Herminda Gil Piñeiro, ginecóloga del Chuac: «Muchas mujeres van a urgencias porque no saben si se han dejado el tampón puesto»

ACTUALIDAD

ANGEL MANSO

El temido shock tóxico no se produce solo por obra y gracia del tampón. «Se puede dar en pacientes que no lo usan, que ponen la copa o que no están menstruando. Incluso, en varones», dice la especialista, que avisa: «No se puede dormir con él»

07 jun 2022 . Actualizado a las 19:02 h.

Dejarse puesto el tampón más tiempo del debido sin cambiarlo, utilizar uno de mayor absorción de la necesaria o dormir con él son malos hábitos que tienen sus consecuencias. La más peligrosa es el síndrome del shock tóxico, muy infrecuente desde que, tras el estallido de casos en los 70, se cambiaron los materiales de fabricación y se incluyeron las recomendaciones de uso en las cajas. Sin embargo, quedó en la retina de todos la tragedia de la modelo Lauren Wasser, que en el 2017 perdió ambas piernas por el uso de un tampón. Aunque el shock tóxico, indica la ginecóloga del Chuac Herminda GIl Piñeiro, no es exclusivo de él. Mucho más habitual, asegura, es el miedo a haberse olvidado uno puesto. «Cuando tú tienes un tampón más de dos días dentro de la vagina, el olor y el flujo marrón oscuro es supersintomático», revela.

—¿Por qué se produce el shock tóxico? ¿Siempre por un tampón olvidado?

—El shock tóxico es extremadamente raro, muy poco frecuente. Se desarrolla por la presencia de gérmenes, principalmente el Staphylococcus aureus, que genera unas toxinas. Ese proceso es el que ocasiona la mayor parte de la sintomatología. Se puede desarrollar en pacientes portadoras de un tampón, que fue en las primeras situaciones en la que se describió, pero a posteriori se ha visto que se puede dar incluso en pacientes no usuarias de tampón, que no están menstruando, o varones.

—Entonces, ¿no está solo asociado al tampón?

—No. De hecho lo hay asociado a otros agentes causales, como cirugías recientes u otros dispositivos. Ya se han descrito shocks tóxicos asociados a diafragmas, que apenas se usan; esponjas vaginales, que hay quien las utiliza como dispositivo durante la regla, e incluso se ha descrito ya alguno asociado a la copa menstrual. Son pocos casos, pero se han descrito.

—¿Tiene algo que ver el material del dispositivo?

—Sí, se ha visto que se asociaba principalmente a tampones de un material que ahora ya se ha retirado del mercado, porque este síndrome se describió en los 70, cuando se produjo una gran epidemia de shock tóxico asociado a tampones. Parece que puede estar asociado con tampones de gran absorción, o con llegarlo a utilizar durante demasiadas horas.

—¿Cuántas horas?

—No se han descrito exactamente las horas que son peligrosas, porque efectivamente es muy poco probable que olvidándote un tampón durante un día o dos acabes desarrollando un síndrome de shock tóxico. De hecho, yo no he visto en mi carrera profesional ninguno.

—El caso de la modelo que perdió las dos piernas dio la vuelta al mundo.

—Sí, y a raíz de todos los casos que aparecieron en los 70 hubo también muchos cambios en los materiales, y obligaron a añadir en las cajas las recomendaciones. Ahora todos los tampones son o de algodón o de rayón, que son los más seguros, y luego las recomendaciones generales establecen intentar utilizar tampones de la absorción más apropiada para el flujo que tienes, intentando no usar de absorción máxima cuando no lo necesitas, porque cuantas más absorción, más riesgo. También hay que intentar cambiarlo cada cuatro u ocho horas y no dormir con tampón.

—¿Os llegan muchas pacientes que temen habérselo dejado puesto?

—Es un motivo por el que se acude a urgencias con mucha frecuencia, son pacientes que no saben si se les ha quedado un tampón retenido, si se lo han cambiado, si se han puesto uno encima de otro… Y otras veces vienen por otro motivo y nos encontramos con un tampón. La realidad es que yo diría que en un 80 o un 90 % de las pacientes, ese tampón no está.

—¿Qué se hace ante la duda?

—Hay que explorarse y comprobar que no está. Las mujeres tienen que saber que los tampones no se van a ningún sitio peligroso. La vagina es una cavidad estanca.

—¿Cuál es el síntoma definitivo de que se nos olvidó?

—Las pacientes que nos encontramos con un tampón ahí retenido muchas veces no saben ni que lo tienen. Cuando tú tienes un tampón más de dos días dentro de la vagina, el olor y el flujo es supersintomático. Es un flujo marrón oscuro muy maloliente, mucho. En ese caso lo retiramos, sin más. No damos medicación, como mucho algún producto de higiene íntima para que el flujo desaparezca un poquito antes.