La guerra ha hecho saltar por los aires los planes de recuperación. La escalada de los precios energéticos ya ha obligado a parar a las empresas y el poder adquisitivo de las familias está en serio peligro. Para colmo, el fin de la compra de deuda pública se acerca
Con la inflación disparada, el ahorro de las familias españolas pierde valor día a día. Para preservarlo, invertir es obligatorio. Los bajos tipos de interés perjudican a los depósitos bancarios y al contrario, los fondos de inversión de renta variable baten récords de rentabilidad