Infinito, elipse, triángulo, rectángulo, cuadrado, círculo, rombo, pentágono y estrella. Tony Estruch te ayuda a identificar el perfil de tu talento y sus ascendentes y a utilizarlo para crecer
18 oct 2022 . Actualizado a las 09:15 h.Ojo al «síndrome de la yaya sabionda», esa señora interior que todos llevamos dentro (más o menos inhibida) que no deja de recordarte lo que no sabes o lo que no puedes hacer. Sobre ese síndrome y sobre el riesgo de acabar siendo «ranas hervidas» (que se cuecen día a día sin darse cuenta en la cazuela de otros, ajenas a su potencial) nos advierte el emprendedor Tony Estruch. Hay un genio dentro de ti, asegura. Dentro de cada uno de nosotros. «Todos llevamos un genio dentro, pero esta es una afirmación con matices. Solemos entender como genial algo relacionado con la fama, la grandilocuencia o que da dinero o ayuda a cambiar el mundo. Pero yo te pregunto: ¿Quién es más genial, Einstein o Chiquito de la Calzada?, plantea el experto en desarrollo personal, que lleva diez años dedicándose al estudio del geniotipo. «Los dos son geniales. Cada uno es genial en lo suyo: tanto Chiquito como Einstein son geniales, lo han sido toda la vida, aunque a Chiquito el éxito le llegase con más de 60 años».
«No hay un tiempo para acabar de ejercer tu genialidad. Tu talento lo tienes desde que naces hasta el último día», asegura Estruch. El caso es verlo, saber cuál es tu figura en los nueve tipos de genio que existen o entre los nueve geniotipos que ha categorizado este coach: infinito, elipse, triángulo, rectángulo, cuadrado, círculo, rombo, pentágono y estrella.
El geniotipo no tiene nada que ver con el eneagrama de la personalidad, aclara el autor, «porque al talento no le interesa la personalidad, si eres más o menos simpático o si eres más o menos introvertido... El talento no tiene nada que ver con la personalidad».
Así, a trazo grueso, infinito es inspirador y creativo; cuadrado, metódico y nunca da el brazo a torcer; triángulo, un vendedor nato; elipse, el incansable generador de ideas; círculo, un gran entregado a los demás (¡que lleva en esta virtud su penitencia!); pentágono, el genio propio del médico, de la persona científica con afán de curar; rectángulo, austero y pragmático; rombo, el más sensible y profundo de todos; y estrella, la excelencia, el geniotipo que tiene una gran facilidad para desarrollar su talento, aunque corra el riesgo de acabar estrellado.
Hay test para identificar nuestro geniotipo (conocetugeniotipo.com) y los ascendentes en los que encajamos. Viendo las cualidades de unos y otros, puede guiarnos la intuición... Seguro que, de un vistazo, identificas a un cuadrado, un triángulo y una elipse... Quizá los otros geniotipos se nos resisten más.
¿Por qué nos cuesta descubrir a ese genio que llevamos dentro? «Por la educastración —señala Estruch—. El sistema educativo nos va desconectando de nuestros talentos y de nuestras capacidades, hasta que nos convierten a unos en copias burdas de otros. Hay una frase de Einstein que dice que si juzgas a un pez por trepar a un árbol será un inútil. Si, por esa regla de tres, lo que haces es empeñarte en que todo el mundo aprenda mates igual, lengua igual, gimnasia igual..., generas sufrimiento».
¿Qué sucede si lo que los otros valoran de ti no es lo que aprecias tú? «Es una de las tonterías que hace el ser humano, ¡no valorar lo que hace bien! Lo que te sale fácil es tu talento», responde.
¿Conocer nuestro geniotipo nos ayuda a decidirnos por una profesión? «Te ayuda a ser feliz. A encontrar tu propósito de vida», concluye este elipse con ascendentes infinito y rombo.
La compatibilidad entre geniotipos da para otro capítulo en esta historia. Si eres infinito, te irá bien otro infinito. Si eres cuadrado, evita a los cuadrados como tú y ábrete a un triángulo o a un rombo... Triángulo encaja con cualquier perfil. Y dos círculos dan para un amor de película. Eso sí, probablemente, con problemas para llegar a fin de mes...
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Infinito
BUDA Y SU CARA B
Buda, Platón, Rousseau y María Montessori tienen este tipo de genio, según la denominación de Tony Estruch. El infinito se caracteriza porque no se cansa nunca de aprender. Si eres infinito, eres un gran divulgador, inspiras a los demás y en tu mejor versión tienes la combinación perfecta de mente y corazón. Si el jefe no te entiende, lo mejor para infinito es cambiar de puesto o de empresa. Le encanta filosofar y destaca por su conocimiento y empatía. La prepotencia y el egocentrismo son su cara b.
