Irán ejecuta en público a otro manifestante detenido en las protestas por la muerte de Mahsa Amini

La Voz REDACCIÓN

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Los manifestantes prenden fuego a una barricada durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, el pasado septiembre, en Teherán
Los manifestantes prenden fuego a una barricada durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, el pasado septiembre, en Teherán WANA NEWS AGENCY | REUTERS

Majid Reza Rahnavard fue ahorcado en público en la ciudad  de Mashad

12 dic 2022 . Actualizado a las 09:12 h.

Irán ha ejecutado al segundo prisionero que ha sido oficialmente condenado por un presunto delito derivado de las protestas que se organizan en distintos puntos del país desde la muerte bajo custodia policial de la joven kurda Mahsa Amini.

El prisionero, identificado como Majid Reza Rahnavard, estaba condenado a pena de muerte por presuntamente matar a dos miembros de las fuerzas de seguridad y herir a otros cuatro con un arma blanca a finales de noviembre. Fue ahorcado en la ciudad de  Mashad, según informa Efe.

El joven fue arrestado el 19 de noviembre, acusado el 24 y su juicio se celebró el 29, mismo día en el que fue condenado condenado a muerte, después de supuestamente confesar sus crímenes, según la agencia semioficial Mizan.

Otros nueve presos han sido condenados a muerte por las protestas y según Amnistía Internacional al menos 28 acusados podrían ser condenados a la horca.

La ejecución de Rahnavard se produce cuatro días después del primer ahorcamiento de un preso condenado por participar en las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, a mediados de septiembre.

El jueves, día 8, Mohsen Shekari, de 23 años, fue ejecutado tras ser acusado y condenado de herir a un miliciano islámico con un cuchillo, bloquear una calle y «crear terror» en Teherán.

Esa ejecución provocó una oleada de condenas internacionales, especialmente desde países occidentales, que han pedido a Irán que ponga fin a los ahorcamientos.

La Unión Europa prevé dar luz verde este lunes a nuevas sanciones contra responsables iraníes de violaciones de los derechos humanos, tras criticar duramente la ejecución de Shekari la semana pasada.

El alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Volker Turk, consideró que la ejecución del joven tenía como objetivo asustar a los manifestantes.

A pesar de ello la ejecución ha provocado nuevas protestas en el país, como las del sábado cuando se celebraron marchas en silencio y con velas en numerosas ciudades de la nación persa para condenar el ahorcamiento.

Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años tras ser detenida por la Policía de la moral por no llevar bien colocado el velo, pero han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.

En los casi tres meses de protestas han muerto más de 400 personas y al menos hay 15.000 detenidos, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.

Irán es uno de los principales países del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 314 ejecuciones llevadas a cabo en 314, según Amnistía Internacional.