Macron, ante una Francia ingobernable tras las legislativas

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 Elisabeth Borne, primera ministra de Francia.
Elisabeth Borne, primera ministra de Francia. LUDOVIC MARINPOOL | Efe

Los Republicanos rechazan un pacto con el presidente y Mélenchon anuncia una moción de censura contra el Gobierno

21 jun 2022 . Actualizado a las 09:18 h.

Emmanuel Macron ha invitado a cuatro artistas, Charlie Winston, Youssou N’Dour, Synapson y Xenia, para animar esta noche la 40 edición de la Fiesta de la Música en el palacio del Elíseo. Pero el presidente de la República debe estar para pocos conciertos. Los resultados de las elecciones legislativas ha complicado, como no esperaba, su ejercicio del poder durante los próximos cinco años. Ha anulado el Consejo de Ministros que debía celebrarse hoy y estudia qué posibilidades tiene con el estrecho margen de maniobra que le queda tras obtener 245 escaños, lejos de los 289 necesarios para controlar un hemiciclo de 577 parlamentarios. 

Podría negociar un acuerdo de legislatura con la oposición porque necesita al menos 44 diputados para poder alcanzar la mayoría absoluta. El único grupo a la vista sería Los Republicanos, que disponen de 61 escaños, aunque su presidente, Christian Jacob, ha afirmado que ellos están «en la oposición» y seguirán así. No descartan llegar a acuerdos puntuales, pero «en ningún caso ni pacto ni coalición ni acuerdo de cualquier tipo».

La segunda posibilidad es que la mayoría vaya buscando apoyos puntuales a derecha o izquierda para sacar adelante proyectos de ley sobre la reforma de pensiones o la transición ecológica.

Otra vía sería la disolución de la Asamblea, pero los analistas están de acuerdo en considerar que ahora mismo sería un suicido para el presidente de la República porque estas elecciones han puesto de relieve que existe un elevado voto anti-Macron que ha dado alas a los extremos.

Es el caso de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes). Los partidos de izquierda superaron todas las rivalidades para adoptar un programa común, una alianza inédita para presentarse unidos a la cita electoral de las legislativas, después de haber concurrido con cinco candidaturas distintas a las elecciones presidenciales.

Primera disensión

En apariencia, el objetivo de llegar en masa a la Asamblea Nacional reconcilió a comunistas, ecologistas, socialistas, radicales e insumisos. Pero solo en apariencia. En menos de 24 horas, el líder de la Nupes, Jean-Luc Mélenchon, ha propuesto a sus compañeros formar un solo grupo parlamentario en la Asamblea Nacional para seguir unidos, y sus aliados han rechazado la idea con un no categórico.

El secretario nacional de Partido Comunista, Fabien Roussel, no ha tardado en criticar los límites de esta alianza que no les ha permitido obtener una mayoría, ni ha evitado que gran parte del electorado popular haya preferido apostar por los candidatos de la extrema derecha.

Las diferencias entre los miembros de la Nupes son esencialmente ideológicas, pero además ninguno quiere renunciar a la oportunidad que representa tener un grupo parlamentario porque eso supone independencia política para votar o proponer textos de ley, además de disponer de una financiación propia, y eso es esencial para la supervivencia de un partido político.

La dispersión de la Nupes significa que el partido de Mélenchon, La Francia Insumisa, se queda con 72 escaños. Son unos resultados brillantes en relación con los 17 diputados que tenía en la pasada legislatura, pero no podrá seguir diciendo que son la principal fuerza de oposición, porque ese título recaerá en la Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y sus 89 diputados.

Le Pen todavía no se creía este lunes los resultados obtenidos la víspera. Son producto de una campaña discreta basada en la defensa del poder adquisitivo, y dejando los temas más conflictivos como la inmigración y la seguridad a Eric Zemmour que ha desaparecido del mapa político.

Además se ha resquebrajado el frente republicano que consistía en no dar ni un voto a la extrema derecha, porque también se ha levantado en algunos casos frente a la izquierda, lo que ha favorecido la confusión.

Además, los 4,2 millones de votos obtenidos este domingo suponen una dotación anual de 10 millones de euros para el partido, lo que les permitirá pagar sus numerosas deudas. Le Pen va a abandonar la presidencia del partido para consagrarse al grupo parlamentario, para el que reclama una vicepresidencia en la Asamblea, así como la presidencia de la comisión de finanzas que tradicionalmente ostenta el principal grupo de la oposición.

Desde la izquierda a la extrema derecha se exigía la dimisión de la primera ministra, Élisabeth Borne, nombrada hace un mes. De no hacerlo, Mélenchon amenaza con presentar una moción de censura el 5 de julio, cuando Borne haga su discurso de política general en la Asamblea Nacional. Pero no todos en la izquierda están de acuerdo y La Francia Isumisa no tiene los votos necesarios.