La joven, hija de un funcionario de la Casa Pontificia, salió de su casa en 1983 para ir a clase de música y nunca regresó
11 ene 2023 . Actualizado a las 08:18 h.La Oficina del promotor de justicia del Vaticano, el equivalente a la Fiscalía, ha decidido reabrir la investigación sobre el caso de Emanuela Orlandi, la joven de 15 años desaparecida en Roma en junio de 1983 a la que Netflix ha dedicado la célebre docuserie La chica del Vaticano. La noticia, que las agencias italianas dieron a conocer el lunes por la tarde, corrió como la pólvora, ocupando páginas enteras de periódicos y horas de programas de televisión. En el país transalpino, todo el mundo, incluso los adolescentes, sabe quién es la chica sonriente de pelo liso y oscuro con una banda en la frente de la conocida foto en blanco y negro.
En el 2023 se cumplen cuarenta años de aquel 22 de junio de 1983 en que Emanuela, la hija de un funcionario de la Prefectura de la Casa Pontificia que vivía en la Ciudad del Vaticano con su familia, desapareció sin dejar rastro. Ni dos investigaciones judiciales ni la investigación de once personas, han permitido desentrañar qué le ocurrió a Emanuela, que ese día salió de casa para ir a clases de música. Se han acumulado innumerables hipótesis sobre su desaparición. Se ha hablado de una posible conspiración internacional, de una conexión con el intento de asesinato del papa Juan Pablo II, de chantajes y de escándalos financieros en las altas esferas, así como de la implicación del grupo mafioso romano Banda della Magliana, de los Lobos Grises turcos y de una red de pedófilos.
Y durante todo este tiempo, la familia de Emanuela Orlandi ha seguido buscando la verdad, con una fuerza y una perseverancia extraordinarias. De hecho, la reapertura de la investigación por parte del promotor de justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, también está relacionada con una denuncia que el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, presentó ante los promotores de justicia de la Santa Sede en el 2019, adjuntando mensajes de WhatsApp que dos altos prelados intercambiaron presuntamente en el 2013 y el 2014 sobre unos documentos relacionados con Emanuela. Según el plan de trabajo preparado por la Oficina del promotor de justicia, se hará un seguimiento de las nuevas pistas y de antiguos indicios que no se investigaron mucho en su momento.
Es probable que en los próximos meses surjan nuevas revelaciones sobre un misterio que ha ensombrecido nada menos que a tres papas. El primero en oficializar la hipótesis del secuestro fue Juan Pablo II, en el llamamiento que hizo en un Ángelus al mes siguiente de la desaparición de Emanuela. Y parece que el libro Nada más que la verdad de Georg Ganswein, arzobispo y antiguo secretario personal de Benedicto XVI, que se publica esta semana, también contiene unas páginas sobre el caso Orlandi. Según la agencia Adnkronos, la iniciativa de la justicia vaticana se enmarca en la búsqueda de la verdad y la transparencia promovida por el papa Francisco.
Pietro Orlandi calificó de «muy positivo» que se reabra la investigación, aunque subrayó, junto con la abogada de la familia, que aún no ha recibido ninguna comunicación oficial del Vaticano. El hermano de Emanuela declaró al canal italiano Rainews24 el lunes que espera que «se pueda llegar a una solución. La verdad está ahí, está en alguna parte, y mucha gente la conoce».