Georg Gänswein desvela que se sintió humillado cuando le enviaron a cuidar de Ratzinger en su retiro y que este le dijo: «Parece que el Papa Francisco ya no se fía de mí y quiere que seas mi guardián».
El alemán abrió la puerta de los papas eméritos, pero, aunque aprecia la decisión histórica tomada por Ratzinger en el 2013, Bergoglio no tiene intención de renunciar