Los dos mecanismos que recortan los beneficios de las eléctricas

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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Juan Carlos Hidalgo | EFE

España limita desde hace un año los ingresos extra procedentes del alza del gas

01 nov 2022 . Actualizado a las 09:47 h.

La Comisión Europea propone, el Consejo dispone. Y así ha sido que los jefes de Estado de los países de la Unión aprobaron a principios de octubre un reglamento con una de las medidas más intervencionistas de las adoptadas hasta ahora para hacer frente a la crisis de precios energéticos: recortar los ingresos de las compañías por la venta de electricidad que no haya sido producida con gas natural. Así, no pueden ingresar más de 180 euros por megavatio hora.

En España, esta barrera no se aplicará porque ya tiene en vigor dos mecanismos, más estrictos, que persiguen el mismo objetivo: limitar los beneficios extraordinarios de las centrales que no utilizan gas, pero que cobraban como si lo usaran. Es decir, esa minoración se aplica a nucleares, renovables e hidráulicas. ¿En qué consiste? Por un lado, en acotar también los ingresos que perciben por la venta de electricidad en el mercado, que en España están limitados a 67 euros por megavatio hora, casi tres veces por debajo del tope acordado por Europa. Esa barrera afecta tanto a la producción que se comercializa en el mercado mayorista diario como a la que se vende a través de contratos a largo plazo que estén firmados por encima de esa cifra (inicialmente quedaron excluidos de la minoración). Esta medida está en vigor desde hace un año y el Gobierno ha acordado prorrogarla hasta el 31 de diciembre del 2023.

Ni el Ministerio para la Transición Ecológica ni la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia han facilitado datos sobre cuánto dinero está recaudando el sistema eléctrico con esa minoración. Fuentes del sector explicaron que los recursos obtenidos no son significativos. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque la cantidad de electricidad sometida a ese recorte no es mayoritaria. Por el mercado pasa toda la energía que se necesita cada día, pero solo una parte se vende a los precios del día. La mayor parte está comprometida en contratos a largo plazo y a un precio fijo, que, desde que se aplica ese mecanismo de minoración, está por debajo de esos 67 euros. Al menos en los contratos que firman las generadoras y las comercializadoras de los grandes grupos del sector. Así lo confirman tanto Endesa como Iberdrola en sus balances económicos de los primeros meses de este año. La primera compañía explica que adquiere toda la hidráulica, nuclear y renovable de sus propias centrales a un precio fijo de 65 euros por megavatio hora. Iberdrola hace lo propio con su producción renovable no regulada por 66,24.

Esto permite a las grandes ofrecer precios minoristas con los que no pueden competir los comercializadores independientes, que denuncian que están perdiendo miles de clientes en favor de las empresas dominantes.

El otro mecanismo que se aplica en el mercado para poner coto a los beneficios indebidos es el popularmente conocido como tope al gas. En este caso se impone un límite al precio del hidrocarburo que pueden repercutir en sus ofertas las centrales que lo usan para producir electricidad. De este modo, se pone otra barrera a los ingresos que perciben el resto de tecnologías. El Gobierno cifra el ahorro en 3.000 millones en cuatro meses. Este tope estará en vigor hasta mayo.

Heikki Willstedt, directivo en la patronal eólica: «El inversor tiene que ver dónde pone su dinero y aquí es arriesgado»

Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), avisa de que el recorte de beneficios podría retrasar las inversiones en renovables.

—La patronal eólica europea ha alertado de que el límite a los ingresos de las compañías paralizará inversiones. ¿También en España?

—En el sector eólico hay muy poca energía que esté sujeta a los precios del mercado diario y en Europa, igual, casi toda se vende de forma anticipada. Pero si eres un fondo de inversión y ves que en Europa tienes los ingresos capados a 180 euros el megavatio hora y no sabes por cuánto tiempo, o si los van a reducir aún más, te da percepción de riesgo para tu inversión. En cambio, Estados Unidos ha hecho todo lo contrario, les ha dicho a las empresas: si inviertes en renovables aquí y ahora te bajo los impuestos. Entonces, entre un mercado en el que te intervienen los precios y otro en el que te dan ayudas, evidentemente un fondo de inversión se irá a Estados Unidos, a Japón, a Canadá o a Australia, que tienen menos riesgo.

—Entonces, sí se paralizarán inversiones.

—Los objetivos siguen estando ahí, el Gobierno sigue apostando por las renovables, sabe que son la solución, pero se puede ralentizar el ritmo de instalación. Las que están previstas para este año y el que viene se ejecutarán, pero quizá la decisión de hacer más a partir del 2024 se aparque. Tenemos mucho recurso, muchas empresas y mucho inversor extranjero que quiere invertir en España en renovables y en hidrógeno verde. Pero si impones cada vez más impuestos, el inversor va a tener que detraer dinero de las inversiones para pagarlos.

—¿Cuánto dinero les recortan?

—El tope al gas hace que los precios en España estén por debajo de esos 180 euros, entre 150 y 170. Y luego está la minoración de beneficios del 90 % de la electricidad que se venda por encima de 67 euros. Es complicado, pero al final te quedas con entre 60 y 70 euros por megavatio hora. El recorte de ingresos no es que no haya sido importante, el problema es que aquí tenemos una historia de muchas intervenciones regulatorias, estamos más vacunados contra ese virus. Faltan medidas para acelerar las inversiones, que es lo que necesitamos. Porque para solucionar los precios altos del gas la única solución es instalar más renovables. Y las medidas que se están tomando lo que hacen es retrasar la decisión de invertir porque no sabes qué va a pasar con el mercado eléctrico y con tus ingresos.

—Si tuviera que elegir, ¿qué preferiría? ¿El tope europeo o el español?

—La solución española detrae más. Si tenemos un reglamento europeo y no queremos crear un desequilibrios entre unos países y otros, lo mejor sería que todos tuviesen los mismos valores, porque sino al final se convierte en una competición absurda. Cuando ponen el tope de 180 euros es porque permite seguir dando esa señal de que vale la pena invertir en renovables, porque es un tope que está bien, considerando la situación y el riesgo. Pero si intervienes más y, como aquí, en España, tienes la minoración de 67 euros, el tope al gas y quieres imponer impuestos a las eléctricas, el inversor tiene que ponderar qué le conviene más, dónde poner su dinero, y aquí es más arriesgado.