El metano liberado por el Nord Stream intensificará el calentamiento global

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DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Es un gas 20 veces más potente que el dióxido de carbono, principal responsable del cambio climático

30 sep 2022 . Actualizado a las 09:08 h.

Por si la deriva del cambio climático no estuviese siendo lo suficientemente preocupante, el metano emitido como consecuencia de la triple fuga en el gasoducto ruso Nord Stream añade más leña al fuego. Alemania estimó que se han liberado hasta ahora unas 115.000 toneladas, que equivalen a 9,6 millones de toneladas dióxido de carbono.

«El vertido producirá un calentamiento adicional medio de 0,000016 grados hasta el 2030, cuando se espera que alcance el pico», ha informado en su cuenta de Twitter el científico Chris Smith, autor de los informes del Panel de Expertos Sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC)

Esta cifra tiene una doble lectura. El hecho de que parezca poco ofrece una idea de la enorme cantidad que hay en la atmósfera. Por otra parte, en lo referente a la atmósfera y el sistema climático pequeños cambios tienen grandes consecuencias. Y cada tonelada extra provoca que algunos de los once mecanismos de regulación climática se aproximen a un punto de no retorno.

La cuestión del metano no es un tema menor. Se trata de un gas de efecto invernadero que tiene mucha menor presencia en la atmósfera que el dióxido de carbono, pero lo compensa siendo 20 veces más potente. Además, la comunidad científica reveló no hace mucho que se trata de un tema que está siendo infravalorado. Se pensaba que su permanencia en la atmósfera era de unos 12 años frente a los 200 del dióxido de carbono.

Sin embargo, un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en Nature en mayo de este año sostiene que ciertos compuestos que expulsa el océano hacia la atmósfera como el yodo, bromo y cloro han incrementado el tiempo su vida entre un 6 % y un 9 %.

Los autores advierten que el aumento de la concentración de metano liberado a estos compuestos aportará a finales de siglo un aumento del metano emitido en la atmósfera durante las últimas tres a cuatro décadas.

La curva de los dos principales gases de efecto invernadero no ha dejado de crecer. La concentración de metano asciende actualmente a 1910 partes por billón (ppb), lo que supone un aumento del 59 % de la concentración anterior a la Revolución Industrial. La concentración de dióxido de carbono es de 415 partes por millón (ppm)

La última vez que se registró una concentración de tan elevada, hace unos cuatro millones de años, la temperatura era entre 2 y 3 grados más alta y el nivel del mar, entre 10 y 20 metros superior al actual. Sin embargo, la temperatura media hoy solo ha aumentado un grado respecto a los valores preindustriales. «Si a la misma concentración debería corresponder la misma temperatura media, ¿por qué entonces no se ajusta al valor actual?» se pregunta Antonio Martínez Cortizas, biólogo de la USC e investigador en paleoclima. «Uno de los aspectos que se olvida es que el principal gas de efecto invernadero es el vapor de agua. Por otra parte, el sistema climático resulta complejo, con muchos mecanismos de retroalimentación, y rara vez presenta una respuesta directa y lineal a los cambios. Además, el casquete de hielo del Ártico no aparece de forma permanente hasta las últimos tres millones de años. Esto quiere decir que el agua que hoy está retenida en forma de hielo se encontraba en la hidrosfera, esencialmente en los océanos, por ello es lógico que el nivel del mar fuera superior», explica Cortizas.

La ciencia asegura que, en lo referente al clima, el pasado nunca vuelve igual y que las cifras del calentamiento actual ya son muy preocupantes. Sin olvidar que la variabilidad natural es muy potente sin la intervención humana. El experimento geofísico que está llevando a cabo la humanidad nunca se había hecho antes y sus consecuencias son impredecibles.