El Gobierno descarta que las tensiones con Podemos vayan a empañar el debate del estado de la nación

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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La minsitra portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
La minsitra portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Eduardo Parra | EUROPAPRESS

Su portavoz, Isabel Rodríguez, afirma que el Gobierno « sigue necesitando» a sus socios de coalición

12 jul 2022 . Actualizado a las 09:30 h.

Hoy arranca el primer debate sobre el estado de la nación que se lleva a cabo desde el 2015. Un encuentro del Gobierno con todas las formaciones políticas para dar cuenta de la situación actual del país y que viene precedida de grandes disensos sobre cuestiones de importancia capital como el nuevo gasto de Defensa tras la cumbre de la OTAN de Madrid, las medidas anticrisis y el estado de la economía, la Ley de Memoria Democrática o las relaciones con Marruecos y Argelia. Cuestiones que, según la portavoz gubernamental, Isabel Rodríguez, no afectan a la coalición de gobierno: «Entre el mérito del Gobierno está ser capaces de ser los primeros en la etapa democrática de conformar grandes consensos y la situación sigue necesitando de ellos».

La portavoz socialista confirmó así que sus relaciones con Unidas Podemos van a tender a la continuidad, ya que es un momento en el que se precisa «unidad». «Al tiempo que se combate la crisis, se continúa con la hoja de ruta. Vamos a marcar claramente cuál va a ser el programa de gobierno en el próximo año y medio», añadió la portavoz tras el Consejo de Ministros celebrado este lunes.

En vistas de la celebración del debate y que las relaciones con Podemos continúan presentes, Rodríguez quiso quitarle peso a las declaraciones de Yolanda Díaz en las que afirmó que al Gobierno «le falta alma», tal como publicó el diario El país. «El Gobierno en su conjunto trabaja con corazón e inteligencia. Este repaso de la gestión de estos años dan cuenta de un Gobierno que nunca ha dejado de estar pendiente de cada situación. La muestra se da en todos los departamentos ministeriales», afirmó.

Objetivo: sobrevivir al embate

La prioridad del Gobierno mañana será justificar la gestión de las diversas crisis que se han sucedido a lo largo de la legislatura y defender los proyectos de ley aprobados y por aprobar durante este curso político, así como mantener su imagen de consenso ante todo el Congreso de los Diputados. «Se espera altura de miras. Lo que hará el presidente es elevar el debate institucional. El presidente no se dirige exclusivamente a la oposición, sino a todo el país», ha destacado la portavoz socialista.

Isabel Rodríguez también especificó que «lo de menos es quién suba al atril» en el debate, sino «cómo se responde al apoyo de las leyes y qué proponen el resto de grupos políticos». Y vendrán con propuestas y críticas, ya que esta misma mañana el PP se ha mostrado abierto a apoyar las reformas del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, aunque la portavoz del Gobierno ha referido que el PP ya se ha referido en estos términos y que «antes de empezar a hablar, hay que cumplir» con los deberes constitucionales.

Y entre otras polémicas a las que tendrá que hacer frente mañana el Gobierno, se encuentra la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, que ha suscitado el rechazo de la oposición. «La ley de memoria democrática hay que leerla antes de que se hagan valoraciones sobre ella. Es una ley que condena el franquismo, homenajea a las víctimas de la dictadura de todos los bandos, reconoce la amnistía y pone en valor la Constitución», defendió Rodríguez.

Cs, Vox y Podemos se estrenan tras siete años 

J. ARIAS

El último debate sobre el estado de la nación se remonta al 2015, con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y Pedro Sánchez en el papel de líder de la oposición.

Hasta entonces, no se había celebrado en 1986, 1990, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2012 porque esos años hubo elecciones generales. Su formato no se recoge en el reglamento de la Cámara Baja y depende en exclusiva de la voluntad del presidente del Ejecutivo. Desde que Felipe González lo convocó por primera vez en 1983, no hubo excepciones, salvo en los ejercicios con comicios legislativos, porque se entendía que el debate de investidura del presidente lo suplía.

