Francia cede a la presión y valorará terminar el gasoducto MidCat

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

España alega que no puede abastecer a Alemania de energía sin esa interconexión

30 ago 2022 . Actualizado a las 20:38 h.

Francia empieza a dar su brazo a torcer en torno al futuro del gasoducto MidCat. La tubería, que debía conectar la península ibérica con Centroeuropa, lleva años paralizada por el bloqueo deliberado del vecino galo, que la ve como una amenaza para su industria nuclear —en el futuro, el MidCat podría transportar hidrógeno verde en lugar de gas—.

Ese rechazo, tan explícito hace solo una semana, cuando el Gobierno galo alegó que «un proyecto así requeriría numerosos años para ser operativo y no respondería a la crisis actual», se evaporó este martes. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, aseguró que estudiará la posibilidad de continuar las obras del gasoducto, cuyo tramo ibérico podría estar listo para final de año, según el Ministerio para la Transición Ecológica.

¿Qué ha pasado entremedias? Alemania ha presionando a Francia para que ceda. Necesita nuevas rutas para importar gas, ahora que Rusia está cerrando la llave de paso —hoy mismo la rusa Gazprom paraliza el Nord Stream, su principal arteria de abastecimiento—, y el MidCat ha pasado a ser estratégico para los alemanes. Así se lo ha hecho saber su canciller, Olaf Scholz, al presidente galo, Emmanuel Macron. Con el megavatio hora (MWh) en los 605 euros en el mercado mayorista, la industria germana está asfixiada: «Las consecuencias para empresas y hogares ya son insostenibles», reconocía hoy la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un día después de anunciar que intervendrán de emergencia en el mercado de la electricidad y solo dos después de que Alemania se abriera a esa posibilidad, impensable en marzo, cuando España, Francia, Italia y Portugal la reclamaban.

Para vencer la resistencia de los franceses, el propio Scholz compareció este mediodía junto al presidente español, Pedro Sánchez, a quien invitó a asistir a una reunión informal del Consejo de Ministros germano. Desde el palacio de Meseberg, el canciller alemán mostró su «total acuerdo» a terminar esta tercera interconexión entre España y Francia para mejorar la red de gasoductos en el continente. «Queremos hacer posible la creación de una gran red en Europa, tanto eléctrica como de hidrógeno en el futuro», abundó.

El mensaje a los franceses vino acompañado de los reproches de Sánchez: «Los objetivos no se han cumplido, las interconexiones energéticas de la península ibérica están por debajo del 3 %, lejos de los compromisos que asumimos con la Comisión Europea, así que comparto la visión del canciller de que hay que acelerarlas». ¿Podría España abastecer a los alemanes? Eso parece: «España está dispuesta a ser solidaria y responder a la llamada de países hermanos como Alemania, que están sufriendo un chantaje inaceptable como el de Putin», deslizó Sánchez. El país concentra el 30 % de las capacidades de regasificación de Europa, pero no las puede utilizar por el cuello de botella del MidCat. La alternativa, recordó el español, es reconducir su trazado y conectarse con el puerto italiano de Livorno, aunque sería más costoso, más complejo y requeriría ampliar los plazos de construcción.

Petición de «amigos»

No hubo que aguardar a nuevas reuniones bilaterales o manifestaciones públicas de amparo para forzar la reacción del Gobierno francés, que reaccionó de inmediato al mensaje de Sánchez y Scholz, abriendo la puerta a terminar las obras del gasoducto transpirenaico: «Desde el momento en que el presidente del Gobierno español y el canciller alemán lo piden, desde que los amigos lo piden, examinaremos la petición de nuestros amigos, de nuestros socios», anunció Le Maire.

Visita a Argelia

Eso, en lo que se refiere a la infraestructura. Otra cosa es la materia prima: el gas. España ha tenido que reconfigurar su calendario de compras después de que Argelia le redujera el suministro. Sánchez reconoció este martes que le gustaría visitar el país para destensar las relaciones con el que solía ser su principal proveedor de gas: «Me gustaría ser yo el que fuera a Argelia», admitió.

Las exportaciones desde el país norteafricano cayeron más de un 40 % en los seis primeros meses del año en favor de otros clientes como Italia y Francia. La compañía francesa Engie espera cerrar un acuerdo para importar hasta un 50 % más de hidrocarburo. Un contrato que Macron trató de allanar la semana pasada visitando Argel, como hizo antes del verano el italiano Mario Draghi. A Sánchez todavía no lo han recibido.