Un español que se dirigía a pie al Mundial de Catar, retenido en Irán desde hace tres semanas

La Voz AGENCIAS

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Una fotografía de Santiago Sánchez Cogedor en Irak, una semana antes de entrar en Irán.
Una fotografía de Santiago Sánchez Cogedor en Irak, una semana antes de entrar en Irán.

La noticia, revelada por un grupo opositor kurdo-iraní, coincide con la congregación de miles de personas para conmemorar los 40 días de luto tras la muerte de Mahsa Amini

26 oct 2022 . Actualizado a las 19:13 h.

Santiago Sánchez, el español de 41 años que iba a pie al Mundial de Catar, está detenido por las autoridades iraníes después de visitar la tumba de Mahsa Amini la joven fallecida tras haber sido arrestada por no llevar correctamente el velo, según informa en su página web el grupo opositor kurdo-iraní en el exilio «Hengaw Organization for Human Rights».

Según el grupo opositor, radicado en Oslo, Sánchez fue detenido «hace unas tres semanas» por el Ministerio iraní de Inteligencia junto a un ciudadano de allí que, según esta web, hacía de traductor. Fuentes que cita la página web del grupo opositor, cuya identidad dice que mantiene protegida por motivos de seguridad, afirmaron que Santiago Sánchez se encuentra recluido en el centro de detención de la Inteligencia iraní en Sanandaj, que es la capital de la provincia kurda de Irán.

La muerte de Mahsa Amini, ocurrida el pasado 16 de septiembre en una comisaria de Teherán tras haber sido detenida por no llevar correctamente el velo, fue el origen de protestas que han costado la vida a más de un centenar de personas y cuya represión ha sido fuertemente criticada por toda la comunidad internacional.

Según «Hengaw», Santiago Sánchez, exparacaidista del ejército, tenía previsto ir andando desde Madrid hasta la sede del Mundial de Catar y fue detenido después de entrar en Irán y visitar la tumba de Amini, en la ciudad kurda de Saggez. El ministerio de Información de la República Islámica de Irán anunció hace unas semanas que había detenido a nueve extranjeros, la mayoría ciudadanos de países europeos, acusados de tener conexiones con los manifestantes, pero no los identificó.

La Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores ha informado a EFE que «la embajada (de España en Teherán) mantiene contacto permanente con las autoridades iraníes desde que se tuvo conocimiento de la desaparición» de Sánchez. «La Embajada en Teherán mantiene el contacto con las autoridades iraníes para verificar las informaciones acerca de su paradero y poder prestarle, con carácter inmediato, asistencia consular», dijo el Ministerio de Exteriores.

Congregación en torno a la tumba de Amini

El anuncio de la detención de Sánchez coincide con que al menos 15 personas han fallecido y otras 27 han resultado heridas como consecuencia de un ataque armado contra la mezquita de Shah Cheragh de la ciudad de Shiraz, ubicada en el sureste de Irán.

Según ha detallado un responsable de Seguridad, Asuntos Políticos y Sociales de la gobernación de Fars, Ismail Mohebipour, el suceso se ha producido mientras los fieles realizaban sus oraciones, informa ISNA. El propio Mohebipour ha incidido en que la situación ya está controlada por las autoridades de seguridad, que han logrado detener a dos de los tres presuntos autores del tiroteo.

Y, por otro lado, miles de iraníes desafiaron a las autoridades y se congregaron en la tumba de Amini para conmemorar el fin del duelo por su muerte, el 16 de septiembre, tras ser detenida por la Policía de la moral, en una jornada en la que hubo choques con las fuerzas de seguridad.

Ni la fuerte presencia policial ni las advertencias de las autoridades evitaron que una enorme multitud se congregase en el cementerio de Aichi, en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán, de donde era originaria la joven de 22 años, para gritar una vez más «mujer, vida, libertad». En la cultura chií de Irán tiene una gran importancia el rito de rememorar al difunto pasados 40 días de su muerte, fecha que pone fin al luto de la familia.

Unas 2.000 personas se reunieron en el cementerio donde está enterrada Amini, según medios oficiales como Fars, pero los vídeos compartidos por activistas en redes mostraron una enorme multitud y largas colas en las carreteras que dirigían al camposanto, que superan los números oficiales. La celebración del rito se llevó a cabo a pesar de que la oficina del gobernador provincial anunció que la familia no celebraría la ceremonia.

Allí, los congregados corearon «mujer, vida, libertad», «libertad, libertad, libertad» y «muerte al dictador» en referencia al líder supremo de Irán, Ali Jameneí, a la vez que las mujeres ondearon sus velos.

Choques con el régimen

A lo largo de ciudad natal de Amini se produjeron choques con las fuerzas de seguridad, que medios oficiales como la agencia ISNA calificaron como «enfrentamientos dispersos». Sin embargo Hengaw afirmó que la Policía uso gases lacrimógenos y llegó a disparar a la multitud, un extremo que no ha sido confirmado.

Las autoridades restringieron internet en la provincia del Kurdistán para tratar de controlar las protestas, según informó la plataforma NetBlocks, que supervisa la censura en la red. En el cementerio de Aichi comenzaron precisamente las protestas y se quemaron los primeros pañuelos el 17 de septiembre, un día después de la muerte de la joven tras ser detenida tres jornadas antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.

Desde entonces se suceden unas mutantes protestas, centradas ahora sobre todo en universidades, en medio de una fuerte represión que ha causado al menos 108 muertos, según la oenegé con sede en Oslo Irán Human Rights. Este miércoles no fue una excepción y, en respuesta al llamamiento de colectivos de jóvenes de conmemorar la efeméride de Amini, muchos iraníes se echaron a las calles de nuevo en al menos una docena de ciudades.

Así, Teherán, Qom, Kerman, Mashad, Isfahan, Shiraz o Tabriz vivieron nuevas protestas, que aunque limitadas en tamaño supusieron la jornada con más movilizaciones en las últimas semanas. En la capital iraní hubo protestas en el conservador Gran Bazar, además de en la sede de la Organización del Consejo Médico de Irán, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad. Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres, lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.

Las movilizaciones han ido evolucionando conforme las autoridades han reaccionado y ahora están casi totalmente centradas en universidades, mientras que las protestas en las calles e institutos han casi desaparecido de momento.