Sin embargo, los motivos esgrimidos en los últimos años para no llevar a la práctica este clásico nada tienen que ver con las urnas. En el 2017, el desafío independentista y la declaración unilateral de independencia por parte de la Generalitat de Cataluña llevaron a Mariano Rajoy a no convocarlo; en el 2018, la razón esgrimida fue la moción de censura que desalojó al líder del PP de la Moncloa. En el 2019, ya con Sánchez en la presidencia del Gobierno, se volvieron a convocar elecciones por partida doble; y, desde entonces, la pandemia que paralizó la vida parlamentaria en el 2020, catástrofes como la erupción del volcán de La Palma en el 2021 y la invasión rusa de Ucrania lanzada el pasado febrero han servido de pretexto al Ejecutivo para posponer su celebración hasta ahora.

Hasta el 2015, se convocaron 23 debates. Felipe González (1982-1996) lo hizo en nueve ocasiones; José María Aznar (1996-2004), en seis; José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), en cinco; y Mariano Rajoy (2011-2017), en tres. 

Iglesias y Rivera se lo perdieron

El escenario político desde la última vez que se celebró, el 24 y 25 de febrero del 2015, distaba tanto del actual que Unidas Podemos y Ciudadanos ni siquiera tenían presencia en el Congreso. Sus líderes de entonces, Pablo Iglesias y Albert Rivera, ambos ya retirados de la política, no tuvieron la oportunidad de medirse con el presidente del Gobierno en el formato del debate sobre el estado de la nación. Vox, hoy el tercer grupo parlamentario, no contaba con un solo escaño. Las formaciones independentistas no jugaban un papel tan protagonista y el Congreso no estaba tan fragmentado.

Los debates realizados desde 1983 han servido para dar un repaso a la situación política del momento. La OTAN y la corrupción, por ejemplo, protagonizaron los primeros debates con González como presidente, sumando al de 1995 el escándalo sobre los GAL. Con Aznar en la Moncloa, la guerra de Irak y el terrorismo —incluyendo el proceso de negociación con ETA— se adueñaron de la mayoría de los debates; mientras que la crisis económica destacó por encima del resto de los asuntos tratados en los que protagonizó Rodríguez Zapatero.

En los tres debates con Rajoy al frente del Gobierno, la corrupción en el PP fue el eje sobre el que giró la discusión. La trama Gürtel, que hoy acumula 69 condenados, estalló en el 2009, dos años antes de su llegada al poder.

Una encuesta de GAD3 da al PP entre 155 y 159 diputados 

Los sondeos siguen apuntalando el proyecto de Alberto Núñez Feijoo al frente del PP. Tres meses después de asumir la presidencia nacional del partido, una nueva encuesta de GAD3 pronostica que, de celebrarse ahora elecciones generales, el PP obtendría un 36 % de los votos, lo que se traduciría en una representación parlamentaria de entre 155 y 159 diputados en el Congreso, a unos veinte escaños de los 176 que delimitan la mayoría absoluta.

El sondeo de GAD3 augura la desaparición de Ciudadanos en la Cámara Baja y a Vox le concede entre 37 y 39 diputados, con lo que la suma de escaños del PP y del partido de Santiago Abascal superaría ampliamente la mayoría absoluta. El PSOE, según esta encuesta, caería de 120 a 94-98 escaños y Podemos bajaría desde 35 a 16-18 diputados.

Más moderado es el pronóstico de Hamalgama Métrica, que en un sondeo publicado ayer otorga al PP 129 escaños, 96 al PSOE, 58 a Vox y 23 a Podemos. En la misma línea se sitúa el barómetro de Target Point, que augura entre 130 y 132 diputados para el PP, de 91 a 93 para el PSOE, de 54 a 56 para Vox y entre 24 y 26 para Unidas Podemos.