La inflación subyacente roza ya el 5 % y alerta sobre la cronificación de la subida

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO MADRID / LA VOZ

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Gasolinera en Boiro
Gasolinera en Boiro Marcos Creo

El IPC escaló en mayo hasta el 8,7 %, impulsado por alimentos y carburantes

31 may 2022 . Actualizado a las 13:14 h.

Casi un 9 % más pobres que hace un año. Así habremos sido los ciudadanos este mes de mayo si finalmente se confirman los datos de la inflación adelantados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y es que el respiro que el índice de precios de consumo (IPC) dio a los bolsillos de los consumidores en abril ha resultado efímero, pues en mayo los precios han vuelto a escalar casi medio punto (cuatro décimas concretamente), para situarse en el 8,7 % interanual, y ello pese a que los precios de la luz sí levantaron algo el pie del acelerador.

¿Qué hay detrás del nuevo repunte, que devuelve el coste de la vida a niveles desconocidos desde 1986? Pues, como ya ocurrió en marzo, cuando la inflación batió su récord hasta el momento (un 9,8 % interanual), son los alimentos y los combustibles los que no dejan de tirar al alza de los precios.

Llenar la cesta de la compra es cada vez más caro, igual que hacerlo con el depósito del coche, y ello pese a la bonificación de 20 céntimos que aprobó el Gobierno como modo transitorio para aliviar algo la asfixia de las economías domésticas. En este sentido, cabe recordar que las batería de medidas extraordinarias aprobadas para paliar el golpe de la invasión rusa de Ucrania en los bolsillos de la ciudadanía —entre la que se encontraba la referida bonificación del combustible— expirarán en junio, salvo que el Ejecutivo decida prolongarlas, como ayer avanzó la ministra de Industria, Reyes Maroto.

Porque el futuro no se presenta demasiado cómodo en materia de precios. Desde el INE destacan especialmente la variación de la inflación subyacente —que no incluye alimentos frescos ni productos energéticos, que son los más volátiles—, ya que ha subido cinco décimas de abril a mayo hasta arañar el 5 % (concretamente se situó en el 4,9 %), lo que supone su tasa más alta desde octubre de 1995.

Subyacente, multiplicada por 25 en un año y en nivel récord

El comportamiento de la inflación subyacente es especialmente preocupante, ya que confirma que el incremento de los costes de producción —disparados por el encarecimiento de la energía desde el pasado verano y por el impacto de la guerra en los precios de los combustibles y las materias primas— ha acabado por trasladarse definitivamente al consumidor final. Así, esta subida es mucho más difícil de revertir (con el riesgo de convertirse en estructural y lastrar la competitividad de la economía española) que la provocada por el repunte de la energía o los alimentos básicos, cuyos precios son más volátiles.

De hecho, para comprobar hasta qué punto la escalada de los precios ha sido dramática solo es necesario echar la vista doce meses atrás. En un año, la inflación subyacente se ha multiplicado casi por 25, al pasar de solo dos décimas al 4,9 %. Del mismo modo, el índice general de los precios se ha triplicado en el período, pasando del 2,7 % al 8,7 %.

Si el alza de los precios comenzó en junio del 2021, a caballo del aumento del coste de la energía en el mercado mayorista, la puntilla para el bolsillo de los consumidores llegó con la invasión rusa de Ucrania, a finales del pasado febrero, que provocó un pico sin precedentes en el IPC de marzo, situándolo a un paso del doble dígito y en su mayor nivel en casi cuarenta años.

Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Económicos mantienen el optimismo sobre que los precios se irán enfriando en lo que resta de año. Ayer ponían el foco en que el nuevo repunte registrado en mayo deja por precios por debajo del nivel máximo alcanzado en marzo, poniendo en valor el efecto de las medidas implementadas para limitar los precios, como la ya referida subvención de 20 céntimos por litro de combustible.

El Gobierno confía en la bajada

Del mismo modo, el ministerio que lidera Nadia Calviño recordó que todavía tiene que entrar en vigor el tope al precio del gas en el mercado mayorista —lleva dos meses de retraso desde que se anunció a finales de marzo, pues aún está a la espera del visto bueno definitivo de Bruselas—. El Ejecutivo sostiene que esta limitación «proporcionará un seguro adicional ante posibles alzas de la energía».

Así las cosas, aunque admite que puede haber «oscilaciones» durante el verano, por la «alta incertidumbre» que provoca el escenario geopolítico global y sus consecuencias económicas, el Gobierno mantiene su previsión de que el deflactor del consumo (un concepto que se aproxima al de la inflación) se situará de media este año en el 6,1 %, y bajará al 2,2 % en el 2023.

La estimación dista mucho de la del Banco de España y otras instituciones y analistas, que la sitúan por encima del 7 %. En cualquier caso, el repunte de mayo —los datos definitivos se conocerán el 10 de junio— ha cogido por sorpresa a los expertos (ha sido el caso de Funcas), que esperaban que continuara la senda bajista de abril. Sin embargo, lejos de eso, la subida mensual ha sido del 0,8 %, la más acusada en un mes de mayo desde el 2018.

Por su parte, el IPC armonizado, que es el que permite realizar comparaciones internacionales, se situó en el 8,5 % en tasa anual, dos décimas por encima de la de abril.

La inflación media de este año, además, será la que determinará la subida de las pensiones a partir del 2023, consolidando un importante alza del gasto, pues el Ejecutivo se ha comprometido a revalorizarlas según el IPC. La previsión remitida a Bruselas estaba en subirlas un 6 %.

Maroto avanza que el Gobierno prolongará las medidas para aliviar los precios

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró este lunes que el Gobierno pronto tomará la decisión de extender las medidas aprobadas en el plan nacional de respuesta ante las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, para contener la inflación.

En declaraciones a la prensa antes de inaugurar una jornada sobre el Plan de Recuperación y las pymes, la ministra precisó que el Gobierno está analizando la eficacia de estas medidas para tomar las mejores decisiones. En este sentido, Maroto señaló que pronto tomará la decisión de extender esas medidas que ya aprobaron en el plan de respuesta a la guerra, con bajadas de impuestos, como la rebaja del IVA de la electricidad del 21 al 10 % o la congelación del impuesto de la electricidad.

«Seguimos trabajando en medidas para frenar los precios, especialmente precios energéticos y de materias primas, que es donde está el problema», añadió, tras conocerse el dato del IPC avanzado, que elevó hasta el 8,7 % la inflación en mayo. La ministra insistió, según informa Efe, en que el Gobierno está preocupado por esta situación y que ya está tomando medidas para contener el alza de los precios y las seguirá tomando, con el fin de minimizar su impacto en las rentas de las familias y en la competitividad de las empresas.

Agregó que esperaba que esta semana se autorice la «importante medida» que ha de topar el precio del gas en el mercado mayorista y que va a beneficiar a consumidores y empresas, sobre todo industriales, lo que influirá en la bajada de los precios.

El tope del gas para España y Portugal, bautizado como la excepción ibérica, se aprobó en el Consejo Europeo del 25 de marzo. Aunque el Ejecutivo ya ha aprobado el decreto que lo regula, Bruselas no ha dado aún su visto bueno definitivo.