Reyes Maroto: «Los países tienen ya poco margen para bajar la inflación, ahora le toca a Europa»

e. martínez / d. martínez MADRID / COLPISA

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Xoán A. Soler

La ministra de Industria mantiene que la escalada de precios podría haber tocado techo

05 sep 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

La inflación impregna ya todos los ámbitos de la economía, con acontecimientos inesperados como el corte del suministro de gas ruso a Europa de este fin de semana. La ministra de Industria, Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973), destaca que el Gobierno ha tomado muchas medidas para aliviar el alza de los precios, pero que ahora es Europa quien debe tomar decisiones que ayuden a los países a ir reduciendo el IPC. Lo hace en una entrevista tras reunirse con la industria digital en el foro Ametic de Santander.

—¿Qué más puede hacer el Gobierno con la inflación récord?

—La expectativa que nosotros tenemos es que ha tocado techo y que a partir de ahora la tendencia será de contención. Hay que ver cómo impactan las medidas que se toman a nivel europeo. El margen que teníamos en España no digo que lo hayamos agotado, pero es verdad que hemos activado ya muchísimos de los instrumentos, incluida la bajada del IVA del 21 al 5% del gas, lo que suponen muchos recursos. La gran incertidumbre aquí es cuánto va a durar la guerra y esa respuesta no la tenemos. El rol que juegue Europa es muy importante porque ahora ya sí que todos miramos a Europa porque el margen que tenemos los países es cada vez más pequeño.

—La energía supone el 50 % de los costes para muchas industrias, ¿cómo se puede apoyar a este sector tan impactado?

—El lunes [por mañana] vamos a tener una reunión para coordinar el plan de contingencia. Tenemos que ver si las ayudas hasta ahora son suficientes y es lo que debatiremos, si hay que seguir subvencionando y hasta cuánto. Pero claramente aquí la vía de la eficiencia energética es la urgente. La sensibilidad del Gobierno es absoluta, tenemos que defender nuestra industria. Nosotros siempre nos comparábamos con Francia y Alemania, pero ha cambiado totalmente el escenario. Es verdad que perdemos competitividad con otros mercados que no sufren tanto el problema del incremento del precio energético. Medidas que han traído cierta polémica como el termostato a 27 grados o el apagado de los escaparates ha conseguido reducir más de un 9% el consumo de electricidad. Ahora tenemos la capacidad de incidir en Europa con un instrumento que era necesario como es el tope al gas.

—¿Las renovables son un recurso del que poder tirar para dejar de depender del gas?

—Desde que llegamos al Gobierno hemos convocado dos subastas de renovables. El diciembre pasado se fijó el precio a 30 euros/MWh y el anterior a 24. En diciembre la fijación del precio a 30 nos sorprendió porque ya estaba el sector muy tensionado y en cambio el mercado de las renovables seguía con un precio relativamente barato.

—¿Pero en qué plazo podría suponer una rebaja de la factura?

—El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima da un horizonte de cara al 2030 para la descarbonización del sector con energías renovables. Ahora hemos incrementado los recursos por tres con los fondos europeos, por lo que debemos tener capacidad de adelantar esa transición y de que en poco tiempo podamos ver que el mercado eléctrico responde más al mix que tenemos que a un mercado eléctrico que ahora está gobernado por una política europea.

—¿Qué está complicando el PERTE del coche eléctrico?

—Tiene 4.300 millones de inversión en los que hemos puesto en marcha más del 90 % de las inversiones autorizadas. Hemos sacado las líneas, no solo en la parte industrial. Ha habido mucho ruido con la resolución provisional y es un procedimiento administrativo. Pido un poco de paciencia. En el caso de Ford, que ha decidido salirse, fue una noticia negativa para el ministerio pero para ellos el proyecto ha cambiado y no podían cumplir con los requisitos, pero garantizan la inversión en Valencia.

—El turismo ha ido muy bien en verano, pero el sector advierte de un otoño muy difícil.

—La valoración es muy positiva. Mes a mes hemos ido mejorando las perspectivas y acercándonos a los datos prepandemia. De cara al otoño, hemos visto cómo incluso teniendo la incertidumbre de la guerra y de la inflación la gente viaja. Con toda la prudencia, en septiembre vemos muy buen ritmo en reservas y capacidad aérea con más de 9,6 millones de asientos programados.

«Sin compromiso de Francia no se puede comenzar el gasoducto»

España apuesta por la alternativa planteada por Alemania para construir un gasoducto que cruce hacia Francia y así llevar gas de nuestro país al centro de Europa, pero las dudas del país galo retrasarán el inicio de las obras.

—¿Creen que el gasoducto es la mejor solución? ¿Qué plazo de construcción plantean?

—Nosotros podríamos hacer las inversiones ya, pero si se van a quedar en territorio español no van a servir para lograr el objetivo. Necesitamos sí o sí el compromiso de Francia y una vez que lo tengamos se puede empezar. Hay que ver cómo lo vamos a financiar porque los fondos europeos los tenemos ya comprometidos, pero hay una ventana de oportunidad con la parte de préstamos. Yo creo que vamos a llegar a un mecanismo europeo de financiación. Se me ocurre el Banco Europeo de Inversiones como un instrumento para poder financiar estos proyectos europeos. Seguro que Europa encontrará el instrumento para que un proyecto que es europeo, este sí es europeo, se pueda financiar y desde luego nosotros lo aceleremos. La vicepresidenta Ribera calculó en ocho o nueve meses el tiempo para poderlo tener listo en la parte que nos corresponde.

—Los cuellos de botella en las cadenas de suministro están generando que algunas fábricas tengan que parar su producción.

—Estamos facilitando el ajuste a las empresas. La solución no es de corto plazo, es de medio plazo y se llama autonomía industrial. Se llaman PERTE, apostar por lo que se produce en otros sitios, traerlo a Europa y traerlo a España, que para eso estamos haciendo el esfuerzo inversor. Alguna empresa textil ya me ha comentado que los costes logísticos son tan altos que ha reducido costes trayendo parte de la producción a España. Tenemos ahora una oportunidad para la deslocalización de la industria española. El textil es un ejemplo.