Lagarde prevé el fin de los tipos negativos para el mes de septiembre

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La presidenta del Banco Central Europeo avanza la primera subida de los tipos de interés para el mes de julio

23 may 2022 . Actualizado a las 22:50 h.

El Banco Central Europeo (BCE) tiene prisa por acabar con la barra libre de dinero barato con el que lleva inundando el mercado desde que echó a andar el plan Draghi, en marzo del 2015. Desde entonces, el organismo ha ido aplazando el momento que tanto ansían los bancos y tanto temen los hipotecados: la subida de los tipos de interés. Algo que no ocurre desde hace más de una década —en plena crisis financiera—.

Primero la pandemia y después la guerra en Ucrania obligaron al BCE a aplazar el calendario. Sin embargo, la preocupante senda que ha tomado la inflación en la zona euro, que ha alcanzado el mayor umbral de su historia (7,4 %), ha motivado el volantazo del organismo comandado por Christine Lagarde, que tiene previsto finalizar las compras de deuda de los países a principios del mes de julio. Ese mismo mes aprobarán la primera subida de tipos de interés. Su intención es conseguir que entren en terreno positivo en el mes de septiembre, a más tardar, según confirmó en el blog del organismo. En la actualidad los tipos de interés para las operaciones de refinanciación, préstamo y depósitos (ahorros) se sitúan en el 0, 0,25 y -0,5 %, respectivamente.

¿Qué consecuencias tendrá este movimiento en la economía de los Gobiernos y las familias? No cabe duda de que los primeros damnificados serán los ciudadanos con hipotecas referenciadas a un tipo de interés variable. Son el 75 % del total de las que hay firmadas. También se encarecerá el precio de las nuevas hipotecas vinculadas al euríbor. El índice a un año ya entró el pasado mes de abril en positivo (0,013 %), según datos del Banco de España. Algo que no ocurría desde enero del 2016. Con esos datos y según cálculos de HelpMyCash, quien tenga que revisar antes de junio su hipoteca de 150.000 euros a 25 años (euríbor más un diferencial del 1 %), tendrá que pagar unos 400 euros más al año.

Otro damnificado es el Estado. Hasta ahora, España había conseguido financiar su deuda pública a tipos de interés extremadamente bajos, gracias a las compras masivas del BCE en el mercado. Sin ese apoyo, es muy probable que el Gobierno tenga que ofrecer rentabilidades más altas para conseguir colocar sus títulos entre los acreedores internacionales. Y eso solo significa una cosa: más dificultades para reducir el peso de la deuda —en la actualidad es del 120 % del producto interior bruto (PIB)— que soportan sobre sus hombros los contribuyentes. Es más, los altos niveles de deuda y las dudas sobre su sostenibilidad podrían impulsar al alza la prima de riesgo —diferencial respecto a la rentabilidad que ofrece el bono alemán—.

La subida de tipos de interés también podría ayudar a enfriar la burbuja de los criptoactivos y rebajar el interés por las inversiones en bolsa, actividades que ofrecen más rentabilidad, pero son más volátiles que la apuesta por los bonos del Tesoro.

No todo son malas noticias. Los depósitos (ahorros) dejarán de perder valor. También supone un alivio para los bancos, que llevan años pidiendo la subida de tipos para ganar más rentabilidad, hoy carcomida por la política ultraexpansiva del BCE.

Confía en la medida para embridar la inflación, en alza por los costes energéticos

La guerra en Ucrania ha ocasionado perturbaciones en el comercio internacional y desabastecimiento de ciertas mercancías, impulsando al alza los precios de las materias primas. No obstante, la inflación en la zona euro crece sin parar desde junio del 2021, propulsada por el encarecimiento de la energía y los combustibles en todo el área.

Hace un año, la cesta de la compra de los alemanes apenas se encarecía un 2,1 %. Hoy es un 7,8 % más cara, según Eurostat. Habría que remontarse al final de la Segunda Guerra Mundial para ver subidas de tal calibre. Lo mismo ocurre en los países bálticos. Estonia acumula una inflación de casi el 20 %, muy superior al 8,3 % de España.

«Si vemos que la inflación se estabiliza en un 2 % a medio plazo, será apropiada una mayor normalización progresiva de las tasas de interés hacia la tasa neutral», señala Lagarde. En otras palabras: la senda de subida de los tipos de interés dependerá, en buena medida, de cómo evolucionen los precios. Y es que la subida provocada por la crisis de oferta que ha generado la guerra podría dar lugar, al llegar a ciertos umbrales, a una destrucción de la demanda. Cuando los precios se disparan por encima de lo que industrias y empresas pueden soportar, empiezan a reducir la producción y restringir el consumo.

Perspectivas

¿Qué perspectivas hay de inflación? Según las últimas estimaciones de la Comisión Europea, los precios en la zona del euro cerrarán el 2022 un 6,1 % por encima del nivel del 2021. Y seguirán por encima del objetivo del 2 % en el 2023 (2,7 %).