Argelia llama «pirómano»  a Albares y cesa como cabeza de turco al ministro que ordenó el bloqueo

Miguel Ángel Alfonso COLPISA

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Combina la arremetida contra el canciller español con la salida de su titular de Hacienda, cuyo mandato desató la reprimenda de la Unión Europea

14 jun 2022 . Actualizado a las 23:54 h.

El incendio generado por la crisis diplomática entre Argelia y España se había enfriado en los últimos días. Ambas partes estudiaban su siguiente paso y las consecuencias de las posibles represalias desde la otra orilla del Mediterráneo. Hasta que este martes la hoguera de la polémica volvió a arder por el flanco argelino con un doble movimiento: por un lado, la embestida directa contra el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Pedro Sánchez, José Manuel Albares; y por otra y casi en paralelo, la destitución del ministro de Hacienda que ordenó paralizar las transacciones con las empresas españolas y que derivó en las advertencias de la Unión Europea ante las que el Ejecutivo de Argel tuvo que acabar replegándose tras haber dejado en suspenso la amistad con España.

La arremetida contra Albares llegó a través de la agencia oficial de prensa argelina APS. Por este cauce, el Gobierno de Abdelmayid Tebune tildó al canciller español de «pirómano» por dar a entender, según reza el escrito publicado, que Rusia estaría detrás de los últimos pasos de Argelia, al tiempo que cuestiona su capacidad como diplomático. Lo cierto es que la frase sobre la influencia de Vladímir Putin en el avispero magrebí atribuida a Albares no la pronunció él, sino la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

Bajo el título «Argel-Madrid: huida hacia delante del pirómano Albares», la agencia estatal dependiente del Gobierno responsabiliza al ministro de Exteriores de la «crisis sin precedentes» abierta entre los dos países. La crítica va más allá al identificar al jefe de la diplomacia española como «indigno» por haberse desplazado a Bruselas a buscar su apoyo tras anunciar Argel que suspendía el Tratado de Amistad con Madrid. Una quiebra que se produjo el pasado jueves, después de que Sánchez justificara en el Congreso el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, la chispa de la pugna abierta ahora. La prensa argelina llegó a calificar entonces al presidente como «temerario socialista».

Ahora, el Gobierno de Argel llega a acusar a Albares, través de APS, de «manipular» al Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y de «enturbiar la credibilidad» de la Comisión Europea por su comunicado «sin fundamento contra Argelia». A raíz de la visita del ministro de Exteriores el pasado viernes, Bruselas advirtió de posibles represalias si comprobaba que se había incumplido el Acuerdo de Asociación entre el país magrebí y el bloque comunitario.

El viaje de Albares se produjo un día después de que la asociación bancaria argelina ordenara a las entidades del país bloquear las transacciones con empresas españolas. El viernes por la tarde, tras 48 horas de pulso, la Comisión calificó de «extremadamente preocupante» la posición de Argelia y amenazó con revisar un posible incumplimiento de los tratados comunitarios. En ese momento, la delegación de Argel reculó y negó haber tomado represalias comerciales contra España. Pero este martes, el Ejecutivo de Tebune redobló su ofensiva, esta vez con el ministro de Exteriores español en el centro de la diana, mientras de manera casi simultánea destituía a su titular de Hacienda, Abderrahmane Raouya.

Efectos por verificar

El fulminante cese, que fue comunicado a través de las redes sociales de la Presidencia, aparta a Raouya de un cargo que solo ha ocupado durante cuatro meses. Y lo entrega como cabeza de turco por la parálisis de las operaciones con las compañías españolas que dio pie a la reprimenda de la UE contra el Gobierno argelino. Todo ello cuando Moncloa aún trata de verificar las consecuencias de la decisión de Argel de aplicar el bloqueo comercial a las importaciones desde España. Este martes, y antes de que el país norteafricano cargara la sentencia sobre los hombros de Albares, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, evitó aclarar si en la Moncloa comparten la teoría de Calviño de que detrás de esta crisis está la mano de la Rusia de Putin.

En este tira y afloja en el que Europa ha cerrado filas con España, varios socios de la Unión cuidan sus relaciones normalizadas con Argelia. Este martes, la nueva ministra de Asuntos Exteriores de Francia, Catherine Colonna, telefoneó a su homólogo argelino, Ramtane Lamamra, al que mostró su «confianza en que el diálogo permitirá superar los desafíos comunes»; entre ellos, la crisis hispano-argelina. Y la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores de Alemania, Katja Keul, de visita oficial en Argel esta semana, hizo lo propio al expresar el interés germano por estrechar lazos comerciales, sobre todo en el sector energético.

En el ámbito doméstico, en cambio, la cuestión está lejos de calmarse. La Mesa del Congreso aprobó este martes la petición del PP para que Sánchez comparezca ante el pleno del Congreso; y la de EH Bildu para que Albares siga sus pasos en la Comisión de Asuntos Exteriores. El Gobierno no ve «ningún problema» en que ambos tengan que dar explicaciones. Pero lo cierto es que fue en una comparecencia similar de Sánchez -la semana pasada para informar de otra crisis, la de Marruecos- la que precipitó el choque con Argelia. Lo que sí criticó la ministra portavoz fue la postura del PP, que tachó de desleal. «No se entiende que el principal partido de la oposición, cuando se trata de estar con España o con un tercero, decida posicionarse con un tercero», zanjó.