Rusia advierte de que sus objetivos militares en Ucrania van más allá del Dombás

RAFAEL M. MAÑUECO MOSCÚ / COLPISA

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Un padre agarra la mano de su hijo, un niño de 13 años que murió en un ataque ruso en la ciudad de Jarkov
Un padre agarra la mano de su hijo, un niño de 13 años que murió en un ataque ruso en la ciudad de Jarkov Quintanar Pérez | EUROPAPRESS

Lavrov dice que las negociaciones para lograr la paz «carecen de sentido» en la situación actual

20 jul 2022 . Actualizado a las 20:49 h.

Pese a la lentitud con la que avanzan las tropas rusas en Dombás, el objetivo declarado por Moscú como principal en su actual intervención militar en suelo ucraniano, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha anunciado este miércoles en una entrevista a varios medios rusos que, debido a la ayuda en armas de largo alcance que Ucrania está recibiendo de Occidente, «la geografía de la operación especial ha cambiado. Está lejos de ser solamente las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk».

Según sus declaraciones, Rusia contempla ahora quedarse también con «las regiones de Jersón, Zaporiyia y toda una serie de otros territorios. Este proceso continúa y continuará de manera constante y persistente». En su entrevista a la televisión oficial RT, a la agencia RIA-Nóvosti y a otros medios de comunicación rusos, Lavrov dijo que, de acuerdo con el resultado de las negociaciones de paz entre Moscú y Kiev, en marzo «había un geografía y ahora es diferente». Las conversaciones para un arreglo del conflicto se interrumpieron a finales de marzo y no se han reanudado todavía. El último contacto fue en Estambul.

Entonces, Rusia exigía a Ucrania para detener la guerra que aceptara la pérdida definitiva de Crimea y de las dos regiones de Dombás, Donetsk y Lugansk. Ahora, a juzgar por las palabras del jefe de la diplomacia rusa, si Kiev quiere poner fin al conflicto, deberá olvidarse también de Jersón y de la mayor parte de Zaporiyia, regiones que el Ejército ruso tomó rápidamente en los primeros días de la guerra avanzando desde Crimea.

Lavrov ha explicado que tal cambio de paradigma, que, según él, podría implicar para Kiev la pérdida de otras zonas del país, se debe a «las amenazas militares que para Rusia emanan desde el territorio de Ucrania». Añadió que «los objetivos geográficos se ampliarán aún más si Kiev recibe armas de alcance cada vez mayor».

El ministro ruso advirtió que «no podemos permitir que en la parte de Ucrania que controla Zelenski o la persona que le suceda haya armas que representen una amenaza directa para nuestro territorio o para el territorio de aquellas repúblicas que han declarado su independencia y desean la autodeterminación». A su juicio, organizar una nueva ronda de negociaciones ahora mismo no serviría para nada. «No tiene sentido en la actual situación», ha manifestado.

Tras los intentos infructuosos de tomar Kiev el 25 de marzo, el Ministerio de Defensa ruso anunció la retirada de sus efectivos del entorno de la capital ucraniana para concentrarlos en el Dombás con el propósito de tomar completamente las provincias de Donetsk y Lugansk y ponerlas bajo el control de los separatistas prorrusos. Se afirmó entonces que comenzaba así «la segunda etapa de la operación».

«No hemos comenzado en serio»

Con la toma de Lisichansk, el pasado 3 de julio, quedó prácticamente completada la ocupación de Lugansk y ahora el Ejército ruso se prepara para acometer la conquista de ciudades importantes de la región de Donetsk como son Sloviansk, Kramatorsk y Bajmut. Pero, en junio, Estados Unidos comenzó a suministrar a Ucrania sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple Himars, de 60 kilómetros de alcance, lo que permitió al Ejército ucraniano destruir puestos de mando rusos y numerosos depósitos de municiones y equipamiento.

Ucrania, según palabras del secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania SNBO, Oleksiy Danílov, espera ahora la llegada de lanzaderas Himars de mayor alcance, de hasta 300 kilómetros, lo que permitiría atacar Crimea, la base de la Flota del Mar Negro rusa e incluso el puente que mandó construir el presidente Vladimir Putin para unir la península con la región rusa de Krasnodar.

El pasado 7 de julio, El líder ruso aseguró que «no hemos rechazado mantener conversaciones de paz, pero quienes se niegan a ello deben saber que, cuanto más se tarde en acometerlas, más difícil será para ellos negociar con nosotros».

Refiriéndose a los envíos de armas a Ucrania desde Estados Unidos y otros países de la OTAN, el jefe del Kremlin advirtió que «quieren derrotarnos en el campo de batalla ¿qué puedo decir?, pues que lo intenten» y amenazó en relación con la campaña en curso que «todos deben saber que, en general, todavía no hemos comenzado nada en serio».

Siria rompe relaciones con Kiev tras reconocer las repúblicas de Lugansk y Donetsk

Siria, aliada de Rusia, anunció ayer una ruptura de relaciones con Ucrania, tres semanas después de que Kiev tomase la misma medida contra el país árabe por reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk. «La República Árabe Siria decidió cortar las relaciones diplomáticas con Ucrania en base al concepto de reciprocidad, en respuesta (a la decisión) del Gobierno ucraniano en este sentido», informó una fuente del Ministerio de Exteriores no identificada, en un comunicado. El 30 de junio, Kiev cortó relaciones con Siria al considerar que su reconocimiento, en la víspera, de los territorios ocupados por Rusia en Ucrania es un «acto hostil» y una «usurpación» de la soberanía e integridad territorial ucranianas. La fuente del Ministerio de Exteriores sirio denunció que la medida fue tomada ya a efectos prácticos en el 2018, cuando Ucrania rechazó renovar el permiso de residencia al personal diplomático de la Embajada siria en Kiev.

Jill Biden recibe a la primera dama ucraniana para hablar del apoyo de EE.UU.

La primera dama de EE.UU., Jill Biden, se reunió ayer en la Casa Blanca con Olena Zelenska, esposa del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, con la que conversó sobre el apoyo de Washington al país europeo, especialmente, en lo que respecta a la salud mental de los refugiados ucranianos. Jill Biden y su marido, el presidente de EE.UU., Joe Biden, esperaron a Zelenska a la entrada de la mansión presidencial, donde le entregaron un ramo de flores.

Jill Biden rememoró el encuentro que ambas mantuvieron en mayo cuando se conocieron en la parte ucraniana de la frontera con Polonia por el «Día de la Madre». «Usted me presentó a muchos refugiados, madres y niños, y pasamos un tiempo con ellos, y sé que usted está ahora aquí con nosotros, de nuevo, para hablar de temas de salud mental», indicó la primera dama de EE.UU. Jill Biden apuntó que tras ese viaje habló con los miembros de su equipo, y que le mandó una carta a Zelenska para explicarle lo que EE.UU. está haciendo para ayudar a «las madres y niños» con problemas mentales que han «sufrido tales tragedia y atrocidades».

Zelenska, antes de acudir a la Casa Blanca, participó en un acto en el Museo de las Víctimas del Comunismo, en Washington, donde recibió «en nombre del pueblo ucraniano» el Premio Disidente de Derechos Humanos.