La respuesta de EE.UU. y Seúl al misil de Kim eleva la escalada militar en la península de Corea

María puerto PEKÍN / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Misil surcoreano.
Misil surcoreano. ContactoKorean Def | EUROPAPRESS

El fallo de un misil surcoreano provoca la alarma de la población

06 oct 2022 . Actualizado a las 09:29 h.

La demostración de fuerza con la que Washington y Seúl respondieron a la provocación de Corea del Norte no ha salido como esperaban y ha elevado la tensión y la peligrosidad de la escalada militar. Ante el lanzamiento de Piongyang de un misil balístico de medio alcance que sobrevoló el martes el norte de Japón, los dos aliados respondieron este miércoles con un simulacro de «bombardeo de precisión» con un resultado un poco bochornoso. Uno de los cuatro proyectiles utilizados, un Hyunmoo-2 surcoreano de corto alcance, se estrelló dentro de la misma base área de lanzamiento.

En la madrugada del miércoles hora local, la tranquila ciudad de Gangneung, cercana a la base, se despertó alarmada por la explosión y un gran incendio que provocó el pánico entre la población. Los vídeos y fotos del siniestro circularon durante horas por las redes sociales y la falta de información hizo temer a los habitantes de que se tratara de un ataque norcoreano.

El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur tardó unas siete horas en informar sobre el incidente y pedir disculpas. Un responsable militar confirmó que el accidente no había ocasionado víctimas y explicó que el propulsor del misil se incendió, pero afortunadamente la carga explosiva no se detonó, según la agencia surcoreana Yonhap.

El accidente en Corea del Sur prueba que la escalada de tensión en la península coreana y en el mar de Japón puede desencadenar incidentes no deseados. Esta especie de «juegos de guerra» con provocaciones de Piongyang seguidas de represalias de Washington y Seúl algún día puede descontrolarse. Un error humano o un fallo mecánico pueden conducir a un ataque real.

Washington conserva desde el final de la guerra de Corea (1950-1953) un acuerdo de defensa con Corea del Sur. Seúl y Piongyang firmaron un armisticio, pero no un acuerdo de paz, por lo que técnicamente siguen en guerra. El Ejército estadounidense mantiene una fuerza de más de 28.000 soldados en suelo surcoreano para ayudar a su defensa ante un posible ataque norcoreano.

Como demostración de fuerza, la Casa Blanca envió de vuelta a aguas coreanas al portaviones Ronald Reagan, que la semana pasada había participado allí en unas maniobras conjuntas.

La del martes fue la quinta prueba de misil que realizaba el régimen norcoreano en los últimos diez días y se teme que pueda llevar a cabo las próximas semanas un ensayo nuclear. Sería el primero desde septiembre del 2017 y demostraría el avance del programa nuclear liderado por Kim Jong-un, al mismo tiempo que la voluntad de desafiar a la comunidad internacional. Muchos analistas creen que el líder norcoreano pretende forzar una nueva negociación con Estados Unidos bajo la amenaza del armamento atómico.