Saludo cordial entre Sánchez y Aragonès en un foro empresarial en Barcelona, pero siguen sin fijar una reunión

Redacción LA VOZ

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Los presidentes Pere Aragonès y Pedro Sánchez, este lunes en Barcelona
Quique García | EFE

La cita entre ambos está pendiente de las agendas para cuadrar un día tras la cumbre de la OTAN

28 jun 2022 . Actualizado a las 08:26 h.

Los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, se saludaron ayer de modo cordial en el Camp Nou de Barcelona, donde asistieron a la entrega de los premios Pimes de la patronal Pimec.

A su llegada al estadio, Sánchez fue recibido por Aragonès, con quien se estrechó la mano, y por el presidente de Pimec, Antoni Cañete. Con el primero repitió el saludo cordial con un apretón de manos, al aceptar ambos sin problema la petición que realizaron de los fotógrafos que deseaban recoger esa imagen.

Sánchez y Aragonès coinciden en este acto después de que la semana pasada el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, se reunieran para tratar de desbloquear las relaciones entre ambos Gobiernos tras la crisis por el caso Pegasus y acordaran celebrar un encuentro entre ambos presidentes antes de las vacaciones de verano. La última vez que coincidieron Sánchez y Aragonès fue en mayo en la reunión del Círculo de Economía, poco después de saberse el caso de espionaje, y ambos se emplazaron a reunirse para abordar el asunto, pero tras la coincidencia de ayer todavía permanece sin fijarse esa fecha, a la espera de compaginar agendas una vez concluya la cumbre de la OTAN que se celebra esta semana en Madrid.

El encuentro de ayer fue cordial y ambos conversaron, pero siempre en presencia de otros participantes en el acto.

Después del batacazo electoral en Andalucía, Sánchez trata de amarrar a los socios de la legislatura para encarar el tramo final de su mandato y poder aprobar unos últimos Presupuestos. El Gobierno catalán intenta desbloquear la mesa de diálogo y obtener réditos que justifiquen, ante el electorado independentista más escéptico, su apuesta por el diálogo y la mano tendida con el PSOE.