cosechas. También impone distancias de 300 metros a los núcleos urbanos, medida que UPA considera ilógica. «El estiércol no es un veneno, es algo natural, proveniente de nuestros animales y la mezcla de otros productos de origen vegetal», añade la formación, que propone una línea de ayudas destinada a invertir en depósitos de estiércol más modernos y seguros. 

No permite la nueva normativa el uso del plato invertido para la aplicación de los purines, un sistema que reduce en más de un 20 % las emisiones de amoníaco. Y, en cambio, se pretende que la fertilización se realice por tubos o bandas, sin tener en cuenta que este sistema supone el doble de gasto de gasoil para su aplicación y también necesita tractores con el doble de potencia y cisternas cuya entrega, por falta de stock, tarda en estos momentos entre varios meses y años. Por último, el texto obliga a realizar analíticas de suelo y de estiércol que tienen un elevado coste para los ganaderos. 

En las alegaciones presentadas al documento, UPA insiste en la necesidad de fomentar la fertilización orgánica como una de las mejores experiencias de la economía circular. «¿Hay una práctica mejor que utilizar un subproducto animal como recurso para mejorar nuestros suelos?», se pregunta la entidad. En su opinión, el decreto debería servir para fomentar la fertilización orgánica y reducir la dependencia de España de la fertilización química, algo especialmente importante dados el incremento de precios que están experimentando estos productos tras el inicio de la guerra de Ucrania.