Cuadrado
DE MARGARET THATCHER A BILL GATES
Mental, de ideas fijas. Estos son dos de los rasgos del geniotipo cuadrado, que será buen gestor, contable, funcionario, bibliotecario o economista. Se maneja bien en la oficina ¡siempre que las jerarquías sean claras! Sabe hacer equipo y no soporta decepcionar. La creatividad no es su as, es muy práctico. Poco resolutivo en los conflictos, nunca da su brazo a torcer. Margaret Thatcher y Bill Gates son cuadrado.
Rombo
EL PODER DEL «BICHO RARO»
Suelen ocuparse de lo trascendente y lo esotérico. Tienen el don de conectar la vida con la muerte. Para el autor de «Geniotipo», este es el más fascinante tipo de genio que hay. A menudo será visto como un bicho raro o el «nerd» del cole. Extremadamente sensible, puede ser un buen psiquiatra o un genio del terror (a lo Stephen King o Bram Stoker). «Rombo alumbra zonas que otros ni se atreven a mirar». Yo veo rombo y no dejo de pensar en Mariana Enríquez...
Pentágono
EL GENIO DE CINCO LADOS
Médicos, terapeutas y científicos de todo signo y condición encajan en el perfil de genio del pentágono. Les mueven la curiosidad y una fuerza de voluntad superior. «Su vocación de auxiliar al mundo los convierte en superhéroes», afirma Tony Estruch. Y portan un fuego interior que les permite entregarse a su tarea sin horarios ni límites. Eso los puede volver caóticos, y su intelectualidad, arrogante. Marie Curie y Einstein tienen un genio de cinco lados.
Estrella
SIEMPRE EL CENTRO DE ATENCIÓN
A estrella le cuesta confiar en los demás, en parte porque suele aprovecharse de su aura para lograr lo que quiere de ti. Son el centro natural de atención. Les va bien en sus relaciones la firmeza de un cuadrado, según el autor de «Geniotipo». Mozart, Freddie Mercury y el precoz campeón de ajedrez Bobby Fisher son ejemplos del símbolo de cinco puntas, el referente universal, que suele tener claro su genio desde muy temprana edad. Puede caer en un bucle de autodestrucción y paranoia si no lo sostienen relaciones sanas y sólidas.
Rectángulo
LA CONSTANCIA ES UNA CATEDRAL
Son genios con los pies (y el resto del cuerpo) en la tierra, que representan el valor del esfuerzo, la austeridad y la constancia. Son buenos para las tareas repetitivas y minuciosas. Si tienen claro su cometido, pueden levantar una catedral. De hecho, el primer ejemplo que Estruch pone de rectángulo es el equipo de artesanos que erigieron el Taj Mahal. Su gran tentación y peligro es sucumbir a la monotonía de la comodidad, al «la vida es así, es lo que hay».
Círculo
EL TRIUNFO DEL «WIN-WIN»
El círculo es amor incondicional, «el que no deja de girar para abrazarlo todo», en palabras de Estruch. En su don va la penitencia: la sumisión, la baja autoestima, la sensación de deuda con los demás. Pueden verse vampirizados por su bondad. Para evitarlo, deben abrazar la máxima que dice que el secreto de un matrimonio es casarse con el otro sin divorciarse de uno mismo. Charles Chaplin y Teresa de Calcuta son círculo.
Triángulo
LA GRAN MANZANA DE AMÉRICA
Tiene un afilado instinto comercial. Su propósito es vender. Es el geniotipo del jefe de márketing, del negociador y de muchos políticos. Optimista por naturaleza, es perseverante y seductor. Su gran valor es la asertividad. Pero, si quiere brillar, debe romper el cliché de vendedor gris a comisión y cultivar su originalidad. Jeff Bezos es un ejemplo de triángulo en su esplendor. También lo son Cristóbal Colón y Steve Jobs. Su tentación es manipular y mentir. Si cae en ese lado oscuro, será el principio de su perdición.
Elipse
¿QUÉ TIENEN EN COMÚN DALÍ Y HARRY POTTER?
Su figura recuerda a una galaxia o a un huevo, observa Estruch. Elipse no deja de generar ideas; sus fuertes son la creatividad artística y la imaginación. A menudo tiene que lidiar con sus padres y no está hecho en absoluto para trabajos de gestión. La adolescencia suele ser para elipse un momento de gran inestabilidad. Ante una tarea repetitiva y burocrática, nunca rinde como una empresa espera. Necesita trabajar a su aire la mayor parte del tiempo. En este geniotipo encajan Miguel Ángel, Dalí, J. K. Rowling o Quincy Jones.